domingo, 4 de junio de 2017

UN CAPÍTULO MEDIOCRE EN EL MINISTERIO DEL TIEMPO.


1.958. Festival donostiarra. El año de Kirk Douglas y "Los Vikingos". El año de Sir Alfred y su esposa Alma Reville. Anthony Mann, Ana Mariscal y Berlanga formaron parte del jurado entre otros. Vino hasta King Vidor que preparaba en Madrid su "Salomón y la Reina de Saba". Como siempre, en este Festival, la decisión del jurado sorprendió. Ganó la Concha de Oro el filme polaco de Tadeusz Chmielewski: "Eva quiere dormir". "Vertigo" sólo tuvo el Premio Concha de Plata Ex-aequo con Monicelli, con "I soliti ignoti", así  como el de interpretación masculina para James Stewart.
Es el mal endémico del Festival donostiarra, en 1.958 y en nuestros días y sobre el que pesa la sombra de corrupción. "Vertigo" hubiera promocionado la Ciudad más que el bodrio que ganó, que nadie lo recuerda, que ni se estrenó y que fue un fracaso. Siempre sucede lo mismo. Olvidar un filme que hubiera sido para renombre de nuestra San Sebastián, que ha pasado a la historia del cine, y olvidarlo en los premios. Eso sí que fue hacer desaparecer a Hichcock de la Ciudad, peor que los rusos que lo querían secuestrar. Con Franco y sin él, el Festival es igual de dictadura.



Se nota que no está Rodolfo Sancho. "Amelia" está muy sola, perdida y rebajada de sus cualidades. La trama de aquella foto misteriosa, carece ya de sentido y nadie nos la ha aclarado. Una chapuza. Dicen que han invitado a volver a Rodolfo. ¿Cómo? ¿Como en "El secreto de Puente viejo"? Donde los muertos resucitan. Otra chapuza de volver al pasado e impedir su muerte. A "Amelia" le han destrozado su configuración en el espacio/tiempo. Su historia, con "Julián" , era enigmática, surreal y tenía gran feeling como aquellos que nunca sabían que habían sido y significado entre ellos en el transcurso de tantas vidas. Por otro lado, "Pacino", Hugo Silva, habla de pena; no se le entiende ni un carajo. La primera secuencia, en el balcón del María Cristina, frente al Victoria Eugenia, no conseguí entenderla en varias frases, ni con la moviola.


Yo he intentado ver el vídeo en segunda opción para poder comentarlo mejor y con calidad fotográfica y no se permite ya a través de la Red. No está disponible. Una televisión pública que hace esto, mejor dicho que empieza ya a actuar así como una privada que hay que hacerse casi de pago, no merece que perdamos el tiempo y demos publicidad a esta serie. Voy a hacerlo porque habla de mi Ciudad y del Festival. La primera y la última. De hecho ha tenido una audiencia baja para lo que podíamos suponer.



Es evidente que "El Ministerio" ha cambiado. Matan por sorpresa a un prota del inicio y única solución imaginativa para justificar su ausencia que tal vez, un día volveremos al pasado y lo salvaremos de esa muerte, eso se llama jugar con el espectador. ¿Los guionistas no tenían otra solución? La serie ha vuelto de milagro, para peor, y así no espero más temporadas. Y menos con Hugo Silva que va por libre y que es el peor sustituto que podían haber buscado para Rodolfo. A mí me parece que ni sabe de que va la serie; ya lo demostró en la temporada pasada que esperábamos anheladamente que retornara Rodolfo Sancho de nuevo. Va muy por libre y no se integra. Aquella ternura, misterio, nostalgia, pesadumbre, pesimismo, aquellas miradas de un "Julián" inteligente y perdedor, casi de antihéroe, nada tienen que ver con este despegado y pasota de "Pacino" que no sabe vocalizar además.



Tiene unos fallos de ambientación enormes todo el capítulo. Las butacas con respaldo blanco no son las del Victoria Eugenia del 58. Las fotos que coloco aquí abajo son de ese año y comprueben la diferencia. La escalera por la que subía Hitchcock y Alma da a la calle y no a una pared cerrada sino a la puertas de salida del teatro. Aparte de que Sir Alfred siempre se ponía a la izquierda de su esposa, como bien se ve en las fotos de aquel Festival de 1.958.



Comienza el capítulo con aquellas voces de la Radio Nacional y el No-Do, José Hernández Franch, narrando la presencia de Kirk Douglas en Donostia. Eso sí es real, pertenece al No-Do de aquel Julio del 58. Pero algo se ha roto en esta serie, al menos en este primer capítulo. La vuelta al pasado, que era algo tan sorprendente como emocionado, se ha hecho rutina y ha perdido aquel hechizo. Encontramos a "Pacino" en San Sebastián y que, en el Monte Igueldo, con esa bella panorámica, se encuentra con sus compañeros. Sin mayor gracia. Una trama de algo que es pura invención, el secuestro por parte de los rusos, y donde prima más el remake glamouroso de recrear filmes y secuencias del maestro que de transmitirnos asombro y fascinación anclada en el tiempo.



Me ha resultado hasta algo pedante y cutre  recrear "Psicosis" y con Hugo Silva; "Los pájaros" en el Monte Igueldo" con cuatro gaviotas; el propio "Vertigo" por la persecución vaporosa en el Victoria Eugenia; "Cortina rasgada" con los rusos; "El hombre que sabía demasiado" en el periplo del teatro"; "La ventana indiscreta" con el "Jefazo". Y lo único que me ha gustado era la versión Tippi Hedren, como en "Los pájaros", de la intérprete, eso sí, sin la voz de María Luisa Solá. Porque Aura tiene también problemas notorios de vocalización. Este capítulo no me sacado mis instintos más básicos y fascinados que me producen esta serie. Me he llevado una decepción y una gran frustación. Quisieron hacer algo que tiene más que ver con el lenguaje del cine de Hichcock  y no un viaje en el tiempo. Es que no quedó claro que habían recorrido en el tiempo cincuenta y nueve años. Parecía vivían allí y estábamos viendo una remake malo de filmes de aquel publicista y mago que fue Sir Alfred.



Lo que sí se ve en la serie es el formato en el que se rodó la película "Vertigo": Vista-Visión. De hecho adaptaron a los viejos proyectores Ossa del Victoria Eugenia, las lentes de este formato y del scope anamórfico, por aquellos años 50.










A destacar las ruedas de prensa; estaba muy bien ambientado; el inglés de Aura; el buen rol que siempre hace Nacho Fresneda y lamentar que se dejara tan de lado a los actores del Ministerio como al propio viaje en el tiempo que es la razón de ser de la serie. Un homenaje también, con este tema de fondo de las desapariciones, a tantas que hubo en los filmes de Hichcock. 




Hichcock practicó la hipnosis con el espectador pero era un genio. Prestidigitador era sólo él. Lamento que el capítulo equivocara el sentido de la serie. Desde luego no es fotografiar a gente atrapada en sus destinos arrastrados en una marea de suspense. Sólo él creo secuencias complejas en ambientes tan irreales (las secuencias dentro del Teatro o cementerio pretendidamente lo eran) con un toque de magia y esoterismo. Y tal vez lo que me recordó más a aquel otro "Ministerio..." fue el momento en el que, la protagonista "Amelia", le menciona que busque a Tippi, al propio Hich y a su esposa, lo de la enfermedad nada serie. ¡Ese si es el espíritu, para mí, de la serie!















3 comentarios:

  1. Pues mira José Ignacio pienso como tu que algo era mas flojo. Y que Rodolfo me da mucha pena se haya ido.

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  2. Yo es que vi la serie porque tu dijiste ibas a comentar y mje aburrió un poco aunque ella estaba guapisima y es lo mejor

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  3. Me han escrito diciendo que Rodolfo se ha ido sin despedirse. No lo sabía. Pero si era lo inevitable enterrarlo tampoco viene a cuento que un día puedan devolverle a la vida. Te has ido?? ? Adiós. Yo sé los malabarismos que guionistas tiene que hacer en series para acoplarse a algunas señoría actorales. No es fácil pero de devolverle la vida, nada. No entiendo a algunos actores: están todo el día quejándose de que no hay trabajo y algunos no paran, no dan a llenar la bolsa. ¿Quien trabaja y quien no? Creo que el problema, tras la partida de Rodolfo, es Hugo Silva que es un mal casting. Creo que hay actores y guiones suficientes para enganchar a los tres personajes como antaño y dar a la aventura el gusto por el misterio y romanticismo como antaño. Yo sé que los guionistas se llevan tortas pero ello se soluciona dando una rueda de prensa y contando lo que sucede. Porque de este modo nos equivocamos todos y así quedaría todo más claro.

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