José Ignacio Salazar Carlos de Vergara: EL BUEN CORAZÓN DE UN CORNUDO

ACTORES DE LA TARDE:

SELU NIETO, FARIBA SHEIKHAN Y CARMEN CANIVELL

Ahora que muchos de los espectadores están más preocupados en averiguar la maldad de "Francisca" que provocó la muerte de la madre de "Emilia", esta tarde yo voy a diseccionar una secuencia que entronca con la cultura más existencial y costumbrista de nuestra mejor y más sincera tradición literaria y cinematográfica. ¡Lo siento!
Es increíble la similitud de esta secuencia con muchas del llamado neorrealismo español que rodaron la pareja Fernán Gómez y Analía Gadé con su tragicomedia de los 50. De hecho, el parecido de las voces entre Analía Gadé y Carmen Canivell (que me recuerda también muchísimo a Carmen Sevilla), es asombroso. Todo un filósofo de la vida, rompedor "Hipólio" que se carga el mito de la fuente de PV para trasladar a los ojos en su sinceridad, el paso que damos para acercarnos a la otra persona porque nos mira y nos dice que rompamos barreras y vayamos hacia ella. Bonita Carmen que ha dicho alto y claro lo maravilloso que es este pueblo ensoñado, la alegría de vivir que inspiran estos paletos encantados y este pueblo donde se respira ese charme de las pelis y televisión antiguas. Minutos en derredor de la fuente donde se destapan los miedos en el desastrado y genial "Hipólito" y se muestran las inquietudes amorosas que muestra exageradamente la chica para ligarse al pobre cornudo. Pero es cierto que ESDPV equivoca en sus espejismos y existen menos hadas y no todo es amor en lo que mostraban los ojos desorbitados de la lagarta "Gracia" sino teatro e interés pero que comienza a encandilar al pobre "Hipólito". El amor en definitiva se encuentra en cualquier lugar, donde también se da la trampa hechicera y no todos los ojos brillan por amor y sí por avidez.

Selu ha estado inconmensurable, interpretación pura y dura. En el fondo es una secuencia muy ácida y muy buena en su evidente simbología. Una situación que en su delirio da risa y ternura (sobre todo por Selu- un Alberto Sordi hoy) que lleva la comicidad y el melodrama dentro de un modo peculiar de interpretar, valiente y osado en un país donde la gente no entiende de cine, televisión, ha nacido y vive feliz al margen del teatro, no conoce nada de literatura y es dichosa contemplando a putas y putos aquienes hay que coger con mascarilla en la televisión y además tiene a los cómicos en un concepto absolutamente despreciativo. Casi así como de unos estrambotes medio anormales.

Secuencia que no ha dejado títere con cabeza, aparentemente inocente pero de amplitud en su fondo. Entre risa y risa se ha cargado el milagro de la fuente, el amor como expresión vidriosa en los ojos, la inocencia de una chica zalamera que encandila pero que miente (otra pagada por la madre para llevarse al huerto al inocentón "Hipólito") y encandila mediante una verdad asumida en el fondo del alma, sobre la atracción del amor tirado por los ojos de un sentimiento grande que se sale por los mismos para derrumbarlo al momento con la comedia de la chica.

A pesar de todo el sulfúrico que lleva, su envoltura es bella y dulce, da lástima y tiene un fuerte componente sentimental y un toque romántico, de pena que dan los dos, dando todo una sensación encantadora y emotiva. Con el valor que los guionistas han dado al soliloquio de Selu Nieto, ensimismado cantando la gran verdad mientras pone cara de cordero degollado (¡que grande es Selu!). Monólogos existenciales que se transforman en un cara a cara con el espectador porque "Gracia" es falsa y quienes le escuchábamos con buena querencia eramos nosotros.

Selu es capaz de transformar la comedia de la vida en un relato de lujo, con ese su hondo sentir tras el fracaso amoroso, repugnante y brutal, extrayendo la poca ternura que le queda a la cornamenta. Un buen retrato sobre la difícil situación de un pobrecito abandonado por una golfa medio loca, como muchos ciudadanos vulgares y corrientes que son víctimas también de las mujeres, con unos registros de actorazo que se entremezclan con la inteligencia y dotes del propio Selu Nieto (un alocado "Hipólito") que lo transforma todo en algo que es como un show: insuperable, maravilloso y cómico. Pequeños dramas paletos de clase y con clase.

Se que a muchos espectadores les parece un petardo, son los que menosprecian a lo cómico pero es genial Selu. La pena es que ha nacido en España, el América sería el rey de la comedia. Cuando en la triste España se aplaude a un cómico suele ser, en la mayoría de los casos, porque te hace reír de lo insustancial que es en su subordinación burlesca. España es un país de ignorantes que se les cae la baba ante lo cutre y desprecian su cultura neorrealista. Ver a Selu Nieto es un gozo imprescindible. Los más piadosos dicen de él que es un pelma tonto y soseras. Pues tienen por frente al mejor actor de ESDPV y de la televisión actual. Lo tiene todo y puede hacerlo y además es joven; tiene un gran futuro en América. Delicioso momento costumbrista en tono humorístico que hubiera hecho las delicias de Fellini, Lattuada, de De Sica, Germi, Castellani... nombres que emociona el recordarlos. Aquí, encima, nos pondrán a parir a mi y a él. A mí por prestar atención a tal sinsustancia y a él porque es un coñazo sin sentido.

Los buenos sentimientos de un cornudo esta tarde en tono humorístico y lánguido, con una crítica mordaz a la mentira de alrededor con un ingenioso y tierno dialogo, con ese monologo de Selu que ha sido un dardo más que envenenado a los aspectos engañosos del amor. Comedia socio-costumbrista con un sobresaliente sentido de la filosofía con mensaje, con ese soliloquio subversivo y destroyer de las mandangas del amor por interés.

Fariba sigue subiendo puntos y se está llevando a la audiencia. Es ya un personaje carismático que da un registro de inocencia y belleza que está superando incluso a Megan Montaner. Megan era más bruta, Fariba es más sensual y delicada. Las dos de gran talento, son las grandes amantes de ESDPV. Se dedica a trabajar y no a lucir retales de vestidos que los modistos tejen ex profeso para pobrecitas en ocasiones frívolas.