lunes, 6 de marzo de 2017

LA VIVIDURÍA DEL SEXO.


Todos cobran, nadie pone de su bolsillo. Con embustes y demagogia, usan a los niños y de su inviolable intimidad para sacar provecho, recibir dinero ellos y sus partidos, omnipresentes todos en toda manifestación de la vida española. A la progresía y a la derechona les sirve para financiarse a sí mismos y obtener rentabilidad política. Son unos sinvergüenzas. No voy a decir que son algunos de los partidos, porque todos apoyan, derecha incluida, la ideología de sexo. Todos buscan los votos de esos colectivos, la izquierda o derecha olvidando a sus votantes, de igual manera. Y todos persiguiendo la libertad de expresión.
Hace casi un año, en Navarra y el país Vasco, "Chrysallis", que llevaba tiempo publicitando la campaña de Género entre los menores, ponía en marcha, con un dinero dicen que de un millonario americano, un navarro que donó 30.000 euros, una sentencia en las marquesinas donde se afirmaba que: "Los niños, tenían vulva y las niñas, pene". Según la izquierda, aquello, fue magnífico por coherente y serio; nada comparable a la "ultraderecha" del actual autobús de "Hazte Oir", siguen diciendo sus peones subvencionados.


La campaña cerril es para que los niños cambien de sexo, lo cual se dice pronto pero implica grandes riesgos de trastornos, mortalidad y conductas suicidas. A esta izquierda y derecha suicida,  les importan muy poco los niños y su sexo, lo suyo es  la "pasta" y el poder, como todos
demuestran en este corrupto Estado de Partidos. 


Yo respeto la libertad de cada uno, pero denuncio el sectarismo y la obligación de aplaudir estas iniciativas de las política corrupta de Género y tener que perseguir inquisitorialmente al que se posiciona por el respeto a la Iglesia y agrediendo la obviedad de que, los niños y las niñas, tienen lo que tenemos cada uno. Y otra realidad más: que apenas un 15% de los transexuales, deciden operarse. Por si acaso, lavando cerebros, conocidas experiencias que se cuentan por ahí tragedias inverosímiles de niños que no se operan.. Por mucho que la subvencionada política de Género de algunos corruptos partidos políticos españoles lo desee, la sociedad no va a ser homosexual y  los padres no van a operar a sus hijo porque lo manden ellos y sus jefes políticos. Es triste que, tal como se encuentra económica y socialmente hoy España, esta política de Género, que es un puro escapismo, ocupe los programas preferenciales de unos rejuntados al poder que están demostrando no tienen ni idea de gobernar o gestionar y que, sin embargo, para ello se les paga generosamente (son millonarios ya muchos de ellos) y no responden. España no tiene esos problemas de Género en primera fila, sí otros muy graves y se encuentra sola porque no tiene a nadie que le represente, ya que los partidos sólo responden ante sus jefes políticos y miran por sus cuotas de poder, por el dinero y la subvención a ellos y sus allegados; todos son así además. Eso es lo grave y lo demás es un circo tragicómico de pésimo gusto y lamentable. Un chuponeo de dinero público.


Los nuevos inquisidores nos llaman fachas a personas dignas que sabemos por donde van ellos. Nadie ha agredido a los transexuales, ellos están amenazando a los del autobús. Nadie tiene que invitar o imponer a nadie al cambio de sexo porque tengan unos genitales, pero que se sienten pertenecer a otro sexo. Los partidos y sus satélites asociativos, lo más alejados posibles.
Yo respeto mucho que cada ser humano desee tener los genitales con los que se sienta más identificado. Sé que la naturaleza a veces se corrige y que no todos somos iguales ni sentimos lo mismo por tener unos genitales determinados. Pero sí creo que la biología puede equivocarse pero no, como dice el catecismo de la ideología subvencionada de Género, que sean las condiciones y medio cultural, las que nos hacen transexuales. Y creo en la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos y no que, el Estado de Partidos, los adoctrine en algún terreno. Los partidos políticos españoles, todos, lo más lejos posible; son enemigos de los niños y de todos los súbditos.
Y decirles a todos, sobre tanta intolerancia y persecución, que podemos opinar con libertad, en igualdad de condiciones, denunciando tanta incongruencia y sin que nos denuncien o agredan verbalmente algunos. Clamar que existen niños con pene o vulva, niñas con pene o vulva, sin que los satélites de los corruptos partidos políticos españoles, incluidos Carmena, los sociatas y sus amados podemitas, el PNV, Rajoy y demás compañía, nos fusilen porque no les apoyamos a ninguno ni les vamos a refrendar su lista, jamás. Defendemos a la sociedad civil y a su privacidad para resolver sus asuntos familiares.¡Que se vayan!


¡Dejen a la familia y a los niños en paz! Y olviden de buscar y "pasta" votos en ese caladero. ¡Ya está bien de usar a los padres de concienciarles para la homosexualidad! Aquí, en Francia, los franceses, alucinan y consideran a España un país de intrigantes locos.
Yo no soy católico ni me gusta la jerarquía de la Iglesia, pero ese autobús tiene tanto derecho a reivindicar lo que le parece algo natural. A mí no me gusta ninguna de estas posturas pero reconozco que el espectáculo de unos políticos aprovechados y sablistas, incluso del corrupto Pp, criminalizando un autobús y aplaudiendo ofender a católicos con ese esperpento casposo de Drag Queen, ganador en el carnaval capitalino, es algo fascista e indeseable. En España, mientras todos no puedan vivir y hablar en libertad y se respeten todas las ideologías y religiones, queda mucho no sólo para la democracia, sino para la civilización.


No hay algún delito en el autobús, sólo es una persecución más al que piensa diferente. El autobús sólo proclama la coherencia del matrimonio frente  a las uniones civiles de personas del mismo sexo. Todo respetable.
En España ya no existe libertad de expresión y la inquisición gay ha impuesto una dictadura que niega el poder pensar y la disidencia, enfrentarnos incluso ante una demanda porque deseamos se respete a tod@s, con el apoyo del sinvergüenza Pp que ha engrandecido aún más el poder político y mediático del lobby gay y progresía subvencionada, con su apoyo. Y en un país donde los jueces sólo son funcionarios del poder político y son nombrados y presionados por él. los súbditos tenemos todo que temer. La inseguridad jurídica es absoluta y la corrupción lo desnaturaliza todo en favor de las tropelías del Estado de Partidos, del que forma parte el lobby gay que está incrustado en ellos. Nadie defiende a quien cree que esto no es democracia, porque apoyamos la dignidad y los derechos de todos al margen de su carnet en la boca, y denunciamos que se puede ofender y machacar porque se es de la ultraizquierda. Hoy, en España, se amenaza de muerte por pensar diferente.


Nunca España cambió de Régimen. Con la bicameralidad, los terratenientes; con la República , mandaba el lobby obrero; con Franco, el empresarial y católico además de los muy ricos; hoy, el de los ricos, el lobby gay y el de los jefes de los partidos; pero jamás, con independencia del poder judicial y división de poderes.
Hasta el alcalde de San Sebastián, que se calló cobardemente con las marquesinas que se las colocaron al lado de su Consistorio, apoya que, los niños, deben de tener vulva y las niñas, pene. Curioso alcalde de la derecha vasca, racista y ultracatólica, de curas y seminarios, que va de progre y defensor de Género y que apoya a la ultraizquierda.


Todos, conservadores y progresistas, acechan sus garras sobre los niños inocentes. Un gran peligro de corrupción se cierne sobre ellos con las leyes de la Ideología de Género y el aplauso de los partidos de las derechas que la apoyan. Se han apropiado y lo han corrompido todo: lo social, económico, democrático, familiar y sólo les resta la naturaleza humana y la inocencia infantil. Se ahorma a niños en la transexualidad que miran desfiantes a la sociedad; orgullosos ellos y exultantes quienes lo han moldeado para su secta tras imponer un nuevo orden moral que ha deformado la propia naturaleza de los niños, envenenándolos, con ese nuevo clima de moralidad que deformó los caracteres.


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