miércoles, 13 de enero de 2016

EL OCASO FINALE DI FRANCISCA MONTENEGRO

El suicidio a la romana con una daga retratada por una mirada que es la de una mujer depravada y de un ser absolutamente podrido. Consumida por su maldad y roída por sus crímenes. Una interpretación sublime que es una parábola muy bien filmada sobre los tiempos cumbre de moral contaminada y que busca en el puñal la liberación, descendiendo por su propio peso a un tétrico infierno donde todo será mejor a pesar del fuego.



Cuando la televisión era grande, existían actrices como María Bouzas. Como Mari Carmen Prendes, Aurora Redondo, Cándida Losada, Luisa Sala, Amparo Baró o Amelia de la Torre.
Momentos desoladores perfectamente plasmados. Con unos silencios sublimes y un rostro hundido en la desesperación porque el amor no se compra con dinero. Un pase de revista con todo lujo de detalles y sin ahorrar en crueldades del momento depresivo en el que está sumida "Francisca", una auténtica pesadilla casi irreversible donde, desde la lucidez, quiere morir suicidándose.
Un drama con toque de melodrama y algo de cine "Peplum". Siendo curioso cómo en la medida en la que su perversidad lucía en capital y mando y ordeno y la "Casona" era un vergel de maldad pero reverdecido y en pleno auge, hoy, esa casa está triste, descuidada, lóbrega, y más decadente y siniestra que nunca, propio de una casa de terror con suicida dentro.
El anverso y el reverso de la perversión, lo grato que procura placer y su vuelta de desgracia que acarrea. Sin concesiones, sin lisonjas, sin bálsamo y sin piedad, "Francisca", en cueros y sin nada de provecho que disfrutar.


Momentos muy intensos y perturbadores de actriz de televisión de los 60. El pasado dorado al lado del agrio presente, sobre el paso del tiempo, la vejez y lo que resulta efímero y que no es sino las propiedades acaudaladas pero no los hijos que se nos fueron y los familiares a los que dejamos tirados. Y es tan buena actriz maría que a veces, sobreactuando, nos impacta con sólo un gesto.
Plagada de símbolos, como esos momentos con la foto de su hijo cunado se reencuentra con ella misma, la llegada de "Raimundo" que le evoca cuando era joven y amaba, besos a  la  angustiosa inmortalidad de una foto, dejadez inabordable en un escritorio, el rostro de la muerte llamándole al otro lado de la ventana por la que mira ensimismada, su mejor amante y el hijo que ya no tienen y el crepúsculo. ¡Qué grande es María Bouzas!.
LAS BODAS SOÑADAS



Cortantemente va poniendo estas secuencias entre los futuros novios y novias camino del altar, un halo de sospecha que la ilusión en sus rostros no deja de tenerla enfrente. La sospecha que va penetrado en estos buenos momentos de mujeres ilusionadas, hay algo en el comportamiento de ellos que no funciona como es debido. Estas buenas secuencias con mujeres juntas, parlamentando con anhelo, muestran la sombra de la cruda realidad que amenaza desde fuera de ese salón de espejismo y ensueño. Nos va conduciendo al más puro drama que llega.



Es el lado negativo del amor. Sobre cómo termina o continua, según se mire: la mentira, la infidelidad, el hastío, que provocan daños terribles y profundos a las personas, daños psicológicos a muchas mujeres,
Oscuridad en rosa narrada en un tono agridulce, con un buen guión y unas interpretaciones soberbias de Ariadna, Carlota, Loreto, Adelfa y Aída.



Matrimonio ilusionado de mujeres, historias amargas que derivarán y tristes, amando como nadie a sus hombres. Momento que sabe despertar nuestra sensibilidad, respetando nuestra inteligencia (que no siempre ocurre en PV) sin echar mano de falacias romanticonas y culebrones  coñazos del romanticismo de Hollywood o venezolano.


Actrices que imprimen gracia, sinceridad y hondura, que se apropian de la pequeña pantalla. Con un adueñarse de la tarde imprimiendo un carácter, magníficas chicas, buenas y generosas sobre una tipología bien concebida en el guión y transmisora de una verdad notable y universal sobre las mujeres y lo grandes que son.






http://joseignaciosalazar.blogspot.com.es/2014/06/tres-bodas-y-ninguna-1parte.html

Artículo del viernes

¡QUE ALGUIEN ME LO EXPLIQUE!. Lo pregunto porque no me aclaro.

"Bosco" dice haber pasado unos 25 años en cautiverio. Un cuerpo serrano jabugo que llega a alcanzar la solera de los 27 cuando mas sabroso. ¿Cómo es  posible que le hagan pasar por un adolescente de casi 18 años, mellizo de "Aurora" y por lo tanto de su edad y con esa voz tronada que podía hacer la competencia a Pepe Mediavilla doblando a  Samuel L. Jackson?. No hay quien se lo crea. ¡Idiotas!... No somos. ¿Me habéis visto cara de tonto que aunque no la muestro?. Porque no la tengo. ¡Por favor!. Un poco de respeto a la prensa. 


1 comentario:

  1. Habida cuenta de la deriva surrealista de ESDPV, hemos pensado sugerir y sin cobrar, un final digno y que se recuerde a esta serie como mereció. Hoy es una chapuza indigna de los espectadores grandes que tuvo y de cualquiera que tenga dos dedos de frente y que no hace sino sorprenderse por lo de sin pies, cabeza y corazón que posee el engendro que hoy se está emitiendo. Lo del cura enfermo del corazón y viviendo en la cama con "Candela" es un horror además de incomprensible. Pero lo de esta tarde de miércoles, lo de la "Quinta" que vienen ahora, después de meses de padecer con el chulo putas "Eliseo" que, ahora le van a investigar, es de espanto como solución al final de este personaje tan caricaturesco. Un personaje que además ha asesinado al Comisario de Valencia. Después de tanta tabarra, salen con esto.
    Es indudable que deben dar un final a este desaguisado sin algún interés ya, y se nos ha ocurrido uno, tal vez difícil de conseguir pero que es el único para rematar con broche de oro a la serie y que la guardemos por siempre en el recuerdo. La comentaré próximamente y que es un final coherente creo y que hemos pensado para que siempre guardemos el mejor recuerdo sobre ESDPV. Os lo comentaré en próximos días. Se lo regalaremos a los incompetentes que escriben el guión actualmente y que nos reconciliemos todos pero que no se queme más leña del arbol caído.

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