La España de hoy sólo se comprende desde la indecencia política, el golpismo, la corrupción, el latrocinio, la confusión provocada como cortina de humo y el interés electoral partitocrático.
Tiempos de golpistas, sinvergüenzas y criminales que nos dejó en 11-M. El cariz que toma el país es alucinante. La situación en España es lamentable. Pero dramática. Diputados que llegan a las manos en Madrid;
una extraña actitud de apoyo a los presupuestos coincidente con la visita de
Aitor Esteban a Jordi Sánchez; unos presupuestos que de repente, eso sí con
3.000 millones de euros más, pueden no se bloqueen en su totalidad; un Montoro
que niega malversación justo en estos momentos de pactos presupuestarios y que
está procurando un teatrillo entre Llarena y el ministro y hasta un posible
advertirle que le citará a declarar si insiste en que no se malversó dinero
público; un Rajoy que advirtió a Montoro que diera vuelta atrás, que no se lo
cree nadie porque en el gobierno y el PP se hace lo que manda Rajoy; el
silencio posterior de Montoro y una Moncloa que reconoce posibles errores de
control; un PSOE que ofrece a Carmena el mando y un Podemos bueno que sucumbe
ante el malo y debe escenificar una paz que aún no sabemos de dónde surgió y se
arregló tan rápido el ficticio conflicto; el caso Cifuentes y el intento de
silenciar con él, el escándalo respecto a la plaza de Registrador de la
Propiedad en Santa Pola del presidente Rajoy, gracias a la prensa vividora al
amparo de la subvención que propagando el caso de Cristina, intentaba “tapar”
todo lo demás sobre el secreto de Rajoy y lo que oculta la prensa que vive al
amparo del pesebre del poder; es decir, sobre prácticamente todos los medios de
comunicación del sistema ocultan: las ganancias millonarias que su puesto como Registrador
en excedencia le reporta, el de Mariano Rajoy, con ese 50% que se lleva al
contar con un interino y basándose en una ley aprobada por él mismo cuando él era
ministro de Administración Pública, que le permite cobrar el resto de su vida un
50%, casi 1 millón de euros al año, la mitad de la ganancias en operaciones, desde
su despacho y sin pisar el registro mercantil. Y ahora lo de la ETA. Nada es
creíble y todo está pactado entre estos sinvergüenzas.
Y hoy viene el cuento de la ETA, coreado por obispos vascos que,
curiosamente, hoy piden perdón también. La prensa de la Moncloa y la propia Moncloa valorean muy positivamente el comunicado, es más, creen que es un
paso importante para otros que no sé qué esperan en ellos. Todo es otro paripé.
En el comunicado, la ETA, pide disculpas por aquellos muertos que, mor de su
obligación de ejercer la lucha armada por el “conflicto” han podido caer. O sea
los que pasaban por allí. Pero, aquellos incluidos los periodistas que formaban
parte de ese inexplicable “conflicto” parece que “bien muertos están y matados
quedaron”. Y alguna escenificación para os próximos días, con peleles cargos
públicos de ambos lados de la frontera, y aquí esto ocurrió por aquellos que no
sabemos que ya queda aclarado y disculpado. Y a seguir cobrando de las
instituciones. Es el 11-M.
El asunto es que todo esto sucedió y no se puede olvidar ni perdonar
sin una autocrítica profunda y no ahora con medias palabras porque el negocio
de la ETA ya no funciona.
No se pueden considerar víctimas legales y otras colaterales;
justificando la ejecución dramática de las primeras porque formaban parte de la
guerra y el lamento por las segundas que murieron por necesidades de la lucha y
porque pasaban por allí. Es infame. Quedan los crímenes sin resolver; las armas
sin entregar; los atentados sin reivindicar que dejaron a familias sin saber ni
por qué, cómo y cuándo y por qué verdugos murieron sus próximos y amigos. Todo
en una ETA derrotada; apoyada desde hace años por la casta política, en
especial por el PSOE y PP; que busca que los presos vuelvan, la víctimas
olviden; que nadie les demande explicaciones y que impacten para que en las
próximas elecciones, los suyos, recojan las nueces y los sueldos con los que el
Estado de Partidos se paga a sí mismos. Y mañana, sin entregar las armas, sin ser
juzgados como asesinos que fueron, amedrentando en los pueblos, financiándose desde
ese Estado represor que llaman, puedan seguir siendo los guardianes y volver a la
lucha criminal. Limpios de honor, buena gente que pide disculpillas a algunos y
que se pase página con un perdón general. Es la hoja de ruta de aquel siniestro
11-M.
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