jueves, 20 de septiembre de 2018

LA ESCANDALOSA MANIPULACIÓN DEL CRIMEN DE DIANA QUER.


Diana desapareció en la madrugada de un 22 de agosto del 2016 sobre las 4 de la mañana. Fue vista sobre las 02:30 andando por el paseo marítimo de A Pobra. Según la investigación, el último WhatsApp que envió fue a un amigo suyo de Madrid a las 02:43. El 19 de abril del 2017, el juez instructor Félix Isaac Alonso levanta el secreto y acuerda el archivo provisional de la causa. La causa era que no se podía abrir procedimiento contra alguien en concreto. Y lo más sorprendente es que alta jefatura de la Guardia Civil manda parar el caso, aunque un año después, los que investigaban, regresan al punto en el que se perdió la pista de Diana para tratar de reconstruir sus últimas horas. Sólo tienen una certeza: es que ha sido un acto planificado por terceras personas en un terreno conocido para ellas.


Así olvidado, en diciembre del 2017 apareció el cadáver. Fue detenido el principal sospechoso, el vividor y e vidorra vagancia, José Enrique Abuín, que jamás declaró de los cargos que se le imputaban: Detención ilegal, homicidio o asesinato y contra la libertad sexual. Y el 1 de enero de este año la autopsia fue, como se acaba de demostrar, no solo un sino algo manipulado que sería preciso llamar al juzgado a declarar a los tres forenses. No se pudo determinar si fue o no violada, por el tiempo en el cual el cadáver estuvo en el agua, sí que hubo estrangulamiento con posiblemente una brida de las que seguían atando al cadáver que encontraron aquel nefasto 31 de diciembre en lo profundo de un aljibe de una nave abandonada de Rianxo. Los tres forenses, de todos modos, no se pusieron de acuerdo.


Lo más grave es que tres eminencias dejaron pasar por alto, incomprensible y que yo no me lo puedo creer, como ser ha demostrado ahora en otra autopsia, sobre la existencia de una herida traumática en la espalda del cadáver. Lo cual no es que siembre dudas es que casi ya nos está conduciendo a una “manada” que actuó en grupo, al estilo de las niñas de Alcàsser y de la cual el vago de Abuín sería el tonto del pueblo. La Audiencia, ahora, ha ordenado un estudio en profundidad de la documentación, fotografías, vídeos e informes, para que todas las evidencias lleguen claras al juicio. Un caso de pasteleo increíble. Alguien se pegó un susto cuando Diana apareció y es que los muertos y la sangre siempre dejan rastro. Y el profesional forense Pampín y a través de una fotografía del cadáver, en julio, realizó otro estudio forense.


Y resulta que la foto que refleja lo que los tres forenses no contemplaron, una herida traumática en la espalda del cadáver que pudo ser anterior a la inmersión del cuerpo de Diana Quer en el pozo. Si estos sospechosos forenses hubieran mostrado esta evidencia, hubiéramos avanzado algo más sobre las circunstancias en las que se produjo la muerte de Diana. Pero es que, además, los forenses hacían constar, sobre las muestras biológicas recogidas en el cuerpo de la víctima, así como una brida para buscar ADN y otros elementos con el objetivo de investigar si hubo agresión sexual, que el resultado inicial era negativo. Y sobre todo olvidadizos estos picarones dejan de lado esa herida que sí puede llevarnos a la agresión, al sado y a la violación. Estaban tapando una trama, no me cabe duda. De haber sido el “El Chicle” no hubieran esquivado la evidente herida que muestra la foto. Es más, en su informe forense, confirmaron que no existía ninguna herida relevante. Suficiente para ser detenidos hoy mismo.




Estos tres caraduras sabían muy bien que insistir en la herida, cuando un cuerpo sumergido en agua durante tanto tiempo, que sólo podemos certificar que los indicios de agresión sexual se alteran en un cuerpo sumergido en agua y que se borran muchas pruebas, , salvo que estos fuesen de carácter traumático y ahí entramos en la herida que estos cegatos no quisieron ver. Han transcurrido algo más de dos años de este terrible suceso, el “Chicle” no habla, nadie le presiona y todavía existen dudas sobre las causas de la muerte de Diana y tenemos a unos forenses que no se creen nada de lo que, incluso pelándose entre ellos, dictaminaron. Huele a Manada de viciosos y pervertidos, con la colaboración, como en muchos casos (Marta del Castillo, Niñas de Alcàsser, Casta Castrillo y…  otros). La actitud de la Guardia Civil, los forenses, los jueces y ahora el propio Abuín que no cuenta nada, nos indican que alguien muy grueso anda metido ahí. ¿Pagó alguien o algunos a Abuín para que se callara?






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