No nos hemos caído de un nido. Que no nos intenten engañar. Y por denunciar la hipocresía de las falsas lágrimas, justificamos la violación o la podríamos cometer. Ello es una monstruosidad.
Las denuncias por acoso hay que hacerlas al momento y denunciar al acosador, para ser creíble y no proceso de manipulación que el tiempo ha corrompido. Te violan, aceptas pasar por el asunto, te hacen perrerías, triunfas, te dan premios, te haces rico y luego denuncias.
En la farándula por tu cara bonita, salvo excepciones, nada te lo dan gratis o hecho de algodón. Toda una purga. Todos los que habían sido acosados y nunca lo han denunciado, ahora, salen a denunciar un tsunami de agresiones y vejaciones sin límite por las que han pasado, una cantera de basura e inmundicia por donde las ratas carcomen todo el detritus, implicando a troche y moche al vecino productor y colega director que les mando hacer guarrerías para triunfar en el espectáculo De poco sirve denunciarlo ahora, cuando muchos están encumbrados o tiene una edad selecta y ya no son blancos de posibles acosos, había que haberlo denunciado en su tiempo. ¿Por qué no lo hicieron? ¿Quisieron trepar pasando por lo que fuera? ¿Aceptaron todo y más por sobrevivir en esta ciénaga del artistzago y ahora van de puretas?
Las denuncias por acoso hay que hacerlas al momento y denunciar al acosador, para ser creíble y no proceso de manipulación que el tiempo ha corrompido. Te violan, aceptas pasar por el asunto, te hacen perrerías, triunfas, te dan premios, te haces rico y luego denuncias.
En la farándula por tu cara bonita, salvo excepciones, nada te lo dan gratis o hecho de algodón. Toda una purga. Todos los que habían sido acosados y nunca lo han denunciado, ahora, salen a denunciar un tsunami de agresiones y vejaciones sin límite por las que han pasado, una cantera de basura e inmundicia por donde las ratas carcomen todo el detritus, implicando a troche y moche al vecino productor y colega director que les mando hacer guarrerías para triunfar en el espectáculo De poco sirve denunciarlo ahora, cuando muchos están encumbrados o tiene una edad selecta y ya no son blancos de posibles acosos, había que haberlo denunciado en su tiempo. ¿Por qué no lo hicieron? ¿Quisieron trepar pasando por lo que fuera? ¿Aceptaron todo y más por sobrevivir en esta ciénaga del artistzago y ahora van de puretas?
Incluso ha habido actrices, como la Deneuve, que habiendo manifestado
que las denuncias por acoso acaban con la libertad sexual, hoy, se desdice y
pide disculpas porque, hábilmente, las feministas desatadas, le han acusado de
tolerancia con la agresión al mezclar la elegancia de una seducción con su hedonismo
y placer, con la violencia. Es una exageración pero la Deneuve se echó para
atrás. Aunque no iba desencaminada cuando denunciaba el puritanismo y yo diría
que la falsedad de los que, hoy, son más virtuosos y progresistas que nadie.
Sharon Stone, a pesar de que algunos pudieran pensar que era la del
pico de hielo en “Instinto básico, se
reía cuando le preguntaron si, en alguna ocasión, había sido víctima de algún acoso
sexual. Y lo que respondió: sola en la vida, sin protección, con ganas de
triunfar, cuarenta años en la casa de putas del cine, con ese cuerpazo, que es
lo que puede haber ocurrido. ¿De qué van algún@s en el 2018? Primero porque
parece ser que el único que viola y te hace pasar por el rodillo es siempre el
hombre y no es cierto. Yo tengo una amiga cantante en San Sebastián, en un
viaje a Madrid, que abofeteó a una lesbiana representante de artistas porque le
dijo que se desnudara y tumbara encima de una mesa si quería seguir adelante. ¡Así
que vamos por partes! Lesbianas y gays también violentan a su propio género así como lesbianas a hombres y gays a lesbianas. Pero es que, además,
una cuestión es la violación, cruel y repugnante, delictiva y punible sin
vacilación y otra cuestión es la seducción que no te transforma en absoluto en
una atacante machista ni en un depredador sexual.
Hay hombres, que no mujeres aunque también existen violadoras y
acosadoras entre ellas, que han sido castigados por una rodilla o un beso;
expuestos a la vergüenza pública; expulsados
de sus trabajos y casa; encarcelados por enviar mensajes subidos de tono siendo
considerados acosadores y hostigadores de mujeres, en grado de denuncia pública
y penalidad máxima. Y ello tampoco es así. Y lo que muchos que condenamos
cualquiera violación, apoyamos y defendimos la liberación femenina y el respeto
máximo a la mujer, no estamos de acuerdo a una dictadura interesada desde cúpulas
de partidos y asociaciones subvencionadas, en España y fuera, donde se intimide
cualquier gesto sencillo de aprecio y galantería, se permita impunemente acosar
a lesbianas como si ello no fuera posible ni admitido en una sociedad actual, y
se nos considere enemigos de la mujer, depredadores de las mismas, profanadores
por pertenecer al género masculino. Los hombres somos unos “cerdos” que debemos
ser llevados a la cámara de gas, sólo por asomar casi con un cumplido; todo
ello nos lleva no a la liberación de la
mujer sino al integrismo, al fanatismo, al fascismo, a realmente confundir
sobre lo que es el genuino machismo y el ataque obscenamente sexual a la mujer o al hombre.
Hay mucha falsedad en todo ello e hipocresía, suciedad y ocultamiento
de miserias en ese ahora de moda “Denuncia a tu cerdo”. Hay mujeres y hombres que
suben a habitaciones con productores y se acuestan por un papel, que luego lo
han denunciado. No me vale. Estamos asistiendo a una feminización nazi de la
vida hipócrita e insoportable. Se censuran desnudos del pintor austríaco Egon
Schiele; cuadros del polaco francés Blathus porque a unas analfabetas feminazis les da por
confundir la obra de este artista con el Marqués de Sade y la “pedofilia”,
cuando además muchas de las pinturas de Balthus representan a jóvenes mujeres
en posiciones eróticas y voyeurísticas, inadmisible para la libertad sexual y
la creación artística; se pide prohibiciones de filmes de Polanski,
confundiendo la obra con el autor y hasta se quisieron cargar el enorme filme
de Antonioni, “Blow Up”, por misógino e intolerable por la imagen que deba Jane
Birkin de las mujeres y de casi proxenetismo.
Todo ello tiene que ver con la nueva política de ciertas
socialdemocracias e izquierdas decadentes y apartadas ya políticamente de los
mapas electorales de muchos países democráticos. Todo ello parte de un odio al
hombre y a la sexualidad que se confunde con la violencia de la penetración
siempre y cuando sea un hombre a una mujer; jamás si se establece entre dos
mujeres o dos hombres. Muchos actores y actrices han pasado “por la piedra”
voluntariamente en ese corrupto mundo del espectáculo. Y queremos saber si esta
actitud de dejarse hacer es requisito para hacerse con un papel.
Yo he visto en el festival del Cine de san Sebastián a un director de
cine, borracho perdido, sobón y asqueroso, tocar el culo y besuquear
guarramente a una actriz a la que después, cuando le preguntaros si alguien la
había manoseado, dijo no saber nada de acosos y violaciones sobre alguien y
defendió a Harvey Weinstien; le produjo
filmes exitosos para ella. Todo, aunque aquel director con las manos como un
pulpo de largos tentáculos le rodera el culete y lo frotara bien. Todo es un
cuento según cómo va la feria de las oportunidades a no dejar escapar. Lo
trágico es que las verdaderamente mujeres
violadas se encuentran solas y sin que nadie vividor del establishment les
proteja.
Pero muy aleccionador Muy bueno me ha encantado
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