domingo, 9 de abril de 2017

LUCES EN LAS ONDAS HERTZIANAS



La radio es el refugio de los invidentes; de los que escuchan o la hacen. A mí estas historias de ciegos me subliman. En esta ocasión será Tábata Cerezo quien interprete ese papel: "Blanca" en la serie. Estas historias si están bien contadas, sin resultar manidas o rancias,  suelen transmitir siempre poesía en imágenes. Una voz a través de las ondas cortas que sugiere pero que no dice mucho más. Aunque sí lo suficiente para conectar dos corazones algo solitarios que se conocerán en la terraza del "Asturiano". Han comenzado a interesarse el uno y la otra entre ambos; es la atracción misteriosa que llama a través de lo desconocido y que une a la gente y le hace entusiasmarse y un día enamorarse. ¡Precioso! Se conocen por las ondas y eso suele marca con hierro candente y cauteriza. Pocos escapan de la modulación en amplitud o en frecuencia. Entre Chaplin y Truffaut.



Nadie me ha dicho que "Blanca" es ciega que por cierto ya lo fue Blanca Parés, la enorme "Quintina", en aquel "El Secreto de Puente Viejo"; hoy desconocido y banalizado por unos guionistas sobrados que lo han desnaturalizado y destrozado. Su mirada, la de "Blanca", es de una tímida tristeza y deslumbra por estar apagada. Y es un personaje muy simple, sencillo, bello, conmovedor y está muy bien seleccionado por el casting, y con esa pureza que suele ser el mejor estandarte de estos personajes invidentes en el cine o televisión. Desde sus primeras apariciones, el pasado viernes, ha creado una conmovedora y romántica atmósfera de desamparo por ese otro tipo de conexión mágica e intuitiva que tiene con el mundo de los que sí ven. Además es la chica ideal para este "Bruno", tímido y alocado al mismo tiempo y enorme descubrimiento en la serie. Ojos que no ven corazón que siente más. Ya desde el inicio, este personaje desborda ternura y cautiva. No quiero adelantar acontecimientos pero tal vez estemos a la puerta de una historia de adolescentes para reír, para llorar, para sentir, para divertirnos, para emocionarnos, para pensar, para conmovernos, para amar esta serie de las tardes. Algo que nos arañe por dentro y haga cosquillitas por fuera. ¡Bien por los dos! Tábata y Óscar.




Desoladora secuencia de soledad sólo aliviada en parte por ese calor de "Quintero" que le muestra cuando se abraza a una "Nuria" ya rota. Acaba lo que no pudo ser pero me continúa maravillando cómo sigue amando a "Jaime" desde la desesperanza de su parentesco. Lo que no puede ser no puede ser. Y es el destino y la fatalidad lo que marca la imposibilidad de ese amor desgraciado desde el inicio. Creo que es cuestión de poco tiempo que ya "Jaime" se entere y que el dolor sea compartido por los dos. No es justo que en esta historia sea ella quien lleve la peor parte: la pérdida y el pavoroso conocimiento del por qué. Y a este respecto y aún comprendiendo a la chica, creo cambiará de actitud sobre "Félix", su padre, aunque le va a costar y no es tarea muy difícil. A recordar una frase de "Nuria" hacia "Jaime" sobre que un día comprenderá el por qué de todo.






Momentos muy bonitos: esa tímida ya reconciliación de "María" y "Rafa". Momentos dramáticos: la detención del amigo de "Rafa". Momentos literarios y progresistas: el de la mención a "Cuadernos para el diálogo" y de la mano derecha de Ruiz-Giménez, Pedro Altares,  dentro de un ideario democristiano por una sociedad libre y progresista, y de donde salieron muchos escritores de después y políticos de la Transición, aunque la revista no duró más allá de los primeros tiempos de Suárez. Fue un referente muy importante de la cultura prohibida en los 60. Nombres como Gabriel y Galán, Luis Carandell, Eduardo Barrenechea. Por cierto tenían la Redacción en el subsuelo de un chalet en la calle Jarama de Madrid y fue el primer medio en entrevistar a aquel Felipe González que tantos entusiasmos despertó y que hoy es multimillonario.


Momentos de alegría por la vuelta del bueno del  "Padre Argimiro". Tensa situación en el enfrentamiento entre hermanos por los manejos y enredos del tramposo y delincuente "Marqués" y una situación con mucha ironía sobre ese anónimo que llevará a "Rosalía" a preparar un plan para desenmascarar a los timadores de "La Marquesa" y "Ginés".










3 comentarios:

  1. Bello escrito sobre los ciegos. Ya recuerdo que bonito escribías de Quintina cuando esa serie se podia ver como dices. Que pases buenas vacaciones y un beso de tu admiradora.

    ResponderEliminar
  2. Muy bonito lo que cuentas me llega sabes muy adentro. Ese personaje me va a gustar creo. Un muxu grande Iñaki

    ResponderEliminar
  3. Gracias Jose Ignacio por hacernos ver la serie de otra forma adentrandonos tan magistralmente por el corazon de los protagoniostas

    ResponderEliminar