OTTIMO TEMPO
JAVIER ABAD Y JORGE POBES
PERCHÉ I RAGAZZI SONNO ECCELLENTI
¡Premio!. Una épica despedida de Javier Abad, que ha sido y se fue haciendo como un fornido muchacho de buenos sentimientos, de aquellos que recorrían en carromato el camino de Chisholm a un lado del "Río Rojo" y de Texas, en aquellos maravillosos filmes del John Ford, de los que atravesaban el charco para instalarte, llegando en caravana, en los Estados del sur o que combatían en la caballería de alguna "Misión de audaces", internadose por territorio confederado con su bandera y al son de su "Bonnie Blue Flag".
Ha sido, como en el caso de Charlotte Vega, una despedida épica, inmensa, culmen de un chico joven que llegó a PV y que recibió muchas críticas por soseras pero que tuvo el cariño de fans incondicionales, entre ellos mi afecto y apoyo, siempre confié en él y que se ha ido como MIchael Caine en "El último valle", viendo el presente borroso y nítidamente lo que existe más allá de las compuertas de la muerte. Su confusión es el límite entre dos dimensiones, nunca sabremos si producto o no de la fiebre, experiencia extrasensorial inaudita pero habitual en los últimos momentos conectados al planeta tierra.
Momento que me ha recordado la muerte del "Capitán", Michael Caine en "El último valle" de James Clavell, doblado por Constantino Romero, creyendo ver a Madeleine Hinde, "Inge", en unos borrosos y nada lúcidos confusos momentos cuando se vida se desvanecía ante sus amigos y guerreros, ciego ya ante la belleza del idílico valle, y ella ya había fallecido.
Gran brillo que esta tarde ha dado Javier a este final apoteosis, acompañado por su hermano, "Aníbal", el actorazo Jorge Pobes, esa opacidad en sus ojos, la bondad y nobleza de una vida que se apaga, todo lo innecesario de las palabras para reflejar la sombra espectral de la "Rita", lo único por lo que mereció vivir y que acudía a su encuentro en el final. Casi como el señorial "El fantasma y la señora Muir", un puente de sentimientos con el más allá, a orillas de la eternidad, un sueño de soledad en el limbo de los inocentes.
Para que luego digan que era algo reiterativo y sin fuerza lo que transmitía Javier. Esta tarde, como Megan Montaner, Alex Gadea, Charlotte Vega, ha pasado a la leyenda de la televisión. En este día triste donde hemos perdido 9 canales de televisión.
Llevo siempre la fatalidad envuelta en un cuerpo de vaquero a la conquista del oeste. Como los héroes polvorientos de Howard Hawks o de Raoul Walsh. Un actor mítico del legendario Oeste. Valeroso y fuerte. Enamorado y enviudado, de integridad e inocencia palmaria, de corazón generoso y que muere en el camino por una adversidad fatal.
Ha fallecido el super joven, el adolescente de frágil identidad, el hermano que se reconoce ante quien no lo es en uno de los momentos de conmoción de esta tarde, el que pide y perdona, el que tenía la eternidad en próxima parada. Dándole la voz y réplica a Jorge Pobes, su humilde compañero en la serie y precioso actor. Es en este momento además cuando la vida se escapa de "Isidro" y las lágrimas de desesperación asoman en "Aníbal" donde surge la grandeza de esta secuencia. Personajes y actores con los que sientes una sintonía absoluta.
Nunca hubo amores tan reales en la televisión, Tan llenos de vigor y desgracia, de lazos de sangre y de vida como los de estos hermanos.
Una exploración final en el luctuoso momentos de exploración en los arcanos del amor que llegan en el último adiós, entre somnolencia sobrenatural auténtica. Un drama relatado con contención y credibilidad que acaba como un relato fantástico y muy emocionante. Un visión inmaterial e intangible de cómo se reúne con su amada porque la esperanza del hombre es volver a encontrarse con los seres amados que perdimos en vida, con aquel amor al que jamás olvidamos y que no nos resignamos ano ver jamás.
Es que ha sido el espejo de lo que es de cruel y desgarrada la vida y lo desesperanza que es si no crees en algo superior. Más allá de PV donde ya no existe el escozor de los celos, el tener que ordeñar a las vacas, ni la punzada de la nostalgia o el flechazo de la adversidad.
Elegante y vigorosa nostalgia en el final de "Isidro". Con su mirada vidriosa hacia los que quiere y más allá penetrando ya en la frontera de ultramar.
Lo desconocido es absolutamente espiritual, tiene siempre un aura romántica y temible, la expresión de los solitarios y el signo de los malditos.
Y en el "The End" asoma el amor poderoso y entregado al recuerdo de la mujer más maravillosa que conocieron, el amor verdadero, el que siempre es todo y nada lo puede destruir, ni la parca porque perdura para toda la eternidad.
Un capítulo genial, encantador, triste y hermoso, romanticismo y fantasía sin caer en el melodrama y que estoy seguro habrá satisfecho a los espectadores.
Un ambiente oscuro porque expresa el tiempo que se escapa, que se tiñe de amor y que es un milagro de humildad y cariño de algo que hemos sentido muy adentro.
Impagable secuencia que ha sido una de las mejores desde que comenzó en 2014. Con un final utópico basado en la fe y en los bálsamos que en el final da ese ser que vuelve para llevarnos con él más allá de la dimensión conocida.
La vida y la nostalgia y el polvo en el que nos convertimos. Y es también mucho más. Es la vida de la miseria de una España despiadada, dura, de sufrimientos, de crímenes espantosos, de guerras perdidas, de camorras y escapismos, de sufrimientos enormes y de tratos xenófobos que reciben los "Buendía". Unido al patetismo de saber que la maldición acecha y que se cobrará sus víctimas. Una época horrible de desheredados a la búsqueda de una felicidad imposible en una tierra profunda y desheredada.
Supervivientes de la madre naturaleza tratando de solventar sus rencillas y miserias disfrazándolo de esperanza y confianza en el provenir. Los "Buendía", los héroes de su tiempo que sabían sucumbirían. Sacaron fuerza de flaqueza y siendo pobres de solemnidad sobrevivieron trabajando desde el alba hasta el crepúsculo y más allá.
A través de ellos nos hemos sensibilizado con la pobreza y la desesperación de unos benditos parias de la tierra en aquel desolador panorama tétrico que sobrellevó un país lleno de mentiras, caciques, curas, avasallamiento de la dignidad y explotación.
Quiero felicitarles a estos actores, con Jorge tengo una amistad y le aprecio muchísimo, porque me han llegado al corazón de modo limpio, nada afectado, honesto interpretativamente y sencillo en su plasmación. Porque su vida ha estado compuesto de tantos momentos entrañables y preciosos, de riñas, gestos, miradas, palabras y recuerdos que nos encojen el corazón.
Siguiéndoles a ellos te acuerdas de la tierra que te vio nacer cómo todos somos hijos de Dios que nos rebelamos a seguir viviendo como pobre gente en medio de lobos y de miserias y desgracias incontroladas.
Como en los grandes westerns ha habido desolación, muerte, vaquerías, baile, alegría, esperanza. Hermosa y terrible secuencia final que tiene su crepúsculo en ese "último valle".
Cine western en estado puro. Esperanza en la tierra, utopía de formar un hogar, vivir en paz y libertad rodeados de malvados que se aprovechaban de los indefensos para robarles su mujer y su vida. Todo ello y con una inspiración iconográfica ha hecho del "rancho" de los "Buendía" una idiosincrasia legendaria de territorios inexplorados e indómitos donde el mal y la maldición campaban a sus anchas
Como cuando moría Michael Caine pronunciando aquella palabras de "nosotros hicimos el valle"
DOMENICA:
AURORA L`EROINA E LA MORTE NEL VILLAGGIO
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