domingo, 18 de septiembre de 2016

LA SOMBRA DE ELÍAS.

ACTORES:

ÁNGEL DE MIGUEL, YARA PUEBLA Y JAIME LORENTE


Este es el camino de debe llevar, sombreando en historia negra, el relato de "Los Manantiales". Lo mejor de esta trama ha sido siempre su rescoldo de filme noir, entremezclada con el drama y misterio. "Elías" puede resultar un enorme personaje, muy bien interpretado, compulsivo, perturbado, trágico y criminal. Como el viento que precede a la tormenta, "Camila" y "Hernando" se transmiten las dudas sobre la personalidad del químico, su melosidad que tanto atrapaba en un principio, la inquietud que les produce ahora tenerlo tan cerca; toda esta conversación, narrada televisivamente de modo perfecto, rememora la crónica y las sentencias de su época donde exculpaban envenenamiento de este "Elías" hacia su familia que murió intoxicada. ¿Era o es "Elías" un asesino? Estos "Manantiales" a mí me apasionan y sus interpretes me embriagan. Es muy bueno.


Y me trae a la memoria aquellos tiempos de "Sabina" (Sabela Arán) en "La Quinta Miel Amarga" que hoy hemos olvidado pero que nos trajeron secuencias góticas inmensas, lo mejor del cine de la Hammer, con un "Carmelo" inmenso enamorado sangrientamente de "Sabina" y donde el amor y la sexualidad quedaban interrumpidas por una muerte macabra, la de "Sabina". ¡Quien ha visto esta trama entre sombras y oscuridad las de un hombre enamorado de una hierática mujer misteriosa e inalcanzable! ¡Quien le ve hoy al mismo "Carmelo" enamorado de una pavisosa que ni pincha ni corta en la trama! Aquello se lo cargaron los guionistas y aquel era el camino que hoy puede recuperarse en parte en "Los Manantiales". Aquella atmósfera cerrada y misteriosa referente de bastidores por entre los cuales, sin ver a esa persona, se presentía un alguien malvado que podía matar impunemente. Disculpad que haya referido aquellos momentos buenísimos de marzo de 2015 pero, y lo he escrito en más de una ocasión, su desvanecerse y no dar continuidad a esta trama, supuso un mazazo para la serie.


Pulcra e inquietante secuencia la de la tarde del viernes sobre la aparición de "Elías" donde con exquisitez se exuda un aire más que sombrío que contrasta con la claridad de la estancia y ello siempre es más difícil de conseguir. Los actores y la fotografía con mucha luz hacen contrastar con una brillantez mortecina que la inquietud de saber a "Elías" muy cerca procura.
Tengo que reconocer que la imagen criminal que puede trasmitir "Elías" se ve siempre matizada por una cierta dulzura serpentesca que da al personaje una ambigüedad y simpatía encomiables. Es el encantamiento de un hombre suave y taimado en sus formas y negrura de pensamiento. Así suele funcionar la mente de los psicópatas.
Espero sepan sacarle provecho a la trama negra del químico, el actor Jaime Lorente lo da ya todo de si. Es un actor que sabe plasmar muy convincentemente ese lado turbio de estos terribles individuos que tanto atraen y horrorizan, poseedores de un sadismo sin límites y capaces de cometer cualquier atrocidad con una justificación siempre en la palabra y un gesto compasivo en el rostro.


"Elías" no es enfermo mental aunque lo parezca. Es consciente de lo que hace, de cómo lo elabora y ello le procura gran placer y pesar al mismo tiempo. Es un personaje inmenso. Veremos ahora, cuando aparezca, ya que su interpretación y dirección están aseguradas, cómo elabora el guión el retrato del personaje, cómo nos adentra en su mentalidad, el por qué de su comportamiento, como describen su frialdad, su falta o no de empatía, porque matar ya sabemos que puede matar pero nos interesan las respuestas del guión. No sé si es mucho pedir. pero así lo manifiesto. Porque al final los guionistas dejan todo melifluo sobre una hipotética realidad de ficción. Y acaban cargándose al personaje, la trama y bajo una falsa lectura de audiencia, dejan en paños menores a una gran serie como esta.










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