ACTRICES:
LOLA HERRERA Y MARIBEL ALONSO
CON: EVA MARCIEL, LENA FERNÁNDEZ, TONI CANTÓ Y MICHELLE CALVO.
Lo sospechábamos que algún alucinógeno se cocía entre la pócima con la que dos nazis usaban como cobaya a una enferma casi sin remedio. Por sus alucinaciones con los ojos abiertos y la percepción distorsionada de los acontecimientos. Un gran papel esta tarde de Lola Herrera que de la mano de una lánguida y hundida Maribel Alonso, han dado ejemplo de interpretación y señorío. Es cierto que algunos desaprensivos matasanos vieron en ella un elemento curativo, al amparo de una vacío de legalidad que acabó suponiendo ilusamente que era algo terapeútico en la psiquiatría y que acabó formando parte indeseable de la contracultura progre de los 60, muy espiritual y que servía decían los traficantes para concentrarse incorpóreamente un alma alma que se elevaba etéreamente y era capaz de sobrevolar recreando la vida más allá de sus supuestos efectos curativos de nada. Legal o ilegal es una mierda que ha dejado vacíos algunos años de más de una generación. Los ex hippies recordarán aquellos tiempos de "Woodstock" que tanto subía el colocón el de aquellos callejeros de hace 40 años, buscando la paz y demás esencias y encontrando un enganche destructor que acabó con la vida de más de uno.
Toda una ambientación oscura en la secuencia del chantaje del doctor a la enfermera, con un Toni Cantó al que no le doy mucho tiempo en la serie (por ahí se le ve ya con sus jefes políticos para servirles en la llamada democracia española) porque su papel no es ya muy sostenible. Y disculpen si a alguien le molesto pero me repelen los políticos españoles y su dependencia del aparato del Partido. Les veo en la tele fingiendo una interpretación y me resultan indigeribles. O te dedicas a currar como actor y buscar tu camino o te vas a aplaudir a tu jefe político y dejas en paz a la profesión, que hay mucha gente que lo necesita. En mi profesión, igual; con el carnet de un partido, militando, hasta alcanzando escaños y de político en el pesebre y quitando trabajo a tantos periodistas en el paro. Es que el casting tenía que haber pensado que un adulador de Rosa Díez, a la que ha traicionado, ahora no puede bailar con Rivera o con quien se cuadre el "Vals de las mariposas" y que nosotros nos lo traguemos y que recibamos una buena imagen por televisión. Además, es mal actor. ¡Ya está bien!. ¡Que venga Juanjo Artero que es mejor actor, mas guapo y no es un político español. Y decirle a Toni que la mayor parte de las denuncias por violencia de género, pese a lo que dijo él, son ciertas. ¡Es que no me explico cómo los trabajadores españoles pueden ir a votar en España a alguno de estos!
Y dejando a este político chaquetero que va por número dos, por C´s por Valencia, las secuencias en las que se descubre y se cuestiona el LSD son magníficas, realizadas de modo lineal y casero. Investigando al estilo de Miss Marple, "Emilia", descubre que se esconde tras esa gris curación que patina evidentemente. Una sorprendente pero muy cuidada presentación sin estridencias de una jóven que va poco a poco perdiendo la razón, transformándose casi en una muerta viviente que no coordina los sentidos. Una degradación basada en una pócima y en lo traumático de sobredosis diarias.
Una inmersión en la dependencia y credulidad de la curación más que dudosa, así como una descripción visual muy púdica de cómo camina "Sofía" hacia la paranoia y del modo como se perjudica; cuando tiene tiene sueños, pesadillas y truenos en su mente, y que mantiene mucho un retrato del neorrealismo italiano por cuando tiene esa incomodidad de caer en la desesperación de algo que no comprende; mencionando de igual modo el aspecto detectivesco de Agatha Christie y su arquetipo de investigadora aficionada que tan sibilina, observadora, atenta, pero sobre todo curiosa y racional, que "Emilia" representa.
Durísima tarde sobre los efectos alucinógenos en la curación tomada como experimento de cobaya sobre seres humanos, que transmite los efectos incalculables de la mortal droga sobre la gente enferma, impecablemente interpretada por Lola Herrera que transmite su enorme preocupación por "Sofía" que muestra ese lado del sufrimiento ante semejante crimen contra una inocente (bien que ha estado esta tarde Michelle), mayor siempre que cualquier alegría que se pueda esperar con las posibilidades curativas del suero del médico de Franco. ¡Menuda gentuza!
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