LA PEOR Y MÁS CRUEL MENTIRA

ACTORES DE LA TARDE:

TÁBATA CEREZO, MARÍA JOSÉ GOYANES, ANA TORRENT, THAÏS BLUME, MARIONA RIBAS, MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ, JOSÉ ANTONIO SAYAGUÉS, IÑAKI MIRAMÓN Y ÓSCAR ORTUÑO 

  

Capítulo que nos coge ya medio de vacaciones. Pero muy interesante. No da tregua la serie. Cada tarde se agregan nuevos y más interesantes argumentos. No tenemos ni tiempo de parpadear y devoramos esta serie la mar de a gusto. Hoy he sido feliz. Medio de vacaciones y esto es un buen plan para una tarde de este lunes de Semana Santa, con capirotes y todo que hemos visto recorrer la Plaza de Los Frutos. Donde, por cierto, "Fuen", ha recibido de "Pelayo" anillo de compromiso. ¡Habemus boda!

Tengo que reconocer que ha habido de todo en el capitulazo de esta tarde. Esa enorme mentira cruel que creo ha destrozado aún más a "Jaime", sobre que "Nuria" ama a "Martín Pallarés". Algo que va a quedar desmentido en breve por el compromiso de éste con "María", una "María" que ha comprendido la grandeza y generosidad de la lucha, clandestinidad y peligro de muerte que suponía embarcarse por buscar una salida al asfixiante franquismo que ya, en aquel entonces, hacía aguas por todos las líneas de flotación del buque insignia. Las imágenes perfectamente perfiladas de las secuelas de las torturas, magullas y costilla rota del militante comunista, son harto elocuentes.

Y este turbio secreto que se guarda celosamente para que "Jaime" no sepa una verdad que ya clama ser declarada, porque le está diseccionando la vida, como bisturí en las entrañas y sin anestesia, debe de ser revelado. Está afectando a todos los personajes que so saben y lo comparten en un cruel silencio cómplice.

"Nuria" mintiendo ha estado incisiva, muy cruel y de un muy hondo sentido dramático, padeciéndo tanto o más, incluso, ella que él, aunque parezca imposible. Su mentira tiene las patas cortitas, es una mentira muy arriesgada, y se lo ha dicho buscando una cierta lógica maquiavélica a su incomprensible comportamiento; durará hasta que se descubra el noviazgo de otros enamorados de esa plaza de amores y trajín vital y costumbrista que es el centro de la serie y crónica de unos años de esta España que tanto tuvo que padecer y contar. Increíble lo que le ha justificado sentimentalmente pero falso. Y "Rosalía" tiene razón, debe contarse la verdad. 

No ha tenido desperdicio la secuencia en la cena familiar de las puyas que le ha tirado "Jaime" a un colérico "Alonso" que ya usa de la violencia doméstica; por cierto en unos tiempos en los que, estos inmundos comportamientos agresivos, no se encontraban tipificados como delito. "Alonso", como muchos machos agresivos, cuando les coges en sus propios renuncio y le descubres de su antifaz, reaccionan con la violencia y la agresión, como únicos argumentos, para acallar la verdad. Es un delincuente en una sociedad española que, como actual, premia judicialmente y socialmente el delito y condenaba a los humildes. Estas graves injusticias las creó un Régimen que, como hoy, era dirigido por las oligarquías, sus poderes, y los muy ricos.

A destacar esa cara de tristeza por ese equívoco de haberse casado con un tipejo impotente y marrullero  como "Alonso", que lleva "Marta" grabada en cada interpretación de su actriz Mariona, y una solución que, tras el embarazo, llegará sin duda; ya sabemos que "Alonso" desaparece aunque no sepamos el cómo. La carita lánguida y pensativa de Marta" impacta mucho; ese dolor sufriente por un matrimonio equivocado y con peligro de agresiones. Por no hablar ya de la madre "Marquesa" que es otra sinvergüenza que, al igual que su hijo, esta tarde, ha echado balones fuera y mostrado indignadísima cuando, "Rosalía" le ha descubierto el engaño y fraude. Es otra estafadora. ¡Cómo estaba la aristocracia!

Ya se va desmadejando la relación entre "Bruno" y "Blanca". Con un tierno encuentro en la Plaza donde, él, ha descubierto la belleza angelical, la cantidad de cosas que le unen a esa invidente y la sagacidad y delicadeza de este entrañable personaje, uno de los más bellos de la serie.

  

Momentos tímidos para acercarse a ella, muy de aquellos adolescentes de los 60, y un encuentro casi de vergüenza en él, para el comienzo de esta  historia que presumo muy bella y de la que espero escribir páginas muy elogiosas. Me será imposible narrarla sin dejarme llevar por todas mis emociones. Es como Virginia Cherrill con el vagabundo "Charlot", que ha hecho brotar en "Bruno" los más bellos sentimientos y le ha hecho sacar el amor más puro que puede haber en el chico. Le da la oportunidad de descubrir a "Bruno" una entrañable ternura y una emotiva inocencia. Esto es mortal en un adolescente soñador.

"Bruno", como "Charlot" con aquella ciega rubia, se enamorará de la amabilidad, del rostro, del candor, de la belleza de "Blanca", con un amor más allá de las dificultades y barreras de una ceguera en ella. Y son historias tras las cuales para existe otro tipo de vida. Historia emotiva que nos muestra la grandeza de los desfavorecidos de la visión.