lunes, 9 de septiembre de 2013

BELLA, RADIANTE Y CON DOLORES/ BLANCA PARÉS

No se puede dejar pasar por alto, en esta tarde, la interpretación de Blanca Parés, con su marido "Hipólito"/Selu, lamentos en la fuente, sobre su relación con su suegra y sobre ese otro, último, esfuerzo pedido para lograr una reconciliación. Aun considerando lo joven que es esta actriz y que en el serial hay otras mucho más experimentadas y solventes en recursos, que no mejores por ello, lo transmitido por Blanca  Parés, en el capítulo, ha sido de entre lo mejor de PV en toda su historia, que ya es decir.
 
Bella y radiante en medio de su sentido disgusto, con "Dolores". Su expresión, sus ojos, su desamparo por una parte de su única familia, su disgusto, sin dramatizar sobre algo tañido o inventar nada nuevo, con la técnica desnuda del cine mudo, lo ha reinventado sugerentemente todo; sistematizando un lenguaje comunicativo con el espectador, pulcrísimo y de hondo calado emocional así como de agridulce caricia sentimental. Me he quedado alucinado. No espero ningún agradecimiento por constatar esto, ni lo hago por ello, es mi obligación la de reflejar, lo más objetivamente posible, lo que se vive en PV. Procuro ser coherente y creíble. 
Blanca tenía algún defecto de vocalización que ya desaparece y profundiza en el lenguaje del cine y televisado cada vez mejor. Se nota que lo aprende estudiando a actrices y a actores maestros de este arte. Cada mirar está en su hondo penar y cada expresión en el vacío que es de todos. El ritmo de movimiento de los músculos faciales es casi un perfecto engranaje de relojería. Toda su composición hoy ha sido arquitectura emotiva de alta densidad. Resultado: Para verlo esta noche de nuevo.
 
Tiene magia en resortes invisibles que los llevaba dentro desde niña y que afloran en contacto con el recuerdo que le provocan las imágenes que ve en el cine. Aprende rápido. Parece que ya lo vivió. Se necesita una gran base de talento para hacer lo que hemos gozado, como resultado, en esta tarde en la televisión. Puede parecer exagerado pero en absoluto lo es. Todo ha provocado una conmoción y una piedad en “Quintina” que no se sabe cómo resultó tan perfecta y preciosa. Blanca, es detallista y trabaja por la vía directa y rápida. "Quintina" carece de disimulos, alberga una grandioso corazón, lo proyecta en ese su personaje, y no tiene perversiones subliminales. Es clara y diáfana, franca y humilde, bondadosa y única como el día claro que amanece sin polución.
 
Es la reafirmación ante la corrupción de su suegra puñetera. Tiene su personaje mucho de la revolución francesa, del lado noble de la misma. Dicen que aquell revolución era mujer. El desacuerdo ante unos hechos miserabilizados en su propia suegraza. La misma que quiere retorcer el destino, como hacían los jacobinos, de honradez, inocencia  y amor por su hijo “Hipólito”. Y la enseñanza que le ha salido a la interpretación, y por ello me ha maravillado, era la ternura de lo que padece la muchacha y que nada merece la pena, ni se debe justificar, si los inocentes con las manos limpias sufren por la tiranía enfurecida de la “Dolores” del cantar. Era la guillotina. Una postal envuelta en un sobre sepia sobre la tristeza que nos invade a los demás cuando, todos los días, nos aparece un hijo de su madre para estropearnos lo conseguido con su intermitente mala baba y sus provocaciones envidiosas.

 
El drama de una mujer veinteañera enredada en la tela de araña tejida por un asesino, “María”, otra secuencia interesante esta tarde, muy bien llevada por Loreto y Carlos, sobre todo. Un “love story” negro, de culto al cadáver disecado; una sangrante venganza de un príncipe que ha terminado en guiñapo y descompuesto de vísceras, triturado en huesos, impotente y sólo, y malo que sigue siendo. Tiene un gran relieve gráfico verle en la cama, postrado, implorando a una pobrecilla que le sea fiel. Personaje muy complejo el de Carlos a pesar del predecible argumento. Podía ser resultar una parodia por parte de los dos, pero ni en él ni en ella dejan baldío ese mendigar de “Fernando” ni ese soportar, en “María”, con tan encomiable entereza, el sacrificio para ser fiel a sí misma ante la culpabilidad que le corroe a la inocente frente al monstruo. Sigo echando en falta ese gran intangible del amor romántico y desesperado, siempre inconcluso, que es la química entre Loreto y Jordi.  No funciona y no por Loreto que pone todo y más.
Y "Raimundo" está colapsado. Su personaje no se relaciona con la mayoría, y menos con su família más directa y resulta anómalo cuando pontifica en plan progresista sobre "Terence", cuando ni se han presentado. Sobre "Sèvres", lo apuntado como reconocimiento del mal causado, es de base demagógica. El mismo, mantenía por parte de las fuerzas aliadas, en un cambalache, al Gobierno otómano de Estambul. Y se rapartieron compensaciones económicas de escándalo con los Estados Unidos.
 
Excelentes “Terence” y “Soledad”, todos los días le dan un aire renovado y casi selvático a la serie
Ahora que viene nuestro Festival donostiarra me ha recordado, dentro de la secuencia casi final del encuentro entre “Terence” y “Soledad” con “Mirañar” y un antipatiquísimo “Alfonso”, el cine que, cuando era un crío acreditado en este acontecimiento donostiarra, veía como cine elegante de Visconti. Esa elegancia sinuosa en el caminar juntos, discreción y pudor aristocrático. El volverse hacia atrás muy de Luchino en “Muerte en Venecia”. Esplendor en esa puesta en escena tan elegante e insinuante, rica en matices y en estética. Con influencias de Renoir. Televisión y pintura en unos momentos de croma y belleza de lo sencillo al alcance de la mano. Sigilosa secuencia con un primer plano de la naturaleza. Tiene mucho de aquel film “Une Partie de Campagne”, Visconti tiene de Jean renoir,  que nos proyectaban en el Colegio Francés de San Sebastián, sobre los placeres del amor, el panteísmo y sobre la ruptura de las convenciones que crean parejas inauditas con todos los atractivos. Este filme de Renoir es uno de los mejores de la historia del cine, y evalúa la vida misma al relacionarla íntimamente con la naturaleza, con un río. Y mañana, atención, deleite visual, como aquello curas pasando ante mujeres echando un vistazo a las señoras en sus turgencias maravillosas. Como en este film. Otros actores, pero no pueden reprimirse. Se lo contaré.

El gran engaño. Listo “Anibal”/Jorge Pobes  y tal vez algo más. Me recuerda a un film “La trampa del mal”, de Erick Dowdle donde coexistía un manipulador infernal sobre el que flota la sombra alargada de una dimensión desconocida, un juego claustrofóbico, preparado muy maléficamente, con cruce de miradas según intenciones.
Dedicado a un futuro sin analfabetos idiomáticos y con gente de mucho mejor corazón.
 

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo en lo que dices de Quintina. A mi al principio no me gustaba mucho su actuación, la veía bastante encorsetada y hablaba como a saltos, pero ha mejorado mucho y cada vez lo hace mejor, al contrario de los demás, que cada vez lo hacen peor

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  2. He leido lo bien que escribes de Quintina y tambien esta mañana la discusión en su muro con otro chico sobre que no hace ni caso alos fans. Te doy toda mi razon Jose Ignacio. Y te creo que sea mas facil entrevistar a otra que a ella. Yo solia colocar cosas en su muro y nunca me dio ni las gracias ni me contesto. Sera buena actriz pero es una estupida y te doy la razon no se merece que escribais a si de ella ni que la saludeis.Escribe mejor sobre Soledad que es majisima o sobre Elena que es majisima.

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  3. Gracias por opinar. Serena! Blanca no es en absoluto estúpida, está concentrada en su trabajo y se nota en sus progresos. Es una chica excelente y hay que dejarle que se prepare. Es de las mejores de PV y de las que más sencillamente te trasladan todo y más. ¿Quien lo diría?. Y con menos publicidad y "rol" que otras, pero tiene amor por la profesión, constancia, deseo de aprenderlo todo y sabe que se llega peleando mucho. Escribir sobre ella, ayer por ejemplo, viendo su papelón, es una gozada.Un abrazo y gracias de nuevo.

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