viernes, 21 de diciembre de 2018

EL GOBIERNO NO DESEA QUE LOS PERIODISTAS INFORMEMOS SOBRE EL CASO LAURA LUELMO


Corren muy malos tiempos para la prensa. Hoy se ha demostrado en Barcelona. Hace unos días con los CRS de Macron, en Francia.
Bernardo ha narrado muchas versiones, todas falsas, sobre la muerte de Laura. ¿Por qué? Pues yo creo que hay más personas a alguna persona más involucrada. Ahora está declarando ante el juez en el Juzgado de Instrucción 1 de Valverde del Camino (Huelva), que se ha hecho cargo de la investigación. ¿Resultados hasta ahora? Escasos. Y además un abogado de oficio, Servando Carranza, huye por "ser lo más oportuno". ¿Qué ha visto o información tiene para hacerlo? ¿Qué se nos oculta en este caso?



Uno de los misterios que más me inquietan sobre la triste muerte de Laura es que, su móvil, no aparece. Llaves, zapatillas, ropa de deporte, un monedero pequeño y hasta objetos de aseo se encontraron en una bolsa en el cementerio (por cierto que cualquiera pude encontrarlo) pero el móvil no aparece. ¿Qué información contiene? Hoy el delegado de Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, no ha amenazado sobre si publicamos, bajo secreto de sumario, informaciones sobre este caso. Nos ha referido que puede constituir un delito penal. O sea que un día veremos a Bernardo con permiso, de hecho ya se está riendo de todos, y sin acudir a firmar o tal vez impune de todo y los periodistas en la cárcel. Alfonso Rodríguez , hoy mismo, nos ha acusado sobre filtraciones que se han producido sobre el crimen, que "han sido muy dañinas" para la investigación y la familia de la joven. También ha recordado que el caso se encuentra bajo secreto de sumario y ha insistido en que "cualquier información que se traslade por parte de cualquiera está a riesgo de cometer un delito".  No quieren que informemos sobre el caso. ¿Cómo van a desear ello si han tenido a una secuestrada en la casa de quien dice era sospechoso número uno y se encontraba vigilado? ¿Por qué estamos perjudicando a la família? Estamos ayudando a desentrañar esta historia sumarísima que no se sostiene por ningún flanco. Cuando se cierran en banda algo huele peor de lo que suponíamos. Y sobre todo en cuanto Bernardo y su hermano han gozado de privilegios por parte de la ley y judicatura que aquí venimos comentando en capítulos anteriores.


Lo de la desaparición del teléfono es algo de lo que causa mayor extrañeza cuando comentamos este caso del que me atrevo a afirmar ante el delegado que, Bernardo, no estaba ni vigilado ni observado. De hecho hablaban de que no había sospechoso y aparecía el  nombre de su hermano Luciano que se encontraba en la cárcel. Ni la alcaldesa sabía algo de Bernardo, de su presencia y delitos. Bernardo tuvo total libertad de movimientos y ni sospechaban de él. Y si no se encontraba vigilado quienes debe responder de graves dejaciones son el delegado y la Guardia Civil. Murió o fue torturada y violada o al menos estaba secuestrada en la casa de Bernardo y nadie lo sospechó. Las preguntas son de rigor: Si estaba bajo sospecha ¿Cómo no le siguieron sus movimientos? ¿Cómo no se enteraron que la secuestró y que la llevó a su casa? ¿Cómo no pidieron una orden de registro y entraron en la misma? ¿No le vieron y siguieron en sus movimientos? ¿Cómo abordó a Laura? ¿Cómo se deshizo de ella? ¿La mató o dejó malherida? ¿Fue él o alguno más? Da coraje pensar que esta chica igual tal vez tenía una oportunidad para vivir y acabó su vida entre tremendas torturas y violaciones.


Es que además, escuchando al delegado, no está nada clara su participación aún. Bernardo no ha confesado nada. El delegado comenta que está detenido ante el riesgo de fuga o destrucción de pruebas y que pasará a disposición judicial y, a partir de ahí, será la jueza la que vaya determinando el procedimiento. ¿Cuáles fueron sus movimientos en estos días? Todo lo que ha confesado Bernardo es una patraña para despistar. ¿La violó él? ¿Hay más personas involucradas? Desde el momento en el que el delegado amenaza con delitos penales y nos prohíben hablar del tema, pienso aún mucho peor sobre lo que realmente ha sucedido en torno a este crimen horroroso. ¿Cómo no vamos a tener derecho a explicar a nuestros oyentes y lectores lo que de sospecha, contradicciones  y enredo apercibimos? ¡Faltaría más! Sobre todo cuando se nos dice desde la Guardia Civil que, tras varios días interrogando a este sujeto,  aún tienen que probar su participación porque no saben qué sucedió realmente. Y si lo saben queda bajo secreto y que puede resultar explosivo.


Decirnos que la secuestró, que la llevó a su casa, que no saben cuándo murió Laura o dónde y por qué, para acabar descubriendo que Bernado huyó a pie escapándose y llevó el cuerpo a las jaras, eso, no es aclarar mucho el caso. Que Bernardo está implicado, no me cabe duda. Que la Guardia Civil no le observaba, también. Pero, como seguimos desconociendo el ADN de quien la penetró, estamos sin saber quién la violó y quien realmente la mató aunque él confiesa haber borrado pruebas. Y sobre todo el por qué la señal última del móvil marca un punto extrañísimo del mapa que no concuerda con los itinerarios descritos.


No es baladí que el teléfono no aparezca y que Bernardo no dé información sobre el mismo. Un móvil cuya última posición sale del mapa descrito hasta ahora: El Campillo, casa de Bernardo y ese lugar en el que apareció el cuerpo, en las jaras, a 5 kilómetros de su casa, entre las localidades de Campillo y Zalamea, en Huelva. El último rastro apareció en dirección prácticamente contraria al lugar en el que se ha encontrado el cadáver. La última señal triangulada por los postes de telecomunicaciones se ubicó a nueve kilómetros al norte de El Campillo. ¿Por qué usó desde este escenario el teléfono? Se dice que, la tarde de la desaparición habló con su pareja hacia las 16 horas (¿Desde dónde lo hizo?) y fue sobre las 20:00 de esa misma tarde, que es cuando se registra la última señal que daba su móvil, por supuesto tenía alguna base de datos abierta. Laura lo hizo desde ese lugar que marca la señal y que fue la última conexión del móvil ¿Qué hacía en ese lugar tan alejado a 9 km de El Campillo a esas horas? Que sobrepasa el supuesto recorrido. ¿Fue ella quien conectó el móvil y permitió entraran datos? ¿Nueve kilómetros andando? ¿La llevó alguien hacia allí? ¿Luego de ahí la llevó Bernardo a su casa? ¿Por qué Bernardo dice no saber nada de ese emplazamiento ni del móvil? Lugar donde, en la búsqueda, en los comienzos de la misma, en esa parte norte de El Campillo, el lugar donde el último repetidor de telefonía indica que estuvo, se puso especial ahínco.




Arriba, el punto aproximado donde se perdió la pista de su móvil. Abajo, el lugar también aproximado donde fue encontrada muerta.


Seguimos sin conocer nada a la hora de la verdad. Alguien tras secuestrar a Laura, y no precisamente en el pueblo, y alguien la llevó hacia ese punto o se deshizo del aparato en ese paraje. ¿Si fuera así? ¿Mientras tanto dónde dejó a Laura? No creo que nadie encendiera el móvil sino ella. Y sobre nosotros ahora caerá la justicia por intentar conocer qué sucedió realmente porque toda la investigación está corrupta, no se sostiene por ningún lado. Y temo que hay alguna persona más implicada.




1 comentario:

  1. Si si es todo muy raro y ya prohibiendo hablar la han rematado. Unos hermanos muy privilegiados además

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