¡LUCAS! EN ALGÚN LUGAR DE LA MEMÓRIA

ARIADNA GAYA Y ALVARO MORTE

 Lo que la tele se llevó: "Ruben y Aurora".
Secuencia fantástica donde muchos se sorprenderán por cómo recuerda "Aurora" a "Lucas" y no a su "Conrado" del alma. Muchos fans lo habrán tomado muy a pecho porque presupondrán una ataque  a la linea de flotación de esta pareja a la que, en docenas de muros, les han dedicado miles de escritos entusiastas. Sin embargo, tiene su sentido porque precisamente no ha habido nunca sexo explícito, pasión bucal sí en sus inicios pero con olor a como algo sublimado de sexo, que no arrancó nunca, y por lo tanto indefinible pero nunca de amistad como sí tuvo con "Lucas", una amistad que es la génesis y la fortaleza de su amor. Y sólo restan dos cuestiones: o muere ella en un parto o él a manos de alguien. Uno de los dos se va de la serie.

Recordamos a los que establecieron lazos de amistad porque, el amor, sin la misma, no se entiende por ello, la amnésica, recuerda a su amigo con el que compartió bellos momentos en los que le comprendió, apoyó y ayudó cuando era una maltratada estudiante de medicina. La amistad se encuentra por encima de todo. El amor tiene su final, la amistad infinita. Pero dinamita pura para los fans de esta pareja.

Emociona ver recuperar la memoria pasando del olvido al recuerdo, del pozo de tristeza  a la esperanza. A pesar de muchos fans que tienen sus razones, que negarán lo que digo y se encontrarán indignadísimos, no es sólo una historia bonita de recuperar la razón y de conectar con la realidad a través del amigo del pasado, es mucho más, se trata de una sorprendente y realista descripción de un modo de recuperación a una gran perdida, con el desbloqueo y la afirmación de la amistad.

Son las confidencias que unen mucho, íntimas que desvelan el interior de sentimientos nobles que nunca tuvo con un "Conrado" atormentado. Secuencia brevísima pero de extraordinaria sensibilidad que lleva a la lagrima porque conmociona, profundiza. Ahonda en el mejor amor que surgió entrambos, que nunca lo reconocieron, y que la locura les ha aflorado rememorándose porque se querían. Sólo ver esta tarde el rostro deplorado de "Lucas" y la reacción  de ella, es suficiente para salvar un guión que les ha unido con cierta lógica. Momento que ahonda en el dolor y en la esperanza, en la nostalgia y la sinceridad de la amistad, descrito con gran sencillez.

El poder de los recuerdos de los seres más limpiamente queridos. Partiendo de una demoledora desgracia nos sumerge en la emoción del reencuentro y en el comienzo de la terapia de sanación. Y es que la amistad es más divina que divino el amor y está antes que él porque, sin la misma, no existe credibilidad de amor. Hoy es el comienzo del  final del personaje de "Conrado".

Secuencia que funde la tristeza con la alegría de reconocerse, él se encuentra más enamorado que nunca porque la ve en semejante estado y ella aprecia a quien, en su interior, también sublimó y amó sin casi saberlo. El volver a encontrar las cosas que has dejado atrás.

Todo un canto a la amistad que es el alma que habita en varios cuerpos al unísono y ese corazón de amor que habita en las almas de los mismos. En la pensión se quisieron porque se comprendieron, se enamoraron porque estaban más allá del tiempo y del espacio de aquel Madrid de facinerosos  y gandules catedráticos y es ese final maravilloso (el principal de la tarde) donde el amigo es como "Lucas", el que te ama y  que está a tu lado cuando debiera estar en otro sitio buscando su interés. Porque no hay cosa más triste que ver a un amigo desamparado, abandonado y mal. ¡LA AMISTAD!

Reconozco que este capítulo va a traer cola y pegamento. No sabemos que sucede con esta historia entre "Conrado y Aurora", entre sus propios protagonistas, sobre el por qué ha resultado tan fallida y sin esperanza. Está quebrada y uno, o los dos protagonistas, esta finiquitado. Se dice de todo y algo ha sucedido sin duda alguna. Algo que ha interrumpido esta relación que tanto prometía y a  la que se devocionaron tantos y con absoluta generosidad. Es el final de estos protagonistas y de nuevo la presencia de este actor tan audiovisual: Álvaro Morte, que me gusta por su discreción y saber estar.