viernes, 5 de septiembre de 2014

LA OSAMENTA PODRIDA DEL CID

PRESENTACIÓN DEL FESTIVAL DEL CINE



LOS DOS ACTORES DE LA TARDE:

LEONOR MARTÍN Y KOLDO LOSADA



Impresionantes estos dos momentos protagonizados pr Leonor Martín al enterarse de la muerte de los padres de "Aurora", de aquel su amor "Tristán" y de la mujer que se lo arrebató con total sinceridad en la iglesia, y el del cruel y sádico catedrático, Koldo Losada, que practicaba la violencia y mandaba a quienes querían aprender medicina, por ser mujeres, a su casa a lavar la ropa y estar bajo el yugo del marido.
El catedrático como representante de algo muerto por dentro, podrido y sanguinario. Un coro cerrado sobre sí mismo, carcundioso, violento, sin inserción en la universidad de su tiempo, sin nivel científico y con matones como catedráticos. La secuencia de esta tarde indica la carencia e interés por expandir la ciencia, sin misión educadora, a la deriva, que maltrataba  a las mujeres, donde la vocación de ellas tenía como destino el barrer y fregar según la oligarquía del claustro, cuyos miembros catedráticos el Estado pagaba un tasa sueldo tasado  por no ir ni siquiera a trabajar y representar la comedia universitaria sangrante y a medida de su caciquil enroque.
Sobre "Gregoria" ha sido impresionante cuando ha girado el rostro y ha recibido la noticia de la muerte de los dos esposos que ella conoció apreció, odió y amó. Todo un destello del tiempo en su rostro y un gran desgarro y melancolía. Se le abre el abismo de una triste inmaterialidad, el ayer y el mañana sin "Tristán". Pierde el presente que fue el ayer al conocer que ya no viven ellos. Me ha conmocionado este momento. El anverso y el reverso de la vida y la noticia por sorpresa y las brasas que se vuelven contra el apagarse, el tiempo se cha detenido en el rostro de "Gregoria" y el capítulo finaliza. A partir de este instante, el después está vacío. Ya no hay esperanza ni vida y no por no conocer, ellos vivían aunque sí en el sentimiento de la catedrática. Momentos que te legan, te seducen y te emocionan cuando se afronta la muerte sin haber consumado su esotérico amor para con el "soldado". Por cierto, Leonor, está muy guapa. Es una señora de la interpretación, severa y tierna, conmovedora siempre.


Una osamenta podrida como el país  y sus secuaces. Sarcasmo sobre la chirigota que ofrece un país empobrecido que hace que nos riamos de sus tristes miserias dentro de un simpático cuadro rural, caricaturescamente costumbrista, mofado por los alguacil del cortejo de la osamenta y con esos retratos realistas del típico pueblo de pueblerinos sin remedio. 

 

Historias negras, de podredumbre y cosas viejas y huesos de caballeros  corroídos por el tiempo. Paseos de esqueletos entre pobrezas, entre carencias y buenos sentimientos, entre una buena disposición y lo falsario de quienes vestidos de sepultureros y oficialmente los que daban traslado a la urna, usaban del cortejo para menospreciar las buenas disposiciones de los demás.


Las historias de los pueblos que intentaban salir adelante entre una sociedad que los menospreciaba y se burlaba de ellos. Momento que da vergüenza ajena en esta representación de la ancestral España de charanga, de huesos triturados, honrados y venerados como un  relicario.

 

Tiene mucho de Miguel Miura, de Bardem y Berlanga, este momento satírico costumbrista muy bien disfrazado de parábola cómica. Paradigma de comedia coral con grandes actores, esperpento que lo tomamos por el lado de la  muchísima ternura que tenemos a los personajes y que nos inspiran  sus respectivos actores.

 

Un pueblo y su tiempo de infelices y acatamiento religioso y abrazo a un Estado podridamente autoritario, que explota toda la humildad y miseria de pobres almas a las que tomamos como pobres desgraciados que se creen felices. Momento sublime que encierra tanta verdad en tal simple secuencia que me ha resultado sublime por sus aire tierno, inocente, divertido e inmenso .

 

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