Mientras Urkullu viaja por Argentina prometiendo a
Mauricio Macri, presidente de Argentina, que empresas vascas se instalarán en
ese país y contribuirá al desarrollo del país, los techos de los hospitales
como el de Nuestra Señora de Aránzazu caen y la desidia, la falta de motivación
del personal, su hartazgo, el pasotismo en gran parte de los médicos y un cada
día mayor caos invaden Osakidetza y la desmotivación planea entre la mayor parte del personal de los
profesionales. Y menos mal que aún trabajan muchos en condiciones asfixiantes a pesar de los recortes y de
la desmoralización que les invade. Este hospital lo inauguró Franco hace 58
años, fue una gran obra volcada en lo social y sanitario; hoy se caen los
techos muestra de un abandono que sobrevuela el centro.
La visita de Urkullu es otro cuento más
más y un mayor despilfarro. ¿Cómo van a entrar empresas vascas si la
mayoría y las más importantes están siendo cerradas? General Electric, Muebles
Xey, Edesa Industrial, La Naval o CE, y
CNA Fagor presentaron hace un año medidas drásticas peligrando su continuidad. Así
como en total más de 20 empresas que atravesaban dificultades severas para
mantener su actividad y que tienen en peligro 3.400 puestos de trabajo. Más otras
22 compañías que se encontraban en una situación semejante, y a pesar de buscar
una situación de salvación de empleos a finales del 2017. En el 2016 11.000 empresas vascas echaron el cierre. Este ritmo de
destrucción de la red empresarial ha sido constante e insostenible para una
economía en crecimiento como era la vasca. Y ahora Urkullu, con si sequito se
va a gastar la pasta de los pobres vascos en no se sabe exactamente qué porque
este pequeño virrey de una autonomía en declive total promete que el cementerio
de empresas vascas arruinadas van a operar en Argentina. Un pequeño territorio
de oligarcas con más de un 30% de empresas importante que han cerrado. El País
Vasco, que es la única autonomía que tiene el tejido empresarial en su nivel
más bajo de toda la crisis.
Pero creo que este panorama desolador de la Euskadi nacionalista y
vividora donde lo que cuenta parece ser es el conflicto y el estatuto, merece
la pena ahondar en la gran decadencia del Servicio Vasco de Salud. Una caída de
un techo en el Hospital de Aránzazu en San Sebastián nos ha llevado a plantear
cómo se trabaje en el mismo. Me comentaba el pasado día una persona que vio la
foto en nuestro Facebook del techo hundido, restándole importancia, que era un
techo falso. ¡Oiga! ¿Si llega a caer sobre un quirófano? Hay un hábito de
alabar inconmensurablemente lo que merece la censura más férrea. Les vamos a
contar cómo se trabaja en Osakidetza, desde informaciones que nos envían.
Los recortes han llegado hasta el personal de festivos. Igual de
trabajo o más para menos personal. Enfermeras haciendo camas es un variopinto
espectáculo para una Euskadi gloriosa. Médicos de guardia que se chotean de los
enfermos, que pasan sus visitas como una exhalación y que no conocen el
expediente del paciente, ni les importa, y que su fin es decir cuatro paridas
que se contradicen con lo argumentado al paciente por el médico del día
anterior o el que vendrá al siguiente. Un choteo. Se dan casos de que le informan
a un enfermo que su ecografía es perfecta mientras que otro dice que, aún, no
se ha recibido los resultados o que cuando se pregunta por la misma, el jetas
del médico desconoce se hubiera realizado una. Dos versiones para desidia
total.
Llega ya tal la desvergüenza del personal médico que ahora es el
encargado de “echar” a la gente enferma
en cuanto tiene un mínimo de justificación, estén o no curados del todo, es
capaz de fabular vendiendo los argumentos más inverosímiles para que se
“larguen” los molestos que consumen recursos. Uno de los más repugnantes
argumentos que se usan para “despedir” es recurrir es que se cogen muchos virus
o incluso neumonías si están uno hospitalizado por cierto tiempo. Las medicinas
que recetan, valgan o no, sin algún estudio previo o con efectos muy
secundarios, producen efectos nocivos pero les da lo mismo. Y si alguien
denuncia el perjuicio ni caso hacen. Se ha dado el caso de un cirujano que al
acudir los familiares a preguntar por la operación de su pariente casi ni le contestaron.
O que, y esto es grave, médicos de guardia te responden que “en esos días del
fin de semana” no tiene por qué contestar.
Pero hay personal digno y sacrificado que hace que, aún en medio de la
casta política corrupta y los gestores, algo funciona en Osakidetza. Son los
silenciosos, enfermeros, enfermeras, celadores, personal de limpieza, todos aquellos
que se sobreponen a la desgana que impera en algunos sectores.
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