jueves, 24 de mayo de 2018

"AMAR ES PARA SIEMPRE": SATANÁS SE APELLIDA ORTEGA


Dos enormes capítulos plagados de referencias cinematográficas, excelentemente interpretados y que han levantado la moral a los espectadores que siempre han buscado algo más que alcahuetería  en una serie decana y de lectura costumbrista. “Amar es para siempre” es una digna ficción con sus altibajos pero interesante. Este año el mensaje feminista la desvirtuó bastantes, suavizado en la actualidad, porque ni se corresponde con la época y sólo responde a demagogia para buscar audiencia entre el público femenino, tratando de implantar el hoy radical al ayer que despuntaba en igualdades y derechos sin confrontación. Enorme Fernando Cayo en estos capítulos, como Javier Troncoso, Sonia Almarcha, Jacobo Dicenta, Juan Fernández, Vicente León/ "Vázquez" (que me emociona mucho cuando me recuerda tanto a la voz de aquel actor de doblaje: Víctor Orallo, que hemos recuperado su voz milagrosamente) que ha asomado en el adelanto para mañana y ese inmejorable "Olivier Canet" que es un engreído cuisinier interpretado maravillosamente por Xavier Niacise. Y María Adánez siempre digna en su papel y Manuel Baqueiro que cada día se parece más, en voz incluso, a "Gila".




Dejé de escribir y de vez en cuando, siempre que tengo tiempo y me interesa el capítulo, vuelvo, asomo como el Guadiana. Yo estaba muy a gusto el pasado año publicando y se respetaban mis opiniones pero y siempre lo he denunciado, comenzando por alguna administradora de algún muro, que jaleaba incluso a fanáticas, se me empezó a insultar, llegando ya a palabras mayores. Una señora mal encarada, que se pensaba podía censurarme,  que me trataba de “menda” para arriba y lo siguiente, cuando hacía un año me pedía escribiera sobre la serie en el tiempo del “Marqués”. Y prohibiéndome, hoy, escribir sobre política o feminismo aunque la serie lo arrastrara. Es peor, aleccionándome sobre qué y cómo debía o no escribir. Por ejemplo, mis opiniones sobre la serie eran intolerables por puntillosas, por criticar a personajes o sólo por dar una importancia que no debía porque a esa señora no le parecía que debía de tomarme en serio la crítica de algo no tan grave y sólo pasatiempo. ¡Menuda joya! Yo nunca he pretendido que se esté de acuerdo conmigo, pero un respeto, sí. Pero estaba muy cómodo y a gusto escribiendo sobre esta serie que es un poliedro de muchos prismas de una época, algunos desconocidos para la gente de hoy, un caleidoscopio de historias entrañables y ácidas que siempre llevan un poso ternurista y sociológico de aquel tiempo que se ha estudiado muy mal. Pido disculpas a los que les gustaban mis escritos, ellos no tienen la culpa de que me fuera o de que se permita a dictadoras llevar muros sobre comentarios de una serie que es eso, una serie, para divertirse y criticarla.


El psicópata ha caído de momento, sorpresa enorme con la aparición de “Samuel”, el bueno y educado Javier Troncoso, cuya entrada en la iglesia, salvando las diferencias, recordó a aquella secuencia de aquel “El Secreto de Puente Viejo” que me hizo descubrir  a la hoy acabada ya como actriz, Megan Montaner, “La Pepa”,  cuando volvía de su viaje y descubría a su amor “Tristán” que no eran hermanos. Secuencia vitriólica de un ESDPV del que comentan, hoy no sigo, que es un puro engendro de estirar un sin-guión, lo más sorprendentemente casposo, hasta que dure. Pero cuando “Pepa” fue grande e irrumpió como “Samuel” en la iglesia, era importante e impactante aquella serie. Y su remake de estos días en “Amar es...”, muy bien logrado. Y eso ha sido Troncoso entrando en la ermita, la respuesta fermentada hacia un engaño y unos delitos para taparlo de este monstruo demente y perturbado que no sabía dónde esconderse en medio de la sorpresa y de su realidad psicopática al descubierto.



Me ha gustado de estos capítulos, y en las fotos que expongo, en algunas se observa, en la estética de composición de circunstancias,  ese aire de grupo impactado y atemorizado por la noticia, expectantes ante tal vez un peligro que les acecha, muy al estilo de los filmes basados en novela policíaca de Agatha Christie o de Poirot así como de filmes de Alfred Hitchcock. Y me ha gustado.



Tiene mucho, la secuencia entre “Marta” y “Carvajal” sobre eso de la amistad y de la necesidad del uno y el otro en el proyecto contra “Ortega” y de la presidencia del Círculo de Empresarios, aporta referentes de “Casablanca”, entre Bogart y Claude Rains en la secuencia final. La bronca en el exterior de la pequeña iglesia es de “El Graduado”. Y por supuesto de “Cabaret” en esa secuencia que restituye a Itziar Miranda y a Anabel Alonso una dignidad perdida entre el guión de sus personajes, cada día más odiosos y repelentes. “Life is a cabaret of charm” ha conservado intacto el encanto y el ambiente chispeante y descocado de un típico local nocturno de espectáculos en el Paris de la folie, descarado, procaz y rococó, presentado en chanza calienta braguetas como una alegoría de la alegría ruidosa sin prejuicios, y la evasión de los problemas de la vida diaria. Gran momento.



Y ¿Qué decir de “Canet”?  El amanerado y mostachudo chef cuisinier, franchute a su bola, sólo le faltaba meter su amariposado bigote cepillo en el plato, usurero y plagista que nos ha salido de entre comidas exquisitas que son un engaña bobos para pretenciosos,  cuando la mejor cocina es la no apta para modernos postizos. Una nueva cocina que ya se gestaba, un bluff mediático de una vanguardia, un pufotimo de caraduras y un think tank de la cocina, un comecocos de negocios de hostelería. El fin de esta innovadora comida caca,  era vender sus productos y sus servicios, por el que te cobraban ya un ojo de la cara y parte de otro y de paso, te forras cobrando a empresas que se quieran promocionar. Cuando los callos a la madrileña o las croquetas de “JonVaine”, para el paladar, son lo más delicioso de la gastronomía de toda la vida, y más barato. Gran lección al estilo del “Gran Restaurante” de Luois de Funés. Como en este filme, los actores y el guión no han hecho cocina o alta cocina sino alta comedia muy del estilo cinematográfico de los 60.



Magníficos todos los actores, muy bien dirigidos y secuencias casi perfectas. Y ahora la gran incógnita: ¿Qué preparará “Ortega” con “Vázquez” y tal vez “Tuñón para sorpresa nuestra en próximos capítulos? Pero ella será ya otra historia. Volveré algún día pero ya sabéis que los chismes no me van.
































3 comentarios:

  1. Se te echa mucho de menos comentando la serie. Un beso

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  2. Eso de feminismo radical no me gusta en absoluto eh. La lucha actual no tiene nada de radical, solo las violaciones son ejemplos de todo lo que queda por luchar.

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