lunes, 2 de noviembre de 2015

"MANOLITA" ENTRA EN LA PENSIÓN.


ACTRIZ DE LA TARDE:

ITZIAR MIRANDA 

CON:  JORGE SANZ, ARMANDO DEL RÍO, MARIBEL ALONSO, JOSÉ ANTONIO SAYAGUÉS, MANUEL BAQUEIRO, LOLA HERRERA, ANA POLVOROSA, VÍCTOR SEVILLA, LUCÍA MARTÍN, MICHELLE CALVÓ Y SEBASTIÁN FERNÁNDEZ.



Maravillosa entrada de "Manolita" en la pensión. Rompe su  dialéctica de ama de casa sin mayor encanto ni relumbrón, para entrar en la leyenda de la mujer que siente algo que se le remueve por dentro y que es capaz de cambiar su mirada apática y de chispa que ha ido perdiendo brillo, para observar en ella que mira fijamente pero con suavidad y ternura al actor con resaca, justo cuando entra en esa pensión. Momento cargado de afecto positivo y de interés que suele acabar en enamoramiento, mirada aventurera, que se olvida de todo y que sólo ve para ese actor en paro al que, incluso, le informa de un trabajo de extra en el filme de Lean, aquel drama épico que se rodó en Salamanca además del Moncayo,  en Soria y en la Estación de Delicias de Madrid, la peli del "Doctor Zhivago". Mirada suave e idealizada de "Manolita" a su casi preferido profesor y que ha transmitido emoción. ¡Precioso momento!


Viajando a través de la televisión, un homenaje  a las oportunidades y sorpresas que te da la vida para ver cómo algo de amor comienza a sentirse por alguién y que te lo notas cuando no se espera sino rutina porque, algo, bulle en tí y te electriza como si se escucharan unas campanillas. La vida de esas personas que tendían la ropa y que se encontraban hastiadas del amor conyugal, y les aparece un príncipe que interpreta versos recitándolos (del romántico y revolucionario  Espronceda por ejemplo) y que les conmueve porque les saca su femenino más profundo. El profe es un crack. Puede resultar ingenuo pero así suele ocurrir. Itziar Miranda ha estado sublime, sólo ya por esa entrada y su consiguiente mirada. El plano rodado, perfecto. En unos instante, su mundo doméstico se ha interrumpido, resquebrajado con la mayor de las inocencias y deseándolo sin darse cuenta,  y ha exteriorizado que todo se ha venido abajo con absoluto poder de convicción, sin palabras, sólo con miradas elocuentes y sugerentes. Esas miradas son el soporte visual donde apoyan ese amor no domesticado del personaje, evocan los más íntimos impulsos humanos y muestran que las mujeres son espirituales y quieren mucho a los hombres desde el momento en el que comienzan a interesarse por ellos. "Manolita" ha pasado de representar un aburrimiento diario, resignada domésticamente, a estar tocada por la grandeza y sabiduría del amor que creía olvidado.
A destacar las opiniones sobre la vida disoluta de los actores, por parte de "Benigna" y es que actores como Luisa Sala, Lola Herrera, Mari Carmen Prendes o José Bódalo, entre otros, que se recogían en casa tras la función, eran difíciles de encontrar. 



Un capítulo donde ha habido de todo. No han faltado los homenajes, aparte de ese a la obra épica por excelencia del cine así como de gran historia de amor del "Doctor "Zhivado", a aquel gran torero histriónico y controvertido que fue "El Cordobés" que dió tantas tardes de emoción en aquellas tales redondas en blanco y negro; así como a aquel Papa Pablo VI ( a quien cuando yo era un niño conocí en el Vaticano y me impresionó), renovador y conciliador, progresista y muy listo que tuvo que aplicar la profundidad y magnitud de las  reformas entre hienas que si se descuidaba, le desollaban. Un hombre humano y coherente con su fe auténtica al que, aunque yo soy ateo, siempre he valorado muy positivamente. No estuvo de acuerdo con el Régimen de Franco ni con sus jerarcas lameculos de la botafumeira Iglesia española y fue un apoyo y consuelo para todas aquellas gentes que vemos en la serie y que padecieron la injusticia de unos fascistas que les sometieron política, económica, moral y religiosamente. ¡Un gran hombre!



No hay palabras para describir la enormidad de secuencia negra de la urna con las cenizas al cubo de la basura. ¡No somos nadie! Te despersonalizan entre residuos pretendidamente reliquias, y te meten en un frigorífico, te tiran al container o te mezclan con cenizas de tabaco para dar el pego y hacer bulto. Tiene humor negro delicioso y cruel, además un toque caústico y amargo sobre nuestro fin para siempre camino del olvido. Sin más pompa ni misas, sin cuerpos pudriéndose, nada, unos residuos que se confunden con el tabaco y que se tiran por ahí y con los que, los bromistas, se descojonan mientras los trajinan y dan el pego. Efectivamente, la muerte no es de uno, es de los que se quedan y cargan con esas asquerosas cenizas que dan un yuyu para qué contar. Tras un momento de comedia inofensiva, una broma macabra sobre el morirse, donde el que traslada los restos lo pasa mejor  peor que el que está en los restos que ni siente o padece. Momento hilarante que se enfrenta al ceremonial tétrico de las despedidas en los cementerios llenas de luto y dolor, en un país de doble moral y de carnavaladas de indumentarias color negro, en una secuencia que provocan la carcajada y la reflexión sobre la inutilidad de la vida al final y que nada deja nada. Humor negro a raudales y una gran reflexión humana tratada de modo ligero pero mordaz.
Un puntazo de "Sebas"/ Sebastián Fernández con sus dedos amuletos chocando con el mostrador, protegiéndose de todo maleficio.




La carita de déspota de la empleada, envidiosa y morrosa, me ha recordado al comercio donostiarra y a esas perfumerías en las que unas golfantas se quedan con las muestras que son para los clientes y, no sólo se apropian de ellas, sino que llaman "gorrones" a los que se las piden. Me ha recordado al soberbio anti-comercio donostiarra. Engreído y fátuo, malencarado y faltón de San Sebastián.




Elegante y señor actor Armando que nos ha brindado un soberbio cambio de registro. Será el próximo capitán del cuartel. Y una secuencia final, brutal, de una posible violación, desgarradora, de la que comentaremos mañana.



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