El mayor caso de corrupción en España por lo sustraído y por la cantidad de personas de un Régimen implicadas. Un macro fraude descomunal, propio de la España del Estado de Partidos. 257 imputados, muchos de ellos altos cargos. El fraude de los ERE
pone bajo sospecha el sistema para la concesión de ayudas públicas para el
empleo que rigió en la Junta durante más de una década. Un dinero que salía de
una partida de la Consejería de Empleo, bautizada como “fondo de reptiles” por
uno de los principales encausados, el ex director general de Empleo, Javier
Guerrero. La partida presupuestaria para pagar los ERE contenía 854 millones de
euros durante 11 años, aunque la justicia tiene que determinar aún a cuánto
ascendió el fraude. Se cifraba en 741 millones el botín del PSOE por los ERE. Una juez, ayer, Mercedes Alaya, indignamente apartada del caso y, hoy, una descocada Maleni quien, ante la absoluta falta de crítica por la mayoría de los medios, pone a disposición de un esperpento de aparato judicial, un manual para que estudien de qué va el caso y vayan culturalizándose sobre las arduas tareas administrativas de un asunto judicial que les viene grande y del que no conocen nada, sobre la ejecución presupuestaria. ¡Que vayan al colegio a aprender! Y Maleni pudo haber sido, como afirmaba Mercedes, quien dictó las normas que recogían el concepto presupuestario de las transferencias de financiación. Hoy, ante el banquillo, es un ser inocente y altanero, no comprendido porque los magistrados carecen de educación presupuestaria. ¡Esta España tiene que acabara algún día!
Los acusados están encantados.
Ni se lo creen. Crece el optimismo en sus bancos. Se deshicieron de Alaya y las
buenas sensaciones se están dando el ellos. Unos fiscal y juez ineptos, no sé si lo
son por impreparados o porque se lo montan así, no dan una y Maleni se
enseñorea con ellos quienes, arrugándose, casi se retiran derrotados. ¡Patético! No
es ya la cara dura de Magdalena Álvarez que muestra desparpajo y desvergüenza,
es que el aparto judicial es lamentable. Se ha venido abajo todo el conspicuo
relato sobre esa golfa conspiración criminal para delinquir trazada por el
Gobierno andaluz.
Además, ha volcado en
toda la oposición el conocimiento sobre la partida presupuestaria de la que
salieron los 742 millones del fraude según la Fiscalía Anticorrupción. Y acto
seguido reprochó a jueces y fiscales no haber investigado algo que denuncian
ahora, cuando el procedimiento estaba reglado y había que fiscalizar. Que ella
no conoce nada anormal en todo esto y que los fiscales y el juez tampoco porque
además son muy ignorantes en cuanto a partidas y presupuestos de la
administración. Magdalena Álvarez, imputada por delito de malversación contra
la Hacienda pública, evitando un proceso de destitución al que tenía derecho para
acogerse a los privilegios de salida de ex altos cargos europeos, dimitió del
BEI, se fue con 1.500 euros mensuales hasta los 65 años.
Y vive ¡Como Dios! Y
les alecciona a unos peleles jueces y fiscales, sobre su ignorancia declarada
en cuanto a los ERE. Una vez destituida Mercedes Alaya, el Estado de Partidos y
los jueces pactaron una salida: confusionar todo y hacerlo incognoscible por
despiste de los fiscales y jueces. Paras
Mercedes y toda la investigación, el epicentro del delito se encontraba en la
Consejería de Empleo. Cuando en el 2001 se permitió a esta consejería, derivar
el pago de las ayudas a empresas en crisis a una empresa pública (IFA/IDEA) a
través de las transferencias de financiación. Aquí radicaba la trampa: permitía
acelerar la concesión de las subvenciones porque, según las acusaciones, se
eludían los controles previos y la fiscalización que hubieran regido de haberse
regulado el pago vía órdenes y decretos. Esa fórmula pudo ser la que posibilitó
el fraude y quien introdujo la fórmula de las transferencias de financiación,
en 2003, fue la ex consejera de Economía y Hacienda y ex ministra de Fomento,
Magdalena Álvarez, sentada altaneramente hoy en primera fila del banquillo de
los acusados, junto a los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán. ¿Y
no pasa nada! Ni va a suceder.
Magdalena, que declaró
ante Mercedes Alaya y la señaló como “promotora” del fraude; que le impuso una
fianza de casi 30 millones de euros, anulada después por la Audiencia de
Sevilla, hoy, parece hasta una víctima por ignorancia del poder judicial. La
mayoría de los 22 ex altos cargos que se sientan en el banquillo, acusados de
prevaricación y de malversación de fondos, defienden la legalidad de las
transferencias de financiación y en las últimas semanas han puesto más énfasis
al describir que dicho procedimiento es similar al que usaba el propio Gobierno
de España a partir de una orden ministerial de 1995. Y lo que Magdalena hizo
fue trasponer la legislación estatal a la autonómica. Y deriva responsabilidades
al gobierno del Estado; a responsables de Empleo que nunca supo de esas ayudas
en 10 años, si fueron correctamente ejecutadas y que jamás le llegó ningún
reparo del Consejo de Gobierno o de la Consejería de Economía, ningún informe
de la Inspección General de la Junta alertándole de un menoscabo de fondos. Aunque
tampoco ella era la competente para que le llegara.
Osease, nada. Porque la Consejería de Hacienda no controla todo, ello es competencia de la Intervención General de la Junta. Y ante este galimatías, ante unos pasmados juez y fiscal, a los que se dirigía enfada reprochándoles que no entendían nada, ha usado de la técnica de papelajos de la confusión, en plan técnico y entendido donde resaltó, exasperadamente, que el pobre fiscal o el juez no alcanzaban a dominar esas arduas materias y estaban haciendo el ridículo. ¡Mejor que se fueran para casa a estudiar la lección e economía que no saben o sobre procedimientos administrativos para aprobar y gestionar presupuesto! Total: Maleni y los demás, pasado mañana en la calle, honrados por todo el arco parlamentario andaluz.
“Antes partía que doblá”,
a ella nadie le critica ni le colocan memes o la humillan y llaman ladrona, la
persiguen, la acosan, sale un día sí y otro también como gran sinvergüenza en la
prensa, todos los días como han hecho con otras mujeres como Rita Barberá, por
ejemplo, a la que destrozaron con una enorme sadismo y permitido por su PP. Es socialista y ellos jamás delinquen ello es para la derechona. Ella, más chula que un 88, se
permite ante una Autoridad Judicial, ofrecer, al tribunal de los ERE, una
especie de “manual básico de cómo hacer un presupuesto”, para tratar de
explicar que “nunca ha conocido nada en relación a la ejecución presupuestaria”. ¡Cuanto echamos de menos a Mercedes Alaya!
Y ella es inocente porque,
al margen de que no hay delito, nada que sea ejecución entra dentro de sus
competencias”. Que jamás se reunió con el interventor general para hablar de
trabajo. Que cada consejería cargue con su responsabilidad sobre gasto y
políticas, a las que tampoco se puede reprochar algo, porque ella no se puede
reunir con todos, que ni conoce a la mayoría o tiene tiempo, o que el mismo
viceconsejero o el secretario general de Hacienda, nunca, le hablaron del
“Fondo de Reptiles”. En resumen: Absuelta cualquier día de estos. Por ello quitaron del Caso a Mercedes Alaya.
Maleni no se hubiera ido de rositas campestres con Mercedes.
Vaya personaje y millonaria tambien
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