miércoles, 3 de agosto de 2016

FRANCESCA RINCHIUSO / QUANDO LUCE SI SPEGNE


Che pena Carlota. Già nel aprile 2015 aveva quasi interpretación. Un anno dopo a sinistra. Articolo 18- 4- 2015

  
ACTORES DE LA TARDE:

CARLOTA BARÓ, MARIO ZORRILLA, MARÍA BOUZAS, MARIO MARTÍN, MARIBEL RIPOLL, SELU NIETO, MARTA TOMASA, ALEJANDRO SIGÜENZA Y FRANCISCO ORTIZ.


Antes de nada agradecer a las mas de 15.000 personas que han leído los dos últimos capítulos. Me hubiera gustado se hubieran interesado más por un artículo de estos en los que intento dar mi humilde y  sosegada visión sobre el capítulo. Pero ha sido por ese interés por la serie y por ello tampoco me desagrada. Me han demostrado que el atractivo y fascinanción por la serie, a pesar de lo que suscita a menudo de desgana y tristemente  languidece, sigue estando en forma; que duele se pueda acabar la misma; que los lectores y televidentes quieren continúe y se acierte en la trama, en el  amor y el ritmo. Se renueve. 15.000 personas que leen sobre el posible crepúsculo del serial no pueden estar equivocadas, dice mucho y de lo errados que se encuentran algunos que, si bien no en su hecho, parece quieren dejar a la misma y espectadores sin ESDPV. No se lo que sucederá, huele a funeral a muerte por inanición; no creo se merece nadie que esto haya tomado este ritmo aunque el capítulo de hoy ha sido meritorio y ha tenido sus puntazos así como su extraña simbología que el director, nos cuela entre imagenes, videncias de lo que va a llegar. Es mi opinión y mi pasión por ESDPV lo que me lleva a plantear estos temas, gusten o no. Sigue teniendo una capacidad de realismo mágico, de ironía y de amor en conserva enlatada para las tardes y continua ideado desde una profunda nostalgia y con amor y referencias al mundo de las grandes imágenes de la historia del cine, que es para arrinconarlo y es que es una serie irrepetible, enorme y muy humana donde hasta los decorados no son antiguallas (interiores la mayoría y que los desprecian algunos) sino que hablan por si mismos y crean una atmósfera de ensueño e irrealidad que es la sal de las grandes películas que dicen más que la propia naturaleza con su luz y edificios. Un gran serial que parece sacado de la tele de los sesenta, sencillo pero exquisito en su argumento, precioso en sus formas, cocinado a fuego lento donde el decorado es el alma del pueblo y sus gentes, con grandes actores, con un director que sera dentro de veinte años uno de los grandes del país y de él se hablará en festivales, una serie nada superficial, nada sobra y siempre uno vuelve a él y le es fiel.


Precisamente la luz cuando se apaga por primera vez en la cocina de la "Casona" puede decir mucho. Lo ha hecho fe dando por finalizado un tiempo y una sumisión. Con un impresionante Mario Zorrilla en esta secuencia que es, a pesar de la competencia, la que más me ha gustado de la tarde. ¡Para gustos! El viejo vaquero que sabe es despreciado por "Francisca", de corazón que hubiera preferido no ser recordado para determinadas misiones criminales de la cacique. Una María Bouzas grande, como nunca la hemos visto cabreada y abofetear a alguien
Sentarse esta tarde para ver a Mario y Marta es hacerlo para ver el tiempo que pasa y el hastío que llega y el fin de una época en PV. Inmenso, me ha calado hasta el fondo este momento tan tierno y humano. Es que Mario es, personalmente, un hombre culto y que ha buceado en estados de sensibilidad que le permiten abordar con mucha poética estos personaje de indudable género. Es como "Cable Hogue" que contempla como se acaba un tiempo y renace otra época y se acaba el vasallaje que resultaba cómodo pero suponía la alienación absoluta y devino costoso.


El tándem Mario Zorrilla/Pablo Guerrero es perfecto. Los dos han expresado al milímetro, esta tarde, la desilusión y el avance moral a medida que pasan los años, cómo se acaban los moldes estrictos del ayer y la sociedad se hace más libre y el hombre piensa y se atormenta y sigue sólo. Cómo el tiempo nos avejenta y nos vence, nos hace libres pero seguimos siendo los ermitaños encerrados en nosotros mismos, melancólicos y tristes y dolidos porque nos hemos enfrentado al espejo en el cual hemos visto toda una vida desperdiciada y errónea.


Hermoso momento, casi sublime que ha contado con uno de los pocos actores de género que quedan en España. Enfrentados en la secuencia a la inadaptación y soledad extremas. Unos tiempos nuevos en los que se supera la sumisión, la violencia y que claman por el perdón y el amor y la paz, sin tiranos y corruptos. Cuando se está dispuesto a plantearse dejar este mal sueño, esta humillación ante una "Doña" que es pura historia ya (en su época histórica bien analizada por la serie así como en el personaje ya quemado), planteándose abandonar su fidelidad que le resulta gravosa e inasumible ya para satisfacer a una vieja que le corroe la maldad por dentro. No hay nada que valga matar  a alguien para servir a una "señora" viene a decir este gran momento. Secuencia que finaliza con ese apagado de la luz que ha sido casi como una despedida a un serial. Uno de los momentos más conmovedores, brillantes y entrañables, conjuntamente con aquel en el que "Pepa" moría, de ESDPV.


Y hay que felicitar a Marta Tomasa por cómo apaga la luz. Parece una tontería, pero no lo es. Ha sido un momento importantísimo. Mi viejo amigo, actor de doblaje, hoy fallecido: Rogelio Hernández, en una entrevista, me confesó que decir una palabra en el doblaje (y es bien cierto) es muy difícil,  muy dificultosa de interpretar, tanto como un pequeño gesto en una secuencia. No lo hace bien cualquiera ni sale a la primera por nimio que pueda parecer.


¿Nos ha hablado ESDPV de su final en este final de la secuencia? Cuando se apaga la luz parece que el mundo se detiene, que todo deja ya de tener importancia y que aquello ya es pasado. Se va difuminando, es cosa pasada. Los "duros" se reblandecen de su barro.





Mención a la calidad dramática de Carlota Baró haciendo de un momento que podía resultar empalagoso, una apología del sacrificio en la mujer. así como a esa vis cómica de la que hemos hablado muchas veces en Mario Martín. Actor mas seriote y dedicado al discurso moral de su Iglesia pero al que el guión le concede estos momentos de abierta comedia con los inigualables Selu y Maribel, en un tono de declarada burla que divierte y muestra una desencanta visión del mundo y de sus temas pretendidamente transcendentales; toda una reflexión de la muerte de la imposición religiosa a través de rictus siniestros en los curas de aldea y del triunfo del humor que es lo que necesitaban aquellos pobres y no las mentiras de la religión.





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