lunes, 1 de febrero de 2016

LA NONNA DI FRANKENSTEIN

LA ABUELA DE FRANKENSTEIN


Ya toca casi el adiós de estos pequeños artículos míos sobre PV. Mañana jueves, me despido de vosotros aunque en este blogger tendréis diariamente momentos sublimes de aquel PV de Megan Montaner, con una breve reseña comentada de memorables secuencias en las que, la actriz, dio vida a "Pepa Balmes". El viernes podréis seguir una breve entrevista con Miquel Peidro , con el que he quedado aquí en San Sebastián donde se encuentra veraneando.
Me despido con buenos momentos que hoy han sido fantásticos y mañana prometen de igual modo. Nos hemos angustiado con la crónica de un atentado terrorista en una televisión vivida intensamente, secuencias humildes pero grandiosas, de impecable corte dramático y excelentemente interpretadas. Un 10 a todos los actores, por su entrega, esfuerzo y disciplina. El final de hoy, la cara horrorizada de Ariadna mirando por entre los escombros a un mano yerta es de antología. No creo sobreactúa, es de la buenas de PV.


Francisco Ortiz, un "Frankenstein" usufructuado en toda la regla. Una revisión de este mito que creara una viajera en el tiempo: Mary Shelley. Portador del cerebro de un salvaje sin cognición ni responsabilidad, sometido siempre, se pliega a las órdenes homicidas de una criminal "Francisca Montenegro". Creado, no en una torre aislada sino en una siniestra "Casona" donde le da artificialmente una vida con ordenes incluidas. Hacer el mal, sabotaje y terrorismo con tal de acabar vengativamente contra sus enemigos.


Por si alguno veía a "Francisca" alguna cualidad redimida, se equivocaba; mandando derribar el muro de contención de la presa ha ido demasiado lejos y queda condenada por siempre por la más vil asesina que podamos denunciar, por los siglos de los siglos, como asesina al crear este engendro de "nieto".


Inoculado del cerebro de un criminal, "Bosco", alentado en tendencias homicidas, un ser inexperto con ausencia de afecto y comprensión le llevan a padecer sentimientos de frustración que los vuelca en la fidelidad a la "abuela" y a sus maquinaciones. Un gran monstruo Francisco Ortiz, como actor y como protagonista, que se alimenta mucho de los mitos de Prometeo y Fausto.


Momentos turbadores, siniestros, violentos en la "Casona", violencia y desesperación ante la monstruosidad cometida por "Frankenstein", se respira el olor a muerto, aire siniestro en una atmósfera lúgubre y tenebrosa. Con una soberbiamente interpretada "Montenegro", impía y creando un ambiente opresivo y alegremente oscuro.


Inmenso PV el de esta tarde. Soberbia su narración aunque sencilla y vertiginosa, cautivante desde las emociones que suscita que nos demuestra lo que queremos a los actores de PV, pensando se pueden ir por defunción de su protagonista correspondiente. Dinamismo de acción entre paisajes teñidos de barro, sudor y olor a muertos. Muy bien ambientado el capítulo y con gran atractivo visual, con su impronta gótica y escalofriante, desesperado clima tenebroso entre paisajes exteriores como resultado macabro de haber trastocado el cerebro de un infeliz y bueno, dando vida funesta a un engendro monstruoso obligandole a delinquir sin piedad.



Sombrío PV. Profundidad psicológica en María Bouzas, Francisco Ortiz y en Mercedes León, una de las mejores actrices de la tarde, con Ariadna y Carlota. María nos ha estimulado con su aura lúgubre e impactante, despiadado y feliz de haberse conocido, evocadora de la creación de "Frankenstein" en el laboratorio y de su revulsión y rebelión  hacia ella.



Y la rebelión que llega tras la huida de la "Casona". Momentos desgarradores, una casi búsqueda infructuosa, la angustia de que "Conrado y Dolores" puedan haber muerto en la provocada tragedia, la miseria de nuevo que llega a PV de la mano tétrica del rencor, tensión, drama y ternura por estos pobres habitantes de PV a que les queremos muchísimo y que nos pertenecen a todos y no sólo a unos caciques de algunos muros.
La persona y la naturalizara se rebelan, como en la obre de Mary Shelley, cuando queremos superarla con el mal. Cuando la obsesión y la soberbia llaman desde la demencia y cuando queremos ser más grandes que nadie y destruir  a los demás. 




EL ESPECTRO DEL PASADO

Ignoro quien es la chica de la foto que angustia y aterroriza a "Mariana", una Carlota que recobra fuerza después de tanta zalamería y los besos forzados de varias semanas. Carlota es para los momentos duros, potentes, que barrenan y perforan con sus ojos la realidad, transgrediendo y pulverizando al personal.
No se si es "Enriqueta", la misma "Mariana" en la cárcel o de que va la historia, pero un espectro silencioso de su vida  atenaza a "Mariana" (hemos asistido al primer desplante de ella hacia su marido, ha estado borde y enfurecida contra él).


Momento que instiga nuestra percepción, que nos lleva por la ciencia ficción, al misterio de un insondable secreto. Un excelente momento cerrado, oculto, grabado en la memoria oculta en un estallido sensitivo. El siniestro tic tac de una fotografía lóbrega y tétrica que hace discurrir los recuerdos fantasmagoricos de la vida de una persona.


Me despido también de Carlota Baró a quien he apoyado, en mis posibilidades, con toda honradez. Le digo adiós recordando este su bello y siniestro momento en el que se abren huecos en las paredes del alma, se rasgan las brechas en el tiempo, donde una foto sepia es una fantasmagoría cercana de algo sucedido lejanamente. Momentos que no cuentan nada pero descubren todo y revelan más. No hay nada más terrorífico que lo desconocido.


¡Adiós! Carlota. Con este final con el que me quedo. Con la paz del presente rota por el pasado. El ayer posado como el polvo sobre los muebles y visillos, elucubrado en su misterio y evocado en las imágenes de otro tiempo que trastoca el reposo creando la confusión y la angustia. El secreto implícito en esa foto que se reconstruye con la memoria que lo evoca en "Mariana" y que regresa.
Parece un momento de cine  de los 90, de terror que dieron directores como José Luis Guerin.

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