domingo, 28 de abril de 2013

LA VERDAD SOBRE EL CASO DE LA INCINERADORA. 1ª PARTE


ARTICULO CENSURADO EN ERRENTERIA EN LA REVISTA "OARSO"
LA VERDAD SOBRE EL CASO DE LA INCINERADORA.   1ª PARTE

Este artículo, fragmentado en dos partes, fue censurado en su totalidad por el Comité de Redacción de la “Revista Oarso”, de Errentería. El motivo extraoficial, porque directamente no dieron explicación alguna, fue que “era un artículo polémico”. Ha sido adaptado para “Primeran.com”, en razón de su extensión.

El PaP es un medio dudoso de efectividad, no exime de los restos últimos, sobre los que hay que decidir entre vertedero o incineradora, suponiendo un inasumible incremento de gasto, en este momento de crisis a las clases medias y populares, y fue un medio que sólo sirvió para crear sociedades como Garbitania S.L.
Odón, que  pactó  con la partitocrácia de EB y Aralar para conseguir una mayoría, no supo enfrentarse a estos partidos en el tema de San Marcos. Grupos reaccionarios que cedieron sus votos a ANV; por lo que hemos purgado años de retraso, sobre esta necesidad imperiosa del siglo actual en el ámbito europeo, imprescindible para deshacerse de los últimos restos, que procuran en las sociedades avanzadas: las incineradoras.
Un pacto que nos involucró, de lleno, a los habitantes del territorio mancomunado, con un contrato a Imanol Azpiroz, sin que sepamos qué pruebas o requisitos tuvo que realizar para llegar a este destino, como vicepresidente cobrando casi 3.000 euros, algo inusual hasta entonces, en un vicepresidente.
 Se vendió desde la Mancomunidad que, con menos dinero y tiempo, se daría solución al problema de los residuos del territorio. Y no es cierto. Los datos contrastados que tenemos de Hernani, uno de los tres municipios a los que se obligó con el PaP, arrojan un saldo demoledor. En este pueblo de Hernani, la “gracia” del PaP costó 3 veces más que lo que se abonaba por el sistema de contenedores. Concretamente 1.404.000 euros al año, por el sistema del PaP, frente  a los 474.657 que hubiera costado por el antiguo sistema.
Aunque, no todo es cuestión de dinero. Se destacaba, además, la inmundicia de los olores nauseabundos; la antiestética de unos “colgajos” indecentes en las aceras y portales o la persecución a las bolsas incorrectamente colocadas por ciudadanos sospechados de actuar incívicamente. Todo lo que los ciudadanos, para no volverse locos,  han intentado suponer una broma pesada y carísima de unos partidos que habían perdido sus papeles, en aras de una rentabilidad diferente y en defensa feroz de una Sociedad Pública, Garbitania S.L., para la original puesta en marcha  de los residuos.
El eje era, ésta, Garbitania S.L.. Con el PaP, crearon esta Sociedad, en muchos momentos durmiente. Desde un principio la opacidad inundó este alumbramiento. Siendo una sociedad pública pagada por los vecinos, y por lo tanto exigida de transparencia, se careció de información sobre candidatos presentados para cada puesto; de puntuación de cada uno en las pruebas; de nombre y apellidos de los tribunales de cada uno de los puestos a cubrir.
Se  contrató a  un gerente, además de un técnico asesor, dos técnicos de medio ambiente, así como informadores para la oficina de atención del PaP y varios coordinadores de departamentos, sin descartar nueva ampliación de personal; publicitándose todo en un anuncio, pagado por todos los contribuyentes, y realizado solo en dos periódicos de la órbita abertzale. Ni siquiera, en la página web del ayuntamiento de Hernani, se informaba sobre ello y estando formada la mesa de contratación por ANV y EB. Se actuaba de modo nada participativo ni traslúcido
Garbitanía S.L., era poner dinero y más dinero, para duplicar servicios y encarecer la recogida. Comenzaron con 600.000 euros, como capital inicial aportado por los ayuntamientos de Usurbil, Hernani y Oiartzun. Pidiendo un préstamo a largo para hacer frente al presupuesto.
Aquello, como en todas las dictaduras, acabó sin tener en cuenta el sentir vecinal, obligando a acatar el sistema sin réplica posible, pagando “a escote”, por los demás de la mancomunidad, los gastos repetidos del experimento del PaP e imponiendo sanciones a los dos meses de haber comenzado esta tiranía de los adefesios insalubres en la vía y vida públicas.
Sin aportar mayores pruebas, se perseguía a humildes vecinos, castigados ya por la crisis, por residuos mezclados; por no respetar días o puntos de depósito; enviando a agentes municipales para la denuncia.
En cierta ocasión, narraban, cómo  al encontrar cerca de “Proyecto Hombre”, una bolsa reventada al lado de un árbol, registrándola, encontraron restos de documentos bancarios a nombre de una señora que fue citada y denunciada.
Hay otro caso espeluznante, cuando en el punto de recogida de Akarregi, zona para personas con problemas a para adaptarse al horario o calendario, se encontró varias bolsas de plástico con papel. Registradas las mismas, en la inspección se halló documentación a nombre de quien también fue, sin más, sin aportar otra prueba, denunciado.
Algunos se fueron acostumbrando a este sistema, en un drama de supervivencia ante la rigidez. Muchos temían criticarlo. La mayoría tenía miedo. Y otros hicieron agitación política, ajustándose la gorra para que no se moviera nadie.
Sin embargo, las cuentas no salían. La transparencia era opacidad absoluta. En los prolegómenos, en el estudio previo del PaP, iba a resultar perfecto y revolucionario. Y hasta hubo cándidos que se lo creyeron.
Hernani iba a recibir, en compensación por el reciclado, casi 257.000 euros al año. En concreto, según ANV y EB, se ingresarían 172.000 euros por envases ligeros o de plástico y otros 85.000 euros por el cartón y el papel.
A los ocho meses  de haberse iniciado el PaP, según el interventor municipal, Hernani no ingresó ni céntimos por estos conceptos. Y aquí encontramos cómo un ayuntamiento como el de Hernani, que dedicó tanta vehemencia a perseguir bolsas de basuras y a identificarlas con pobres vecinos, no puso la misma diligencia  para cobrar los 130.000 euros que se aseguraron como ingresos que se iban a tener por el PaP.
Sucedían hechos no narrados por la prensa que en gran medida era la cómplice de este barullo. Hernani, con 19.500 habitantes, contrató a 8 operarios para la recogida de basura, más 2 educadores a domicilio para corregir desviaciones entre la población. Mientras tanto, en Usurbil, con 5.700 habitantes, se contrataron a 6 operarios. Lo cual no encuadra. Hernani, o no contrató al personal suficiente o Usurbil contrato a  excesivo número de trabajadores. Efectivamente, en Hernani faltaba personal y lo solventaban con un excedente de horas extraordinarias, donde se realizaban hasta jornadas de 11 horas diarias.
La situación se iba complicando y las cifras se desbordaban y el encarecimiento era muy preocupante. La recogida de basuras, por el sistema de contenedores, en el 2009, supuso un gasto de  474.657, mientras que entre mayo y diciembre del 2010 fue de 761.532 euros. A ello, habría que añadir los 315.500 euros de sueldos de los 8 trabajadores, sumando 1.075.032 euros en tan sólo estos 7 meses del 2010.
La situación era ya insostenible...........

José Ignacio Salazar Carlos de Vergara


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