Periodistas reputados, en estos días, obligados a desconocer
públicamente que la abstención es lo más urgente a abordar en las elecciones de
la España actual, si queremos empezar informadamente a cambiar el sistema,
hacen llamamientos a votar en altos porcentajes. No pueden hacer otra cosa. Ni tan
siquiera se les exige a estos lacayos el que apoyen una opción dentro del
Estado de Partidos. Da lo igual. Todos son lo mismo, ninguno da libertad
política, todos se funden en el Estado, incrustados cobrando del mismo, y lo
único que les importa es que se vaya a refrendar masivamente que luego, ellos, ya
se las compondrán tras los pactos consensuados. La abstención les aterra y
deslegitima. Ningún partido va a cambiar nada y ninguno marca una opción de cambio. Todos se funden en sí mismos. El súbdito se encuentra absolutamente trampeado. Experiencia de más de cuarenta años avala que si les votas,
legitimas más corrupción y perpetúas el sistema que jamás cambiará de este modo.
En un Estado de Partidos bajo una Constitución otorgada no hay democracia. El
poder está en los partidos y ellos eligen por ti. Por supuesto quien ose decir
esto desde medios adocenados, es fulminado de inmediato y sin publicidad se
queda. Estos periodistas han hecho mucho daño a la verdad, a la política, a los
súbditos y a compañeros que no desean este sistema de partidos sin libertad
política secuestrado por los aparatos de los partidos. No hay que ir a votar a
Andalucía.
En los primeros tiempos de la Transición, la casta, envenenó a la ciudadanía con que había que ir a votar,
aunque fuera en blanco. Con la ideología de despreciar la abstención. La prensa
colaboró con las oligarquías desvinculando el derecho de voto, no como un derecho
político sino como un deber cívico con pecado capital de no cumplirlo. La
Abstención es sin embargo un derecho político y en conciencia muchos no votamos
en este basurero de partidos corruptos que deciden por ti. El refrendar una
lista no es elegir. No se da la libertad política de poder elegir y son los partidos
lo que lo hacen por ti sobre unas listas cerradas que luego consensúan, en ocasiones
de modo escandalosamente anómalo y sorprendente.
El problema central de nuestras sociedades modernas es la ignorancia
general de los ciudadanos que los hace fácilmente manipulables, más en España donde
los franquistas pactaron una transición. No se ha educado en estas décadas a
los súbditos en los valores auténticos de una real democracia; sólo les llama
para ser funcionarios por diez minutos, en un colegio electoral, echar una papeleta
en la urna, y a tu casa a esperar lo que decidamos. Todo el tránsito hacia el
Estado de Partidos, y la quiebra actual del sistema lo corrobora, ha sido una
mentira colosal y un golpe de Estado seguido de otro. El voto es un derecho
político conquistado con muchísimo esfuerzo y hasta con sangre. Y como derecho
jamás podrá convertirse en un deber cívico. El derecho está en nosotros, como
si fuera un acreedor, el deber en los demás para cumplir para con ese derecho.
Lo político es de la sociedad política y lo cívico a la sociedad civil.
Si deseas otro país donde algo tenga visos de poder solucionarse, no hay que ir a votar listas cerradas del sistema oligárquico, no
importan sean abiertas. El sistema proporcional reproduce la misma clase
política en la misma proporción. No hay
que ir a votar ese sistema proporcional. Los que contemplamos un sistema más
democrático miramos hacia un sistema mayoritario a doble vuelta por
circunscripciones y distritos uninominal. En España se presentan enchufados de
los partidos a servir a su aparato y jefe político. Ello, para mí no es válido
y es la causa de la corrupción, primero moral y luego política. Yo pujo porque
se presenten personas responsables ante sus electores, nada más alejado que lo
que ocurre en España.
Sobre el votar en blanco, personas que dicen van a cambiar el sistema,
no se concibe. Votar en blanco es no encontrar una opción entre las listas,
aunque se admite el sistema. No comprendo cómo están apareciendo profetas e
iluminados, charlatanes y cara duras, por varios flancos, engañando a la gente,
pidiéndole dinero a través de teaming, para pujar por el voto en blanco que es
continuar con el mismo sistema.
No se puede ir a votar en Andalucía, aparte de porque dan pena los
candidatos, si estás en contra del sistema, porque es votar a la oligarquía y
seguir manteniendo al monstruo que unos aprovechados idearon para ellos en la
Transición. Y que el que vaya, sepa cuál es su riesgo y responsabilidad,
continuar con los mismos de lo igual. Da lo mismo se vaya Susana, pacte con “Adelante
Andalucía” o que lo vuelva a hacer con el corrupto “Ciudadanos”; que PP pactara
con VOX y “Ciudadanos” o que haya gobierno en minoría o que no hubiera consenso
y no se pudiera formar gobierno, también probable. Nada de ello va revertir el
sistema ni va a hacer crecer a Andalucía. La abstención es hoy el único medio pacífico,
no violento, que tenemos para que un día soñado, si la abstención fuera brutal,
se empezara a pensar en cambiar una constitución para respetar los derechos de unos
ciudadanos, una vieja constitución de los franquistas con el PSOE fundamentalmente
a la que, como clavo ardiendo, se pega todo el arco de partidos corruptos para reproducirse en casta dirigente y secuestrar la libertad política. ¡Vete a echarles cuando los días siguientes al domingo 2, te propongan como pactos lo nunca pensado y totalmente secuestrado!
Se puede decir en mas lineas pero estas bastan.
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