miércoles, 14 de junio de 2017

EL FANTASMA Y ANA MARÍA / EL AMOR Y EL MÁS ALLÁ

              ACTORES DE LA TARDE: MARÍA JOSÉ GOYANES, MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ


          LA MEJOR SECUENCIA DE TODA LA HISTORIA DE "AMAR ES PARA SIEMPRE

                                   CON  JESÚS NOGUERO Y ÓSCAR ORTUÑO


Lo que se vive al otro lado de la vida, cuando la muerte echa el zarpazo sobre nosotros. Lo que ven los que se están ya despegando de su condición vital; cuando el alma se despega y aparecen aquellos a los que tanto quisimos y que hoy tanto nos faltan. Es una experiencia única y misteriosa que se da en muchísimas personas y que no puede ser debida a una actividad cerebral cerebral porque, el cerebro, en los momentos del coma, ha dejado de funcionar. Hoy, María José, nos ha sumergido en el gran enigma y en el gran magma de lo que sucede cuando te vas marchando; cuando la actividad vital casi ya no existe, cuando te vas a la nada poco a poco y siendo feliz. Es la muerte. Pero nos ha contado alguna que otra cosa más que ha aportado mucho según como lo tomemos. Ha visto el más allá plácidamente y con el alivio de que todo se arregla y que su hijo la ama y por ella ha luchado desde ese recóndito Nueva York que sólo existe al otro lado de las cosas que un día descubriremos cómo son; pero bellas según dicen.


Me ha sorprendido cómo han planteado la visión de "Ana María" y me ha emocionado. Es la mejor secuencia en toda la historia de la serie. El amor y el encuentro ganan el pulso a la muerte y ella se siente perdonada por él. Se lo dice, lo que necesitaba hablar porque, la última vez, fue un algo horroroso. El enigma de las profundidades de una mente ya casi liberada le sigue hablando de una última vez. Se refiere a: ¿Cuando le mató? Puede ser. Pero su hijo le quiere; se le aparece en esos momentos en los que sólo quedan ellos dos porque la última actividad cerebral es la luz que te trae a quienes tanto quisiste y te vas con ellos plácidamente a fundirte en una paz de la que nunca despertarás. Hoy "Amar es..." ha hablado de la vida y la muerte y del perdón. Él, "Alonso", no abandona su espíritu sino que se convierte en un apacible y bondadoso fantasma que seguía luchando por su madre y felicidad, recuperandole todo lo que perdió por su mala cabeza. ¡Que precioso! ¡Que dos enormes interpretaciones!



Una impresionante, esperanzadora e inolvidable acercamiento al más allá. Muy dulce y agrio momento donde la verdad resplandece y se recuerdan los últimos minutos de la "Marquesa" y de "Alonso", tal y como la ambigüedad del guión lo plantea. Dejando ese cabo suelto sobre cuando fue la última vez.
Y hay algo que plantea este capítulo que me parece de enorme poesía. Que los espíritus viven en la eternidad y los que padecen un coma están intentado despegarse de la esfera terrenal. Y que es posible la comunicación entre ellos en esos momentos del final de una vida.



Momento deslumbrante, enormemente nostálgico, llevado con una elegante y vigorosa melancolía. Los muertos sí se perdonan y también se les rompe el corazón cuando se reencuentran. Una gran historia de amor en la serie, de amor entre una madre y su hijo al que tuvo que matar por amor, precisamente. Todo filmado con un halo maternal que nos ha dejado boquiabiertos. Y es grandiosa la secuencia porque, más allá de la naturaleza fantástica y fantasmagórica, es un drama de reconciliación colosal. No me cabe duda que, "Ana María" mató a su hijo. La cámara lo está diciendo durante todo el rato. 

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Esta tarde todo se le volvió ingrávido a la "Marquesa" y fue feliz. Realidad y coma; sueño e incomprensibles razones que se explican desde el más allá; tocándose y abrazándose; un hermosísima historia de amor que traspasa el tiempo y discurre en una dimensión desconocida pero que existe. La muerte o el coma como recompensa y el amor entre madre e hijo recuperado como si fuera un aliente entre los vivos.



Hechizados por la actriz mejor del momento en el teatro; contemplar de nuevo a Miguel Ángel Muñoz, recuperado a través de la fantasmagoría; dos personajes condenados a perdonarse nos ha adentrado en una profundidades psicológicas y conmovedoras de alto standing. Una María José dulce y niña donde las hubiera; una mujer cálida y tierna recuperando la paz con ese hijo que le ha respondido con el bien y que muestra algo que por muy canalla que uno pueda alcanzar a ser, el ser humano es bueno y un día encuentra la luz y la verdad, libre de ataduras terrenales. Ha sido impresionante volver a ver a Miguel Ángel, saber que gracias a la imagen enlatada,  moviola y a la postproducción, el cine hace virguerías.



Y me gusta que la presentación de la secuencia no haya sido algo que tiene que ver con la ciencia ficción. Sino de mayor hondura y aunque los fantasmas pueden adscribirse a la ciencia ficción. ¡Enhorabuena María José! Por ese descubrirnos tu lado interpretativo mejor, espectacular, superdulce y con carácter que sabe amar con todo su ser a ese hijo al que, la muerte casi cerebral, le ha dado la oportunidad de volver a ver y que se le presenta humano, dócil, conciliador y encantador.








El capítulo sigue insistiendo en el tema de Grimau. En lo complicado que resulta. Tuvieron que rematarle en el fusilamiento porque los soldados del paredón eran novatos. Tiene un mensaje subliminal sobre la "Memoria Histórica" en el menos agraciado sentido y el derecho a conocer sobre nuestros muertos; que es cierto pero que se ha abusado de él para enfrentar a ciudadanos por intereses políticos y que menciona siempre a ciertos vencidos que no a otros, para saber sobre su paradero. Es que es un tema delicado, visto desde hoy, porque, desgraciadamente, liderado por políticos vividores y que practican el consenso, ha fomentado odio y enfrentamientos y ha regado se subvenciones a gentes sin escrúpulos. Hay familiares de mucha gente, no sólo de la Guerra, de tiempos más recientes incluso, asesinados por unos u otros, que no descansan y que nunca supieron de aquellos que desparecieron o de quienes les mataron. No sólo los del a la republicana.






Por supuesto mencionar al otro prota de la tarde, este chico buenísimo: Óscar Ortuño" al que una espléndida y generosa María José Goyanes le ha sabido dar la alternativa y que pueda mostrarse como ese reflejo que, la "Marquesa", ve en todos de su hijo muerto. A destacar ese otro registro de placidez y complacencia, nada de preocupación hoy como en otras ocasiones como convidado de piedra, en "Ginés"




9 comentarios:

  1. Sobre la pesadez de la secuencia que a alguno le ha podido parecer se debe a que flotaba en la ingravidez de un momento que nos ha dado pistas; sobre quien pudo matar y el por qué. Creo hay un arrepentimiento profundo en ella y que la secuencia ha sido inmensa.

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  2. Estas sembrado esta tarde bueno el capítulo y mejor tu crónica. Un abrazo amigo

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  3. Por cierto sobre la memoria historica de acuerdo al 100%

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  4. Yo si creo que la memoria debe darse para con todos y sobre la muerte toda una experiencia escrita que has traído esta tarde. Enhorabuena.¿¿¿Será así????

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  5. Un apunte José Ignacio crees que ha sido Gines o ella. Porque hay hay duda. Buenas noches me encanto tu escrito

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  6. Un resumen perfecto que como siempre nos afloras cosas que se nos escapan, nos los diseccionas con un gran sentimiento, cierto ha sido un gran momento entre ambos MEMORABLE, yo como tu sigo pensando en Ana Maria y Gines

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  7. Te sigo y me gusta como escribes,pero el tema de Grimao nada tiene que ver con partidos ni ideas,fue terrible,fue ejecutado por novatos para seguir torturándome,auténticos asesinos como con el crimen de Cuenca,sin pruebas aplicaron la tortura.

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  8. Excelente!!, es un placer leer sus opiniones sobre la serie. Un saludo.

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