jueves, 13 de abril de 2017

UN BESO MUY EQUIVOCADO


Estamos ya de vacaciones y como os prometí os coloco esta crónica sobre el capítulo de ayer miércoles. Con un beso de "Nuria" hacia "Pallarés" que considero ha sido un error porque, al final, va a extenderse públicamente el noviazgo entre "Martín" y "María" y ese beso va a querer decir muchas cosas. Beso forzado hasta el límite. Beso con los ojos apuntando a su amor. Beso de enamorada despechada por su parentesco con su amor. Beso furtivo para la galería que asomaba por las escaleras del King´s. Un beso toscamente dado y sorprendentemente recibido. Beso equivocado porque lo ha visto "María" y que conllevará explicaciones y la verdad va a salir muy pronto, se escucha va llegando. Y el beso ha sido un error enorme porque, cuando "Jaime" se entere, va a sentir que esa mujer está loca por él y se va a preguntar: ¿Que pasa entonces?


  
Es televisión y cabe que el guión mantenga la intriga sobre lo que sucederá cuando sea consciente "Jaime" de todo el enmarañado y familiar entramado que, incomprensiblemente ahora, le está enrabiando y triturándolo por dentro. Pero lo comenté el pasado día que, desde mi criterio, tampoco alargar la situación me parece que sea conveniente para mantener esta intriga y espera de la sorpresa; puede cansar por reiterada y perder toda la frescura de dos enamorados, y ella sobre todo, que se aman hasta la locura. Este beso a "Martín" lo dice todo; deseando no hacerle daño le ha hecho más porque, "Nuria", muestra toda su artillería para justificar que, la separación, es causa de otro amor salido al camino y ello es falso. ¿Que justificación existe más allá? ¿Cómo le va a explicar ahora que no ama a "Pallarés" y que todo es una invención? "Jaime" se va a dar cuenta de todo y de ese algo más, de fuerza mayor, que se ha conjurado para separarles.



El beso estaba muy bien interpretado. Hasta tal punto que no inspiraba nada porque nada existía sino teatro a las 3. Sí que tengo que decir que en algunos seriales, en televisión en muchas ocasiones, cuando se besan dos actores, después, se limpian los labios frotándoselos. Hace un efecto muy feo, se nota era ficticio; el beso queda devaluado y parece se repugnan incluso. No ha sido el caso de hoy. 




De todos modos la tensión en el despacho se corta ya con navaja. Y sigo pensando que el guión debe estar ya en la siguiente fase, que no va a ser fácil, integrar el parentesco en la vida de esta familia y entre los hermanos enamorados. Lo que serán las relaciones entre los hermanos, con el matrimonio de su padre y "Rosalía", que amor tocará a su puerta; lo que no me cabe duda es que es una luchadora incombustible y laboralmente va a cosechar muchos éxitos. Su personaje, a nivel profesional, es un poco el icono de aquellos letrados muy volcados socialmente, defensores de causas en las que las víctimas eran los muy desfavorecidos a nivel político o económico y a los que, el franquismo y los ultras, tanto odiaron y persiguieron.








La mas cachonda secuencia ha sido el de la prueba a la que, "Pelayo", ha sometido al fiscal, con esos "periquillos" cementados y ese orujo de la "Maruxa" de Galiza, que ha debido comer y beber para salir airoso y mostrar que se puede confiar en su amor. No deja de tener su ironía que, todo un circunspecto fiscal que debe acusar en un juicio, un entogado y lúgubre hombre de la judicatura, sea un pelele en manos de un tabernícola guasón que por poco le perfora el estómago. ¡Gran momento!





Por cierto, esa "Manola" de negro y cuaresma, la de la derecha, parece la misma actriz figurante que la "Pastora" de "Sebas".



  
Y ya poco le debe queda al "Marqués". Se está quedando sin los fondos piramidales y no puede hacer frente a una retirada de dinero; es la pirámide, necesita otro ocio o aporte de capital para hacer frente a las devoluciones y los dividendos. Tema interesante el de la hoja arrancada sobre tal vez la propuesta de "Haussman" que debe inquietar a "Alonso". Poco margen de maniobra tiene ya este yupi espabilado  sin escrúpulos capaz de enredar a una manada de toros y comer con ellos; hasta que lo descuernen claro.


Y en el final un recuerdo a  aquel filme: "Pasión de los fuertes", con aquel Alan Mowbray, recitando encima de la mesa ante el escepticismo del salón. Me ha venido a la cabeza.



Que paséis unos bellos días que dedicaremos a descansar. Un beso desde esta atalaya fronteriza y tranquila entre Francia y España en la que vivo.



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