domingo, 31 de enero de 2016

GLI ABOMINI TORTURATORE

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Impresionante en verdad el capítulo de hoy. Recuerdos de  aquel cine de culto de Pasolini, Liliana Cavani, Borowczyk, Edmonds, Visconti en la secuencia del baile y hasta Michael Curtiz en la salida de la iglesia de "Francisca"; pero muchos filmes sadiconazistas, salvajes y delirantes. Con permiso y licencia para filmar, como hoy ESDPV


¡Lo que ha cambiado ESDPV! El amor es ya puro interés, el romanticismo es sadismo, el cuerpo humano un experimento para la tortura y los sentimientos son aberraciones afectivas que humillan y rasgan la piel de los condenados bajo el suplicio y el tormento. Impresionante en verdad lo contemplado esta tarde. Estábamos prevenidos pero ha sido mucho más agresivo visualmente. Llagas en el cuerpo humano producto de la violencia sadica, tanto en "Aurora" como supuestamente en "Amalia". Un horror. La tortura del grifo que se usó por los Coroneles griegos contra la oposición al fascismo, lanzando chorros a presión de agua fría y caliente que destrozan la piel, la abren y la penetran de astillas de frío que rasga hasta casi los intestinos. El dolor es insufrible y hoy, explícitamente, se ha visto en ESDPV.


Es un género de cine televisión que se extendió mucho por los 70 y que provenía de varios países. Comprendo es duro hoy, es un cine que carece de limitaciones. Le ocurrió hace tres años al filme "A Serbian Film" de Srdjan Spasojevic, duro de ver pero lo que he visto hoy para mí es antológico y marca un antes y después en ESDPV. Aunque se que hay gente que discrepará y otros me rechazarán pero está muy bien realizado e interpretado y toca temas muy descarnadamente de denuncia. Para mi la serie es mucho más que amores aunque yo soy el primero al que le gustan los mismos. Cierto es que la censura y una sociedad muy diferente a aquella abrasiva de los 70, rechaza estos productos. Pero el capítulo de hoy, contemplado sin prejuicios, está entre los muy buenos momentos del serial. Y lo digo yo que lloro con actrices y con tramas, me río con los "Mirañar" y me emociono con esta terrorífica crítica social.

Bañando reos para aniquilarlosobligándoles a deponer su actitud o sólo por el afán destructor del sádico. La ducha, como la capucha negra, no sólo lacera la piel y la taladra sino que se sufre una distorsión de las coordenadas espacio temporales. El inmenso dolor hace que anule la identidad a la persona. Horroroos momentos de soledad y de total impunidad del abominable doctor (al bueno de Julí le van a dar de leches como se lo encuentre por ahí alguna persona que se toma el serial muy en serio).


Magníficos actores esta tarde Juli y Ariadna. Dominando los recursos de contención dramática, lanzados a representar la tortura desaforada de un criminal, sucia y sólo destinada a satisfacer sus instintos sadomasoquistas y de venganza personal. Momentos incómodos y muy duros con unas asquerosas secuencias de dolor inmenso vivido por la actriz de modo magistral. Con interpretaciones muy meditadas, nada exageradas o forzadas a pesar de las críticas que se suele llevar Ariadna en ese aspecto. Sí que hay algo histriónico en momentos pero que muestran ese lado terrorífico del dominio del poder sobre los inocentes, punzante y muy cruel sin poderlo devolver y bajo lo caprichos del torturador.


Estas tramas sórdidas eran ya el preanuncio en Europa de lo que llegaba con los Nazis y la Guerra española. La crueldad de los experimentos nazis queda patente, un submundo donde el horror no tiene límites y que se iba larvando en Europa y España que siempre se apunta a todas las dictaduras. Y el capítulo de hoy tiene mucho de la estética nazi y fascista y de aquel icono sadomaso que llevó a atormentar  mientras se experimentaba con mentes y cuerpos.


Comprendo que resulte una capítulo inquietante y perturbador, lo respeto. que puede ser odiado y adorado. A mí me resulta que resuelve muy bien ese muestreo de estas situaciones aberrantes, de tramas escalofriantes donde se hace el mal por el mal y se vuelve loca a la persona tras descalabrarle el cuerpo y sometida la mente. Me encanta Juli, al estilo de esos actores que son blandos por fuera, afables de fachada y muy turbios por dentro que mrtirizan sin piedad y divirtiéndose. Y Ariadna es esa mujer víctima, representante de muchos filmes descarnados de los 70 donde cine, sadismo, violencia y denuncia social, sin ropas interiores, se conjugaban para mostrar el espanto de los torturadores y de sus regímenes dictatoriales. Mujeres que mantenían su moral y dignidad intocable durante toda su vida. Un cristal tan turbio como hermoso reflejo de un alegato.


Una boda fallida. Unos invitados que no acuden a la plaza. Un convite convertido en una bufonada donde lo más importante era el jamón. Un sacerdote que no acudirá al convite. Un vals triste y decadente. Llamadas de abogados gandules interrumpiendo lo poco que daba aquel convite y un "Tristán" que no pierde oportunidad para chantajear a la criminal "Francisca". Con una Marta Tomasa que advierte que, allí, hay de todo tipo de viandas y licores, pero no existe amor. Una penosa noche de bodas, fingida,  y unas horrendas cicatrices de algo oscuro del pasado de una mujer que tiene un tremendo trauma en el acto sexual. Al estilo de Coppola en "El padrino" donde, las escenas finales de la masacre, se entremezclan con cantos de iglesia y ceremonias religiosas; aquí, oropeles raídos de una boda y convites cutres entrecortados por los malos tratos y la violencia institucionalizada contra pobres enfermos en el sanatorio. Y una magistral Loreto que es la única que denuncia la farsa lacerante que se vive en ese momento a costa del maltrato. A este respecto los aporreamientos en el patio han sido bestiales y salvajes que se ejecutan para que, otros, los caciques y el aparato de poder, vivan mejor.







Momento este de la salida de la iglesia que nos ha recordado, en María Bouzas, a los andares majestuosos de Bette Davis en "Elizabeth y Essex". ¡Bien por María!

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