En el 2012, un fotógrafo, Michael Jones, visitando la Capilla Sixtina,
tomando fotos y al revelarlas, se había captado la presencia de una chica de la
que el fotógrafo afirma no se encontraba allí en el momento del rodaje. La niña
yacía en el suelo y su cuerpo, vestido de blanco, parecía sin vida. Procedía de
haber filmado un suelo esplendorosamente marmóreo dónde el fantasma de la niña
apareció en el revelado. Este mismo retratista a través de su hijo,
investigando la aparición, y sin conocer a Emanuela, llegó a la conclusión de
que se trataba de ella y que la cámara era rudimentaria como para producir
efectos luminarios sin distorsiones de imagen. La chica sufría se ve en la foto
que hemos colocado en este artículo. ¿Fue un efecto paranormal? ¿Era el fantasma
de Emanuela que se quería comunicar? ¿Qué razón tiene todo esto? La foto está
comprobada y no está trucada.
?Existe en verdad el espíritu fantasmagórico y es real la visión de la aparecida? Se palpa su presencia. El ex exorcista
del Vaticano, Gabriele Amorth, ex exorcista principal del Vaticano, asegura que
Emanuela Orlandi, fue asesinada después de una de aquellas orgías, en las que
fue obligada a participar, y que su cuerpo fue hecho desaparecer. La asesinaron
y la enterraron en la siniestra Nunciatura de Roma. Fue un asesinato pederasta.
Fue una fiesta organizada para el personal diplomático de una embajada
extranjera en la Santa Sede con ayuda de un guardia del Vaticano que actuaba
como reclutaba chicas. Con ese fin fue secuestrada la niña y habiendo
denunciado además, el archivista Simeone Duca, que también le pidieron ayudara
al guardia del Vaticano. Emanuela se llevó su secreto y su dolor a la hora de
morir a la tumba. La secuestró el mafioso Enrico de Pedis, jefe de la banda de
la Magliana, y fue enterrado en una iglesia de Roma, San Apolinar.
Este asunto escabroso se relacionó como comentamos en el primer
capítulo con el atentado contra Wojtyla y con embajadas del otro lado del telón
de acero. Pero fue para despistar. Apareció precisamente el cadáver de De
Pedis, dentro de un ataúd colocado en otro y este a su vez colocado en otro
más, como una Matrioshka, enterrado
como un papa dentro de tres féretros. Matrioshka ¿Cómo es posible que un
criminal estuviera sepultado en una basílica? ¿Qué relación había entre él y el
caso Orlandi? Esas fueron algunas de las preguntas que se hicieron las
autoridades y toda Italia después del hallazgo. Para la abogada de la familia
Orlandi, Nicoletta Piergentili, dice mucho este siniestro entierro en san
Apolinar.
Parece ser que dentro del Vaticano se organizaban fiestas y uno de los policías
del mismo se encargaba de reclutar a las chicas. Un entramado entre el personal
diplomático de una embajada en la Nunciatura y a tenor de un enorme exorcista
que fue Amorth, jefe de exorcistas del vaticano, Emanuela fue asesinada en
estos círculos. Amorth murió en septiembre de 2016. Ha habido muchas leyendas
urdidas la mayoría desde las cavernas del siniestro Vaticano, a través de un
periodista llamado Fittipaldi, sobre quinientos millones que haría desembolsado
el Estado papal para alejar de Roma a Emanuela hasta casi los finales de la
primera década de los 2.000. En el 2016, después de haber especulado con ese
traslado, se cerró este misterioso caso. Las chicas fueron asesinadas pocos
días después, a lo mucho, de su desaparición. Tuvo la mala suerte de que su
padre habría tenido acceso a documentos
comprometedores relacionados con la bancarrota un año antes del Banco
Ambrosiano, una institución acusada de lavar dinero de la mafia y de la logia
masónica P2 y alguien pensó en eliminarla y jugar con ella antes de matarla o
tal vez se les fue la mano. Y sucedió un suceso extraño hace cinco años, en
2013, cuando aún sin cerrar el caso, el papa Francisco, encontrándose la
familia Orlandi con él, les consoló susurrándoles fariseámente diciéndoles que
“Emanuela está en el cielo”.
Queda de todo esto mucha amargura para una familia y amigos, un
misterio y las piernas de un hombre con deportivas casi pisando los brazos de
la aparición tumbada en el suelo, captado en aquella imagen fantasmagórica,
hombre estaba de hecho allí, caminando por donde la cámara retrató a aquel
holograma, y si hubiera habido y visto una niña doliente y angustiada en el
suelo, además en un lugar público tan abarrotado como la Sixtina, nadie
hubiera sido indiferente y la hubieran abandonado en su enorme soledad.
¡Descansa en paz cuando puedas Emanuela Orlandi! En Euskadi no nos
quieren las víctimas del Caso Kote Cabezudo pero nosotros siempre os
defenderemos de la ignominia de haber sido violadas y, en tu caso, asesinada
por mafiosos pederastas, ricachones de buen vivir, banqueros usureros,
funcionarios sin alguna catadura moral, criminales de la política, curas
pederastas y lucíferos de ordenes secretas y organizaciones satánicas
religiosas, mafiosos de la droga e
intereses sucios de dineros negros.
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