domingo, 6 de marzo de 2016

LA ANUNCIADA CAÍDA DE DOS AMBICIOSOS


Debe de haber otra vuelta, segundas elecciones. Esto es intolerable. Aunque la casta política esté aterrorizada.
El sistema proporcional ha hecho aguas en la llamada democracia española. Y esta situación caótica donde los partidos y sus burocracias no logran entenderse, no va a ser superada en los próximos dos meses; no se garantiza un gobierno estable con lo que se conformaría con otro nuevo chaqueteo, y unas nuevas elecciones salvo que den sorpresa, tampoco resolverían nada, salvo que algún partido caiga estrepitosamente o algún otro suba increíblemente. Si cayera el PSOE, la fuerza hegemónica sería Podemos en la izquierda y de aumentar el PP, de entre ellos dos, alguno con otro menor en escaños, podría gobernar pero den por hecho en una legislatura turbulenta  a más no poder.


Hemos asistido a otra carnavalada más en el Parlamento. Donde cada uno ha llevado sus ambiciones, búsquedas de soluciones personales, sus ansias de gobernar y dar entrada  a los suyos, sus gracias y machismos, sus venganzas, sus insultos, su palabrería, su simulación de cultura política y sus sueños retorcidos en un país que quiere trabajar, tener calidad de vida y tener la posibilidad de votara personas directamente y no a partidos corruptos que eligen a personas.
Lo que vemos es consecuencia directa de este sistema proporcional que quiere conseguir mayorías desde los consensos de los aparatos de los partidos. Y hemos tocado fondo porque los partidos no representan a sus ciudadanos sino que son tumba democrática donde sólo se pretende ascender personalmente y buscar el poder absoluto a través de intrigas y marrullerías todas. Esta semana, una vez más, no se han manifestado opiniones o deseos de arreglar algo para la sociedad civil, sólo ha sido un muestreo de ideologías a  la caza del poder.



La Transición no quiso dejar que el pueblo contara con representantes directos que les defendieran con toda su capacidad y poder de las urnas, por circunscripciones en sus intereses; y lo que devino es que los elegidos ya no respondían  a esos intereses y sí a  esos otros en los que los elegidos confunden con lo que ellos hablan sobre "lo que el pueblo ha hablado", con el interés del partido y nada más.
A mí, que soy un periodista humilde, me asombra cómo tanto los partidos todos y la prensa que más sesera desea mostrar, interpretan la voluntad del pueblo desde unos porcentajes o escaños nada representativos de esos votos tamizados por la Ley D´Hondt. Ello es además de una trampa, otro imposible y una vividuría más. Ya que todos se deben a  la lealtad al partido y a la ideología y cualquier análisis desde estos parámetros, es corrupto. Además en esta investidura se ha visto que se deben también asu muy privada sexualidad o crónica rosa con cuernos de por en medio.



Desligados de los ciudadanos, han sido máquinas de votar ambición, trampa y búsqueda paranoica del poder. Sin alguna responsabilidad personal. Y como se da en este sistema, la búsqueda de mayorías con partidos coaligados, adopta esa consecuencia derivada por la corrupción moral del sistema, de dificultad de lograr acuerdos, más cuando la ambición es desmesurada como la de Pedro Sánchez, y de estabilidad de poder. Ahora, en España, se han roto todos los puentes ante la preocupación y enfado general de los súbditos.
Pedro y Albert que se creían muy listos por aquello que, de abstenerse Podemos o PP en la investidura, una vez en el absoluto poder, sería muy dificil derribarlos y que perdieran el poder porque siempre encontrarían a un partido menor para seguir gobernando para ellos. Es triste, pero es cruel verdad.


Así, de haber fracasado ese imposible duradero gobierno de PSOE y CIUDADANOS, siendo censurado, Pedro Sánchez continuaría presidiendo el gobierno aunque el "inocente" Albert se marchara, traicionando el pacto anterior y dando cabida ante el estupor general a otro nuevo chanchullo que tampoco tendría nada que ver con ese otro nuevo partido, cuya política tampoco representaría la voluntad de la mayoría.
En estos casos de gobiernos las responsabilidades son anuladas, merman reducidas de modo inevitable. Pedro pensaba que alcanzado el poder gracias a las abstenciones, después con la ambicionada presidencia, cuando todo se diluyera, el resto resultaría relativo porque sería consecuencia de la pretérita necesidad de alcanzar una coalición.  
Lo que ocurre es que ya no hay mayorías en este país, el sistema hace aguas. Sucede que Predro y Albert han quemado sus cartuchos negociando a cuatro bandas y por primera vez, el PP y Podemos, les han mandado al cuerno. Han fracasado. Las oligarquías de ambos partidos han sido vetadas del poder. Es más han traicionado a muchos de sus votantes; Ciudadanos, con los suyos del PP, UPyD y PSOE; los del PSOE con sus votantes moderados que cada día se alejan más de un exacerbado partido radical que ha perdido el norte y se ha entregado a la ultraizquierda desde el 11-M.



¡Ser equivocó! Sánchez nunca hubiera dimitido. El PSOE pensaba siempre tendría a algun partido para darle la mayoría. "Ciudadanos" está acabado"; ha retratado de ser un ambicioso partido al servicio del PSOE que mientras llamaba al PP, se desdecía aparcándole en la corrupción y falta de valor de investidura. El que haya tendido la mano a "Podemos" en la investidura, sabiendo que no la aceptaría este, no le exime, le delata como un vividor y traidor más.
Sánchez y Rivera pensaban subir los impuestos hasta la estratosfera y hundir  a los autónomos: prometían cosas que sin el consenso del PP o "Podemos" son imposibles. Usaron del rencor hacia los dos partidos que no les apoyaron, muy incorrecto por cierto. Todos sabíamos de antemano que ello era imposible, la investidura de Sánchez, y los dos partidos se la negaron y han hundido al PSOE y a Ciudadanos. Cayeron los dos ambiciosos y no valen para el futuro. Deben de dimitir. No ha habido triunfo, sólo fracaso de investidura desde los parámetros del Estado de Partidos. Y a partir de ahora, nada más.



No comprendo cómo alguien puede ver, simulando ideologías, que Albert es un maquiavelo y que Sánchez un valiente. Esto es como lo del PP; si no forma gobierno, su mayoría no vale para nada práctico. Pues, ellos, sin gobierno, tampoco supone para nada su valor y arrojo. Para la calle, que no la pisan los de PSOE ni ninguno, Sánchez y Rivera ya no están en la primera página y nadie se acuerda de ellos sino para recordar su fracaso. Una vez más las oligarquías han temido a las mayorías. Querían Pedro y Albert hacer poder sin exigencias de responsabilidad y sin mayoría para hacerlo. Quería una sociedad para los suyos, nada democrática y representativa, rígida frente a otras plurales y flexibles desde mayorías coherente y no de trapicheo.
Estos partidos han traído el extremismo a través de su representación proporcional; dan cabida a líderes que convencen frente a ellos que son unos corruptos. parece que ellos juntos impedirían a un líder fascistoide o comunistoide, y lo han traído, debilitando la libertad política ha devenido todo una menor garantía de libertad.





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