miércoles, 29 de octubre de 2014

EL OTOÑO DE "RAIMUNDO"/ LA EDAD TARDÍA



ACTORES DE LA MEJOR SECUENCIA:

RAMÓN IBARRA Y MARIO MARTÍN


La veteranía es un grado en su acción resolutiva para momentos de desencanto, de homdo conflicto moral, la experiencia es escalón más parta poder interpretar a quien se encuentra descreído y ya pasa de todo y sólo desea vivir tranquilo bajo el palio de la resignación. Por ello, los dos actores han estado inmensos. Es que Ramón es Pío Baroja y Mario, Giovanni Guareschi. Una fabula fantástica, narrada en en unos pocos minutos, sobre la soledad del revolucionario y el tedio del inconformista que acaba sólo y solo arropado por su propia sangre, la familia y unos pocos amigos. Una nostalgia sobre los años y una tiempo cambiante y una vida que, aunque no se quiere cambiar, es necesario repensarla buscando la tranquilidad. Un "Raimundo" literario, solitario en los últimos días, que busca en los libros la expansión que sed le niega desde la obligación de no comprometerse más,  de lo que sería la vida y ello le consuela del dolor, así como su aire evasivo y despreocupado por lo inmediato. El arte y las tertulias entre viejos rockeros, una especie de engaño para no asumir que, con los años, ya nada de lo que digamos importa y el mundo gira del mismo modo.
Cine de Ozu, en la temática y en que no hay plano sin su contraplano para mostrar lo impasible de la vida, una existencia que perdura inmutable, cuando sólo quedan ya pocas fuerzas y motivos para luchar y nos conducimos por caminos por los cuales respiramos una brisa que se renueva cada minuto. Belleza serena transmitida por "Raimundo", de crepúsculo, de añoranza, de resignación, expuesto de  modo suave y delicado porque todo sigue con o sin "Raimundo". El descubrimiento de la necesidad de afecto en sus últimos días y en la angustia de aquella ausencia que le ha marcado para siempre.


ACTRIZ DE LA TARDE:

MARTA TOMASA

Ha tenido dos momentos culminantes a cada cual más brillante, que interrumpen el falsario discurrir de lo que no es lo que representa. Con la botella, descorchandola en el momento preciso de esa farsa de la petición de mano, sobre cómo un estampido de juguete puede romper todo un protocolo de señoritos y rentistas; y cuando dice que en "La Casona" sería muy factible celebrar el día de los difuntos por todos lo que, allí, la han "espichado". Como Mario Moreno, Marta, esta tarde, habla mucho de modo casi incomprehensible para no decir casi nada, pero eso sí arremetiendo contra esa burguesía pueblerina y adinerada, desnaturalizada, haciendo prevalecer los verdaderos sentimientos sobre lo falso. "Fe" siempre dice la verdad y siente las cosas como una mujer humana y maltratada, de modo incongruente o sarcástico, chelícañí, y así sufre las consecuencias por ser el gran personaje que es. Tiene mucho de don Mario, su ingenuidad acribillada, su tristeza por ser tan pobre aunque muy apañada, su disparatada e inagotable verborrea, con unos personalísimos monólogos ininteligibles, desvariados, delirantemente embarullados que acaban en una interminable verborrea de  un graciosísimo galimatías hablado. 


MOMENTOS PARA EL RECUERDO

El enfrentamiento entre "Bosco" y "Conrado" a punto de llegar de nuevo a las manos, con buen pulso narrativo pero también con esa sensación de "déjà vu" en otros momentos entre un hombre y otro perrito faldero. Momento de violencia solapada y quebradiza, apunto de estallar, que se decanta con una buenísima interpretación de un indignado "Conrado", por una respuesta entre violenta y melancólica de justicia ante la imposibilidad de poder hablar con las clases superiores, pervirtiendo el momento y transgrediendo  la situación.



Soberbia Fariba. Pediría  los guionistas que tuvieran cuidado con este personaje, que no lo fastidien, que no lo ahoguen compungidamente en sus propios sollozos y la naufraguen en sus lágrimas en todos los capítulos, casi como un serial de Sautier Casaseca, de aquellos que interpretaban Juana Ginzo (una amiga a la que no veo hace años) o la grandísima Matilde Conesa. Lo decía Eleonora, una amiga catalana a la que aprecio mucho y tiene toda la razón. Momentos sin concesiones de muerte por puñal, sin nada de pornografía emocional, con una intensidad que no es accesoria sino de raíz. Emociones adscritas a pruebas dificilísimas, casi un castigo a sangre fría yq ue destila una comprensión y solidaridad cómplices por parte nuestra cuando se muestra con contundencia sobrecogedora la desazón emocional de una enamoricada en esta situación límite.





¡SOBERBIA ARIADNA!


¡Grande grande Ariadna! Lo ha demostrado esta tarde. La verdad desnuda, el cadáver de una madre  denunciado en la plaza, la veracidad,  patrimonio de los locos y de los niños, literalmente hasta el tuétano denunciada, una valiente mujer ya en los tiempos del teléfono, dispuesta a resucitar a todos los demonios clamando venganza contra la asesina de su madre, entre miradas airadas, palabras gruesas, gestos provocadores, sólo y sin problema para cantarle las cuarenta a la cacique. Puro y noble corazón, caloría de emociones y una secuencia dignísima. Caustico momento. Si esto es la locura...¡bendita sea la locura sobrevenida! La pelea arriesgada y valerosa contra una corrupta criminal, ambiciosa y malvada que ha destruido a un  pueblo y creado un cementerio propio donde ella decide a quien se entierra allí.



1 comentario:

  1. Esta muy bien Marta Tomasa es de lo bueno de hoy en la serie.Me agrada lo reconozcas y coincido contigo con que me he reido con el dia de difuntos jejeje

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