LOS PERIODISTAS BUSCAMOS Y DEFENDEMOS LA VERDAD EN LOS CASOS DE PEDERASTIA

Los periodistas buscamos y defendemos la verdad en los casos de pederastia, no a camarillas ni somos sicarios de nadie o consentimos nos manipulen las sectas desde donde emanan consignas para sentenciar y ejecutar sin juicio previo. No vamos a tragar se nos amedrente porque no comulgamos con el dogma de unos profetas recién enviados por los nuevos ángelus.

Antes de nada decir que jamás he sido defensor de Odón Elorza en su gestión al frente del ayuntamiento donostiarra. Nunca he sido un “pelota” de él como muchos que ahora se arriman a sacar rentabilidad sobre sus supuestos delitos y aberraciones sexuales que dicen ha cometido y en su día aprovechaban de su poder y silenciaban. Él lo sabe pero también conoce que jamás le acusaría y menos sin pruebas, de violar a un menor en un yate; menos incluso de darlo por culpable y sin mayor testimonio que la palabra de unos cuasi anónimos de la Red que por cierto dicen lo sabían y lo llevaban guardado. No comulgaré jamás con grupos de presión creados en la Red para decir de honrados cuidadores de un centro de Zumárraga: que “se follan” a menores; que los jueces y fiscales o Fiscal del Estado del Caso Kote Cabezudo son unos corruptos; que el mismo Kote es un violador declarado ya sin sentencia firme. O mucho más grave como algunos, dando por sentado, propagan que, Kote Cabezudo, ha podido contratar a un sicario para matar a un abogado, por grabaciones que se escuchan donde poco dicen en sí mismas. Yo como periodista, y sé que la mayoría de la prensa, no vamos a colaborar con un grupo de teaming que nos pide nos declaremos al lado de unas informaciones en las que, sin juicio y presunción, se declara culpable de horrorosos delitos satánicos o de devaneo judicial  a todo el que no es de esa opinión obligada para que no te despellejen. Y menos que nos difaman hasta grados de juzgado de guardia ya.

Yo pensé, tal como se planteaba a raíz de informaciones que comenzaron a llegar en primavera desde alguna prensa y otra más que acudimos a los “Jugados” de San Sebastián, que este Caso tomaba un cariz interesante. Pero han cambiado mucho los tiempos. Y lo que no se puede es difamar a una prensa que apoya a víctimas y que desea conocer la verdad, porque no grita desde unos medios lo que unos fanáticos sin mesura alguna lanzan por las redes, declarando ya la guerra a los violadores que ni siquiera han sido juzgados. No se nos puede pedir algo para lo cual no estamos los periodistas: comulgar con estos movimientos y reverenciar a sus jefes como santones incuestionables y lanzar acusaciones muy graves sin mayor fundamento que unas arengas incendiarias contra todo el que se mueve. A la prensa no se la puede insultar porque no acude a los juzgados a denunciar algo o porque sencillamente no informa lo que yo traslado y quiero escuchar. Tenemos nuestra labor informativa y capacidad de análisis y nuestra moralidad sobre lo que no creemos, se puede publicar por supuestamente dudoso incluso o por no probado. 

Este tema de Cote Cabezudo se ha desmadrado hasta la estratosfera, desvinculándolo de su esencia y tal vez coreografía, para ser políticamente usado, en pretendida labor de barrer revolucionariamente el mal que nos acecha y tal como lo sentencian algunos, para dar el protagonismo a indignados espectadores, informados solamente por la voz de un solo señor illuminatis y sin capacidad de crítica y menos de respuesta, es casi ya un caso sectario.

Llegan las elecciones y algunos lo saben y esperan hace tiempo. Y entre otros quienes vienen usando, buscando votos, de temas tan lacerantes como la depravación sexual a menores; para acusar a políticos sin más, jueces, fiscales de que les gustan los menores, debiéndonos los periodistas plegarnos a ellos para defender tal vez su candidatura electoral oculta; firmando, dando la cara y acusando a troche y moche que todos son pederastas. Y por ahí no vamos muchos periodistas. Incluso ya se arremete contra asociaciones feministas, a las que se acusa de dejación y a periodistas a los que desde lo más turbio empieza a considerárselos verdugos, gentuza y que con nuestra actitud apoyamos estos casos y a estos violadores, si tal vez alguno de nosotros no lo es también. Por ahí no nos encontraremos jamás. Y menos insultando a poblaciones enteras llamándoles “mierda” porque no apoyan a las facciones de visionarios del teaming. Llegando ya a injuriar a los periodistas que no apoyamos a estos grupos de pirómanos como declarados colaboradores, amigotes o también participes de los violadores.

La red transmite mucha información que no sabemos de hasta donde es cierta. Y lo peor es que dentro de la misma se acusa ya de todo, a protagonistas inmersos en los casos denunciados. En este caso de Cote se nos quiso involucrar vehementemente en que la juez y teniente fiscal de San Sebastián protegieron a Kote. ¿Es cierto? Ello le ha supuesto una denuncia al abogado por parte de tres magistradas donostiarras que se sintieron difamadas. Estos grupos quieren que denunciemos a los que ellos apuntan: a políticos del PSOE, PP y PNV que dicen se encuentran involucrados en una trama de violación y grabación de imágenes pedófilas con niñas y niños, que la fiscalía se pasa por el arco del triunfo. Yo al menos no voy a acusarles y menos tras las presiones que han ejercido contra mí estos fanáticos e iluminados del teaming. Es que acusaciones sumas de violaciones, colaboración con ellas, pedofilias ya declaradas y escenas macabras de actos sexuales, conmigo que no cuenten para dar nombres o acusar. Se ha llegado incluso a mencionar el nombre de una juez que se ponía cocaína en las tetas mientras obligaba a niños a chupárselas. O que esta juez está acusada de haber presenciado cómo asesinaban a una niña de 6 años al reventarla, salvaje y literalmente, en una violación. Por este camino, NO; sin que por ello nos acusen de cuasi violadores y gentes de mal vivir que conocemos a los que “ya está confirmado” según ellos delinquían. 

Yo no puedo concebir, lo siento, que en estas últimas semanas a mucha gente de prensa, abogacía, política… los quieren matar. No puede ser. Y por ello no creo soy sospechoso de ninguna satánica aberración. El pasado día unas grabaciones supuestamente se decía que un sicario andaba buscando una esquina donde descargar todo el cargador de su arma contra el abogado del Caso Kote Cabezudo. Aquí, la mayoría de la prensa no hemos entrado el tema ni yo al menos lo haré. Simplemente por mencionar una, creo, opinión sensata, en un foro de teaming, sobre que me cuesta creer que Cote pudiera contratar sicarios para matar, así lo pienso honradamente, me han llamado de todo. Incluso que “negaba el asesinato”.  ¿Pero qué asesinato? Que era “amigo de él”. Me llegaron a decir que yo defendía a este supuesto violador de Kote. Así nos enfrentan ya directamente con ellos porque no nos creemos nada. Se ha puesto de moda que a periodistas, jueces, abogados, a todos los que parece molestan, les quieren matar. Y hoy por hoy los que estamos sufriendo difamaciones somos algunos periodistas que no comulgamos con estos nuevos movimientos arrojadizos de ultras desde donde nos quieren imponer su modo de pensar y de escribir o comentar. Por ahí no vamos a pasar.

Yo, volviendo al principio, jamás voy a dar pábulo a un cantamañanas que me quiere convencer sobre que va a acabar con el sistema opresor, cuando el sistema lo cambiarán gentes informadas sobre lo que es una auténtica democracia formal como sistema garante de la libertad política; como tampoco escribir que Odón Elorza ha violado a nadie lo diga quien lo expulse por su bocaza. Y no por ello apoyo la pederastia. He dejado de apoyar a estas víctimas porque además, ellas, no me quieren porque censuro a su abogado. Me han rechazado, están en su derecho. ¿Es que no tengo libertad para opinar sobre la labor de un abogado privado? Antes que defensor de nada lo soy de la libertad de expresión. Sobre Odón Elorza, al que han tomado en medida para no hablar de un caso muy complejo, honradamente lo digo, aún no sabemos cómo ha derivado la denuncia que lanzó el abogado de las víctimas vinculándolo al “Caso Kote Cabezudo”, ¿Sigue en pie? Y no es cuestión baladí porque, esta denuncia según creo, se utilizó para difundir vídeos y montar una Fundación. Y esto no son difamaciones de nadie, sólo es la respuesta de un humilde periodista vapuleado por personas a las que apoyé en su principio. Y como yo, muchos más de la prensa. Yo no apoyo a nadie, sólo busco la verdad y no me creo ya nada de nadie.