LAS GRANDES ESTAFAS

Esta estafa de la "pirámide" hasta al menos hace poco la vivimos. Recuerdo que un conocido mío, era buena gente, me intentó agregar  animándome a esto de la "pirámide" hace unos años; le expliqué de donde procedía el negocio para quien lo organizaba y donde se encontraba al final la estafa de este engañoso círculo de la plata.

En la tarde del viernes asistimos espléndidamente a lo que era la preparación de este timo desde las altas esferas arruinadas. Flemático y muy seguro de sus resultados, el "Marqués", empieza ya  a captar a los palomos a los que les espera un futuro de ruina total, ya que todo ha servido para, engañosamente, financiar las ganancias del primero en este caso. Se habla del esquema de "Ponzi" en aquella estratagema en la que, "Alonso", se presenta como mediador de inversiones y no como dueño y creador de la pirámide que es lo que realmente es.

El capítulo, excelentemente interpretado por Miguel Ángel Muñoz, dejó bien claro la intención de recibir de lleno las inversiones de los timados, que promete invertir para aumentar las ganancias de estos primeros para devolver la inversión con muy altos intereses, mayores que en la fluctuante bolsa.

La mayoría de los estafados por "Alonso" serían empresarios franquistas con dinero negro, corruptos y que muerden el anzuelo ante la avaricia empresarial de invertir algo y ganar muchísmo. Pero la estafa se encuentra en que no existen inversiones sino que se utilizan los dineros de los últimos incautos para sacar de ahí los supuestos intereses de los primeros listos. ¡Vamos! Casi como la estafa de la Seguridad Social española.

El asunto está que, a medida que se saturan los inversionistas, y que ya los clientes no pueden captar otros "primos" que les den su beneficio, el retorno de dinero es cada vez menor y gran parte de los participantes, pierden toda la inversión. ¿Quien ganó?: "Alonso" y su "Alcoriza".

El sistema sólo funciona con víctimas y todo es una operación fraudulenta de inexistentes inversiones. No se invierte en nada sino que se redistribuye el dinero entre todos. Al final, el estafador y la pirámide, caen por falta de personas que se apuntan al "negocio".

A destacar la química entre "Alonso" y "Alcoriza". Son dos personajes ladinos y exquisitos, que te meten de inmediato en el negocio sucio que preparan. Un momento de empresarios con el agua al cuello que buscan entre el caladero de amistades  a los ingenuos que creen que se puede encontrar la mayor rentabilidad sin apenas explicación de cómo y que l dinero baja del cielo. Explicada la secuencia con una habilidad profusa y diestra. Momento televisivo que dura muy poco pero que muestra la categoría interpretativa de los dos actores, Miguel Ángel Muñoz y Joseba Pinela

                                     
                                                              CARLO PONZI en 1.922

Sigo opinando que no me gustan los métodos de "Jaime", incluso prevarican porque se trata de usar hasta el chantaje para defender a su padre y dejar en la estacada  a los médicos que no son culpables realmente. Es un abogado que para mí, siendo muy real en el organigrama de la profesión en España, con sus métodos retorcidos, fraudulentos y tramposos, hace que siga mal funcionando la justicia. Todo para conseguir zafarse él y hasta incluso el principal culpable: "Federico Quintana, el buen actor Pepe Lorente. ¡De justicia, nada! El enfrentamiento con"Nuria" es obvio.

La secuencia de la soledad de "Henar" tirada en el sofá del Hostal, tras la huida de su novio "Jaime", dejándola descompuesta y sin poder dar el premio que era su amor en la cama,  fue patética. Yo nunca he visto química entre ellos dos, y no por culpa de "Hernar" y de su actriz Mariam Hernández, sino de "Jaime" y su actor, que no cuajan en historias de amor. ¡Miren! Le veo más como abogado fullero que como enamorado de las chicas ye-ye o abogadas contestatarias.

Divina secuencia crepuscular y enamorada entre "Pelayo" y "Fuen". Me ha venido a la mente aquella del filme: "Gigi"; entre Maurice Chevalier y Hermione Gingold; musicada; de reencuentro y encontrarse a gusto en un momento en el que, a los protagonistas del musical de Minnelli basado en una pequeña obra de Colette, la inspiración les llegó y descubrieron de repente que estaban super conectados en la misma onda del cariño y amor crepuscular y que tienen mucho en común para compartir y disfrutar. Un momento amable de mayores que se quieren sin la pasión y fulgor de la juventud pero sí con la certeza de lo que saben que es el amor al final de todo y con los años. "I Remember It Well". ¡Precioso!