Laura Luelmo murió por un golpe en la cabeza. ¿Quién entiende este
asunto? Lo que queda claro es que, al margen de la autoría, estos dos elementos,
Bernardo y Luciano, han gozado de favores por parte de la autoridad y
judicatura. Y es terrorífico el abandono que tiene esta pobre mujer cruelmente
asesinada de parte de grupos que suponen que ha sido o no cometido por una etnia marginal y
minoritaria. Por ello, como en muchos casos de crímenes, pederastia,
violaciones, asesinatos, muchos no se movilizan porque siguen las consignas de
su “Amo”.
Bernardo no podía contemplar por frente a Laura: Su casa estaba en el número 1 de la calle Córdoba, en El Campillo (Huelva), es imposible que Bernardo Montoya colocara su silla y se sentaba a observar a Laura que vivía en el número 13 de la misma calle. La de Bernardo se encuentra situada en una pequeña plaza. La casa a la que Laura se mudó está situada algo más abajo, descendiendo la misma calle y por lo tanto no está enfrente. Además los dos portales son impares y corresponden al mismo lado. No es posible que alguien sentado en una mecedora la observara por frente.
La ubicación de la casa de Bernardo arriba y de Laura abajo. Imposible le viera por frente
Bernardo no podía contemplar por frente a Laura: Su casa estaba en el número 1 de la calle Córdoba, en El Campillo (Huelva), es imposible que Bernardo Montoya colocara su silla y se sentaba a observar a Laura que vivía en el número 13 de la misma calle. La de Bernardo se encuentra situada en una pequeña plaza. La casa a la que Laura se mudó está situada algo más abajo, descendiendo la misma calle y por lo tanto no está enfrente. Además los dos portales son impares y corresponden al mismo lado. No es posible que alguien sentado en una mecedora la observara por frente.
La ubicación de la casa de Bernardo arriba y de Laura abajo. Imposible le viera por frente
En este caso de la pobre Laura que tanto nos ha afectado no quiero
mencionar demasiado a este inmundo político de Echenique pero sí denunciarle
por su cinismo y crueldad. Sobre todo sucio oportunismo, basurilla, de
aprovechar el asesinato de una pobre mujer buena para hacer campaña contra
partidos políticos que le hacen competencia y le restan votos para alcanzar un
día un poder bolivariano para someter a la sociedad a una dictadura de hambre y
represión. Decir a este despojo político que, precisamente para congraciarse
con políticas permisivas, votó en contra de la prisión permanente revisable. El
desprecio nos lo inspira él cuando es capaz en estos luctuosos momentos mencionar
a “votos ensangrentados en el
anti-feminismo”. De todos modos mucha parte de la izquierda feminista ha
obviado y pasado de puntillas por este sangriento suceso. A esta gentuza
vividora y golpista lo único que le importa son los votos próximos a recuperar
o a perpetuarse en el poder o alcanzarlo. Y el hecho de que sean de raza gitana
el sospechoso les resta capacidad de movilización y de denuncia ante lo
execrable de este asesinato porque buscan los votos de esta gente, como de
otros colectivos de inmigrantes que delinquen, pero menos o nada para ellos
porque son nuestros amigos, sus amigos y votantes.
Pero el caso de Laura ha tomado un camino que me sigue reafirmando en
que esto es complicado y se va enredando más. Mencionamos ayer a Bernardo, el
hermano de Luciano, quien asesino de una
anciana a la que volvió para rematarla; parece ser vivía en el pueblo y había
salido hace unos dos meses de la cárcel de aquel crimen cometido hacia 1.995,
cinco años antes del que también realizara su hermano Luciano, en el 2000. Bernardo
había cumplido 17 años por el asesinato de aquella anciana más otros dos años
por diversos robos y acababa de salir de prisión.
Sigo sin comprender varias cuestiones. Las sospechas, ahora desmentidas
por todos que afirmaban hasta ayer lo contrario, jamás fueron hacia Bernardo
sino hacia su hermano L. Montoya. Hoy, resulta que, cuando se decía que Luciano
había salido de la cárcel hace un mes por el asesinato de una vecina en
Cortegana, a la que asestó de igual modo una puñalada en el cuello, así como
por haber secuestrado a una mujer e intentado violentarla y agredirle en un
parque de Los Cipreses del Campillo, que quedó en casi nada en la sentencia,
hoy, resulta que aún no había salido de la cárcel en su condena cuando todo el
mundo le señalaba como el culpable. ¿Cómo puede ser eso? ¿Cómo iba a estar por
frente, sentado en una mecedora, vigilando e inquietando a Laura si además su
casa estaba vacía al encontrarse aún en prisión. Se enreda aún más la cuestión
cuando, el día 12 de diciembre, día de la desaparición de Laura Luelmo, Luciano
se encontraba interno en la prisión de Ocaña (Toledo). La cárcel le concedió un
permiso este lunes, el mismo día que apareció el cuerpo con señales de
violencia. ¿Por qué se le relacionó? Todos han comentado que se encontraba ya
fuera de la cárcel hace un mes. ¿Confundieron a los hermanos? ¿Los dos tenían
el mismo vehículo o se lo repartían el Alfa Romeo? No lo creo. El vehículo era
de Bernardo. ¿Bernardo se encontraba en el pueblo o también estaba huido? Ayer, en mi artículo, no quise culpabilizar a Luciano porque es
una extraña historia. Tampoco a Bernardo porque no me fío de nadie ya en este caso, repleto de inexactitudes, contradicciones y mal rollo que contemplo conlleva. Algo que huele mal y que, hoy mismo, se oscurece más por lo siguiente:
Por varios motivos. Dicen que la Guardia Civil contactó con el
sospechoso hasta hoy mismo, Luiciano, dos días después. ¿No sabía la Guardia
Civil al instante que Luciano se encontraba aún en la prisión toledana de
Ocaña? Eso, se conoce e informa al instante, no dos días después en cuanto hay una
sospecha desde el primer día de la denuncia. Pero es aún más extraño e inverosímil.
Dicen que sin cargos contundentes contra Bernardo aún, fuentes precisan que no
hay pruebas definitivas de su implicación en la muerte de la joven profesora y
que se le ha detenido porque, cito textual: “Montoya ha sido detenido cuando se
ha bajado de un coche para huir a pie al percatarse de que estaba siendo
vigilado por la Guardia Civil”. Es decir, una persona va en coche, (por cierto
¿desapareció o no el Alfa Romeo?), se baja, se siente vigilado por la Guardia
Civil y, pudiendo huir en su vehículo, se escapa a pie dejando su coche
abandonado. Ello no se lo cree nadie. Y otra cuestión: estando en el pueblo
Bernardo, de gran currículo también ¿Nadie le interpeló ni le llevó a declarar
y sólo porque parece ser huía a pie pudiendo hacerlo en coche, le consideran sospechoso? ¿Dónde se encontraba a la hora de la verdad Bernardo? ¿Quien había desaparecido?
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