miércoles, 24 de agosto de 2016

ROMEO E GIULETTA

Una bella amore che sceneggiatori abortire

La mia solidarietà con l'Italia in questo momento di dolore


ACTORES DE LA TARDE:

IVÁN MONTES , FARIBA SHEIKHAN Y MARÍA DE NATÍ

CON: AÍDA DE LA CRUZ, RAÚL PEÑA, SANDRA CERVERA, CARLOTA BARÓ  Y ALEJANDRO SIGÚENZA


Si alguien preguntara sobre ¿Qué es la juventud?, la respuesta es sencilla: son "Prado" y "Matías". Unos momentos llenos de delicadeza en la despensa que cuenta con esa alegría de amor en "Matías" y esa cierta distancia y misterio que pudorosamente coloca entre medio "Prado". La dirección ha sabido sacar toda la naturalidad y espontaneidad de los dos actores. Una chica de soterrada ternura y un arrojado adolescente dan un vuelco a ESDPV. Sé que hay gente que aún recuerda los otros amores míticos de la serie y nada le colma ya, se ausentan y ya está. ¡Que vean este candor e ilusión de ensoñación amorosa de aquellos nuestros mejores días del ayer! Una chica perfecta porque además tiene un punto de belleza antigua, muy dificil de interpretar; de apariencia nada ingenua y que la hacen más creíble. Están perfectos los dos, casi sacados de una secuencia de un filme de Pasolini o Zeffirelli, donde prima lo real y cotidiano y las miradas se cruzan en primeros planos que muestran un candor muy dificil de superar y que parece sacado de un fresco del Giotto que penetra por nuestra retina.



Tienen alma los dos. No están forzados ni son efectistas. Humildes y con una agradable sensación de esa sensualidad que deja el amor que misteriosamente nos llega cuando menos se espera. ¡Muy bien chicos! Algo ya mejora esto. Porque para ver amores avinagrados y mariconadas no estamos ya. Ha sido sublime aunque much@s no van a reconocerlo. El mérito es de todo el equipo al haber plasmado con mucho encanto estos sueños hermosos y su contraste con esos secretos que les dan una baño de realidad, entre bellas imagenes que parece estás viendo cuadros del renacimiento. Y sobre todo de la madera de ese actorazo que pone tanta ilusión y encandila tanto: Iván Montes; una revelación en ESDPV. Iván llega hasta el otro lado del sentir, lo traspasa y se queda a vivir en él. Ya lo dije hace tiempo, me recuerda a uno de los chicos prodigio del cine español, aquel actor de cine y doblaje que fue la primera voz de Jerry Lewis en el Estado: Eugenio Domingo, en "¡Vaya par de marinos!"; que desgraciadamente dejó el doblaje y el cine para dedicarse a la restauración en Barcelona, falleciendo a primeros de los 90. Era un chaval muy parecido a Iván, tenía una magia especial cuando hizo cine.



Maravilloso capítulo para amantes de la televisión, de los romances primerizos, de la pintura y de la cronología de aquel maravilloso  tiempo del Renacimiento. Iván está adorable para cualquier chica que tenga una sensibilidad alejada de los gustos por los macarras de muchos filmes españoles. María es sensual y callada, impresionante a pesar de su juventud. Los dos, conmovedores. Se nota la genialidad y exquisita sensibilidad de Pablo Guerrero en todo momento. Sencillamente precioso momento de amores e infortunios inocentes, los mejores y primeros. Momento sublime lleno de magia y luz aun que la secuencia se desarrolle en una bodega. Casi un relato de Shakespeare (salvando muchas distancias, pero por ahí va la cosa). Televisión sencilla y grande, hecha de lo que nos ha ocurrido a todos en la vida, con un toque de luz homogénea, con una halo preciosista donde la narración adquiere unos tonos grises de enigma (en ella) y arrojo (en él) pero que muestra en los dos actores un candor casto al que no estamos acostumbrados en la televisión, que es comercial y gusta porque la gente no es tan pervertida como muchos productores piensan. Momento muy bien pensado, novedoso en ESDPV que conquista los corazones. Impagable.






Mención para Fariba que aunque poco tiempo se lo curra en cada detalle con una precisión y sensibilidad encomiables. Una actriz muy versátil y atemporal que arrastra esa virtud donde lleva su papel, casi parece sacado de la actualidad (no la historia en sí, me refiero a su trabajo interpretativo). Pasión, desazón e inocencia en "Inés" que recurre a un barroco controlado que le da un aire onírico que es una formula muy válida para adentrarnos en su esencia y sentir.
Bien también por Raúl Peña, en ese momento de su entrada en la casa y ser atacado que lo saca de la atonía a la que le obliga el guión, un actor desaprovechado absolutamente en la serie.


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