domingo, 20 de noviembre de 2016

AQUELLOS CINES DONOSTIARRAS 9: EL SALÓN AMAYA, SU TIEMPO Y SU AIRE FUTURISTA:


Fue uno de los últimos cines "clásicos" en dar matinales. Fue un cine con unos operadores futuristas: Alfonso y Carlos. Inventaron, cuando no existía el Dolby, un sistema casero de subida de volumen para, con sonido que semejaba se esparcía por la sala, impactar las secuencias. Un sistema de propulsión del sonido analógico y totalmente casero. Corregían así las frecuencias del espectro audible. Fueron enormes los operadores de los cines donostiarras. Un día les conocerán ustedes en este blog, de los mejores del Estado y estos escritos son un homenaje a ellos por encima de todo.


EL AYER Y EL HOY DE UN CINE CON VISIÓN DE FUTURO.


La mala baba lo llamaba "El garaje". Hoy he escuchado decir que era un minicine. ¡Ya quisieran salas minúsculas de hoy tener su amplitud y proyectar aquellos filmes de reestreno o género de sus mejores días! Estamos celebrando estos día los 50 años de su inauguración que fue un nueve de noviembre de 1.966 ; se cerró desgraciadamente en mayo de 1.994. Dicen algunos que era la sala de la "elegancia justa". Nunca he entendido que se quería expresar con ello. Todos los cines son elegantes porque acogen nuestros sueños y en ellos se proyectan imagenes que son fantasía, puro lirismo y calma, se encuentra frescor, se deja imbuir uno en un ambiente de sosegada melancolía y buenos sentimientos que transforman  a cualquier cine en una sala del paraíso. No hay mejores o peores, todas llevan el espíritu bello del cine y su magia para el alma. Tristes efemérides que coinciden también con el cierre de las Salas Astoria, aquel 14 de noviembre del 2004. ¡Somos unos románticos y nostálgicos!



AQUELLA ÉPOCA

Se estreno hace cincuenta años. Un 9 de Noviembre de aquel año 1966. El año en el que Sarah Miles vino al Festival de San Sebastián; cuando Pérez Arregui publicó "La historia de San Sebastián" y la Fuente de los Catalanes lucía así como en la foto de abajo, en el Barrio de Amara. Cuando "Flomar" se encontraba en la calle Loyola 7; se escribía ya del tráfico pesado por Martutene; cuando Rusia pedía el cese de la agresión norteamericana en Vietnam al tiempo que encontraba una solución al alcoholismo: beber vino. Cuando se preparaban ya los donostiarras para el 13 de noviembre para renovar el ayuntamiento en la parte del Tercio Familiar; cuando Irene de Grecia y su hermana Sofía visitaban "tablaos". Y en aquel verano llegó el Cinerama a San Sebastián. Cuando días después, el 15 de noviembre, se inauguró la UHF, el Canal 48, con la 2ª Cadena de la TVE, emitiendo desde el Jaizkibel.





Imagen del Cinerama en Amara


Cuando en el Frontón Anoeta, el elegante Felipe Subijana y Paco Izquierdo realizaban programas musicales con estrenos de músicas de hasta "Los Brincos". "Lola" se estrenó en este frontón.



Y el 9 de noviembre con "Fray Torero" se inauguró este nuevo cine en la calle Getaria, en el número 15. Fue el primer con lámpara Xenon en la Ciudad. Era más moderno, en este aspecto que el mismo Astoria, donde por cierto  el gran Antero andaba con sus dobles carbones inventados por él y la famosa acetona para empalmar, tal y como me contó. La lámpara Xenon supuso un avance sobre los carbones, aunque yo siempre he visto tras su gran emisión lumínica y de la óptima temperatura de color de la luz diurna, sigo viendo azulada la pantalla y como la luz natural de los carbones bien manejados, ni hablar. ¡Llámenme antiguo!



Y el segundo filme que se proyectó fue "Las ratas del desierto" después del éxito
de "Fray escoba" y tras él: "Pasión sobre el hielo".



Comparativamente en aquellos días se proyectaban estos filmes en los de San Sebastián:

Actualidades: "Tres de la Cruz Roja" y "El día más corto". Astoria: "Mil caras tiene el amor". Bellas Artes: "Canción de juventud" y "Después del gran robo". Kursaal: "La vida vale más". Miramar: "El Oscar". Novedades: "Cartas boca arriba". Petit Casino: "Clarines y campanas". Príncipe: "Mirando hacia atrás con ira". Rex Avenida: "Pan, amor y...". Trueba: "Los diez gladiadores". Victoria Eugenia": "El caballero negro". Verán que había por donde escoger.





Una sala con 249 localidades en el patio de butaca y de 49 en el primer piso. Era un cine más que elegante, funcional pero muy cómodo. Se ubicó en los locales del antiguo Centro Católico gracias a un empresario arriesgado como era el vitoriano Antonio Ochoa, quien ganara años atrás un concurso municipal para disfrutar de la concesión del Teatro Principal, cuando actuaba como gerente Garmendia. El principal se cerró el 2 de noviembre de 1.986 con "Comando Leopardo", un cine intelectual en sus últimos años,  y ya pasó a propiedad municipal con el Victoria Eugenia, como destacó el alcalde Labayen, alcalde en funciones tres días antes de la reinauguración se habían celebrado las elecciones municipales, era junio del 87 y había sido elegido Xabier Albistur.


                                                     Centro católico de la calle Getaria


Calle Getaria


SU PERSONAL Y SUS PROYECTORES.


En el Amaya hubo siempre unos excelentes profesionales. Los proyectores fueron dos DAEX y los primeros que en San Sebastián, como hemos dicho al principio, tuvieron incorporada la lámpara Xenon y amplificadores de válvulas. Los DAEX eran unos proyectores complicados que presentaban deficiencias, con el aceite o el sonido por ejemplo, pero que gracias a su operador jefe de cabina: Alfonso Rodríguez, que provenía de la SADE, del Trueba en concreto, las proyecciones fueron absolutamente profesionales. A veces, los radioteléfonos de los coches en la calle se escuchaban más que el sonido sala. Se jubiló 6 años antes de que el cine cerrara, en 1.988. Recordemos que el Amaya tuvo su última proyección en 1.994. Los DAEX, aparatos construidos en Baracaldo por Daniel Extremiana, operador del Teatro Portugalete, que fallecería en 1.974, el 25 de agosto. Persona muy afable y que tuvo una vida apasionante que contaremos también en este blog. Los DAEX, los mismos que tuvo el Teatro Principal en viejos tiempos.



                               
                                               Daniel Estremiana y su proyector DAEX


Alfonso Rodríguez, su operador,  fue una persona enormemente ocurrente y precavida. Muy buena persona, un excelente profesional y gran mecánico. Hay una anécdota tal cual que, a finales del 83 o principios del 84, hubo un incendio en un cine de Donostia. Y por aquella época, tras el suceso, Alfonso conectaba el micrófono al amplificador y pedía por favor no encender los cigarros en la sala. Con consecuente gran murmullo en la sala. Anécdotas sencillas y humanas sobre cómo eran aquellos profesionales que ya nunca jamás han sido lo mismo. Uno se emociona cuando habla de ellos, encargados de darnos tanta ilusión sin que se notara su presencia. ¡Tiene mérito!


Otros compañeros de cabina fueron: Carlos Rodríguez, Jesus María Aízpurua y en los últimos tres años quien ven en la foto: Diego Gómez, que falleció en la primavera de este año 2016. Txema Castivia estuvo haciendo las fiestas a Diego durante medio año, desde mediados a finales de 1.991.
En la última proyección, el 30 de mayo de 1.994, estuvieron Diego Gómez y María Jesús Sanz, taquillera y encargada del cine. Otras personas fueron Lourdes encargada del Amaya, hoy encargada en el Principal; Eva Uceda taquillera; Javier de portero. El último filme fue "El Jardín Secreto"de Agnieszka Holland, con Kate Maberly, Heydon Prowse y Andrew Knott.




                                                     ANÉCDOTAS DEL CINE Y EL 3D




Tenía una cabina muy pequeña y por frente tenía una ventana grande que veías la calle Getaria. El personal entraba por el portal de al lado. Salían también por ese portal. Recordamos los servicios del patio de butacas donde además había una puerta y una pequeña oficina donde se guardaba la publicidad y el taquillaje. Y en esa oficina había una puerta que comunicaba con el portal. La taquillera entraba directamente por la calle. Los tres proyeccionistas: Carlos,  Diego y Txema sacaron juntos el carnet de operador.
Por cierto el Amaya proyectó en 3D, en 1.983, con un filme: "EL tesoro de las cuatro coronas", de Ferdinando Baldi con Tony Anthony y Ana Obregón. Se usaban aquellas gafas progresivas y que hacían sentirse al espectador dentro de la pantalla. Hubo que pintar la pantalla para este sistema con una pintura tipo dorada. En el Miramar pasaron dos filmes así de igual modo pero sin pintar la pantalla: "Viernes 13" o "Parasite" con Demi Moore, alguna de "Tiburón" o de "Enamanuelle". De ello hablaremos cuando escribamos sobre el Miramar.




Se presentó un problema en el Amaya. Su pantalla era Perlux, pantalla reflectante, muy buena, se limpiaba con un plumero; al despintarla, quedaron unos churretones de vergüenza y tardaron tiempo en cambiarla. Mientras tanto, Alfonso y Carlos, habrían a últimísima hora  las cortinas para que se notara lo menos posible. Y fue Alfonso quien compró de su bolsillo una nueva pantalla que se le fue abonando poco a poco por la empresa. También compró una lámpara Xenon.




No se si fue la primera vez que fuimos los amigos a este cine. Recuerdo era en primavera del 1969 por aquello del mes de la flores de mayo. Nos parecía muy lejos asistir al Astoria para ver un gran filme que aún hoy se repone en televisión:  "El desafío de las águilas", y nos quedamos más cerca, en el Amaya donde asistimos a ver un filme precioso: "La ladrona, su padre y el taxista", de Blasetti. Por cierto me enamoró la voz de Sophia Loren en este filme y que con los años conocí: María de los Ángeles Herranz", una actriz muy graciosa con la que te reías mucho y que tenía una voz preciosa y que falleció hace cuatro años.
Recuerdo en especial un verano de 1.975, a primeros de agosto, cuando vi "El hidalgo de los mares" que luego en la creación de la ETB-1 la pusieron hasta aburrir, en 1.983 y 1.984.



Tengo que decir también que con la cartelera del Amaya tuve una experiencia casi paranormal. Había una voz en el cine que me gustaba aunque a veces era algo gritona. Solía doblar a aventureros, galanes, gentes de la aristocracia, a Stewart Granger y a muchos más con su  timbre cristalino y algo irónico. Tenía yo años de casi adolescente y ansiaba conocer quien sería aquel hombre que se ocultaba tras esa voz tan peculiar y de novela. Un mediodía reparé en la cartelera del Amaya, proyectaban "Ursus", filme que se estrenó en el Miramar de San Sebastián, y había un cartel con la figura de un actor y no me pregunten por qué, supe que era él y no me equivoqué: Rafael Luis Calvo. Buen actor cuando se metía en el papel y un tío con el que te reías hasta reventar con sus historias increíbles. La voz de Clark Gable. Mi  gran recuerdo hacia él. Sucesos extraños como otros que me han sucedido alrededor de los cines.



Recordar días felices acompañadas por un buen filme. Aquellas navidades de enero de 1.970-71 cuando proyectaron un día de Reyes "Scaramouche de George Sidney. Filmes vistos: todos y algunos más. "Felicidad sobre el hielo". "La frontera sin ley". Muchas de Louis de Funes: "El gran restaurante". "La batalla de Roma". Algunas de Tarzán y recuerdo llegando las navidades del 71 "Tarzán y la cazadora". "Convoy". "Toma el dinero y corre". "Kalimán". recuerdo las navidades del 80 y la maravilla de "Siete novias para siete hermanos" y el llenazo. "Broadway Danry Rose". ¡Cómo olvidar a "La Cenicienta" o a "Fantomas" mi peli favorita!















Estaría toda la mañana. "La gran evasión". "Diamantes para la etenidad". Durante el Festival del 86: "Una noche en la ópera". "Cantando bajo la lluvia". "Oscar". "Le llamaban Trinidad". "Maciste el coloso". "Superman". "Muerte entre las flores". El grandioso "Monsieur Verdoux". "El Gran Dictador". "Copacabana". "Los hijos de Scaramouche". 





















Txema Castivia me informa que, en los 90, programó filmes como: "Durmiendo con mi enemigo". "Robin Hood el magnífico". "El misterio Von Bulow". "Bailando con lobos".


Quiero finalizar con alguna anécdota que me ha contado Carlos Rodríguez, hoy en la SADE del Antiguo. Como en "Cinema Paradiso" cuando iba al primer piso del Amaya para ver salir la luz del proyector, correrse las cortinas y sentir a su padre poner en funcionamiento la proyección. Así fue entrando en esta profesión. Y recordaba cuando el Amaya programa Festival del Cine, a finales de los 80, y había que proyectar filmes de hasta 16 mm y colocar bobinas de 12 mn en los proyectores, intercambiándolos constantemente.


UN CINE DE AYER QUE YA NO EXISTE SALVO EN NUESTRO RECUERDO. 
UN SUEÑO POR DONDE SE FILTRABA EL OTRO LADO DE LAS COSAS.

7 comentarios:

  1. Enorme artículo que emociona y reconoce la labor de los que proyectaban peliculas. Enhorabuena José Ignacio!

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  2. Muchas gracias Jordi. He colocado un introducción sobre la previsión de Dolby que ya hacían aquellos pioneros de las proyecciones. Enorme!

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  3. Precioso y muestras el gran amor que tienes a Donostia. Muxus

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  4. No se como haces pero emociona leerte aunque no conozcamos el cine.Es como los de donde vivo yo que han desaparecido. Buenas noches

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  5. Anécdotas de Txema Castivia: el cine Bidasoa de Irún se cerró el mismo año y con la misma película que el Amaya. Y el incendio al que se hace referencia fue en algún lugar de alguna provincia española. No en Donostia. Muchas gracias!

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  6. José Ignacio salazar un artículo muy interesante y por la parte que me toca nieta de Daniel Extremiana gracias por calificativos tan buenos como afable y apasionado. Un saludo

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