lunes, 6 de mayo de 2013

¡EL MÁS GRANDE CINEMA DEL MUNDO! ¡EL BELLAS ARTES!


¡EL MÁS GRANDE CINEMA DEL MUNDO!  ¡EL BELLAS ARTES!
1ª PARTE


¡Los donostiarras no sabemos lo que tenemos ni lo hemos valorado jamás!
Una retaguardia cultural de políticos provincianos, toda la actual corporación donostiarra, se ha puesto de acuerdo para acometer un derribo escandaloso. El del “Bellas Artes”, réplica en estado de conservación lacrimógena de aquel “Gaumont Palace”, construido en 1,899. Era el cinematógrafo más grande del mundo y que sufrió diversas transformaciones hasta  su demolición especulativa en 1973.
Sólo queda  en el mundo la réplica del “Gaumont Palace”: “El Bellas Artes Donostiarra”, ante la ignorancia general de la atrofiada Donosti, de interés especulativo para la financiación del Estado de Partidos.
En el “Bellas”, hasta su arco proscenio era inspiración del “Palace” así como su ancha pantalla para formatos que variaron de estándar en el correr de las épocas.           
¡Art Deco” puro que soliviantó los moldes arquitectónicos de aquella época de la linterna ardiente del París ecléctico de finales del siglo XIX, o de la Donosti del Ensanche Córtazar.
Similar nostalgia de aquellas doble balconada como puentes reales. De hormigón por fuera. Techo corrugado para mantener la propagación del sonido  y con las paredes adornadas con color gris, todo  sentía mitigar el ruido de la reverberación, mientras que una luz indirecta de color se ejecuta en tres niveles horizontales a lo largo de los bordes de la sala señalando balcones sin nada va a romper el ritmo, "sintiendo las ondas largas que se alternan y superponen en el momento sin descanso, sin un ángulo.
Era un edificio tan inteligente que podía haberse inspirado en él, Moneo, al diseñar una cabina de proyección para el Kursaal que ofrecía una desoladora imagen borrosa en el Festival, porque la  cabina de proyección se encontraba en lo alto. En el “Bellas”, la cabina,  fue construida en la cima de la segunda terraza donde se albergaban sus proyectores. Demasiado alta en relación con la pantalla, su posición planteaba un evidente problema de la distorsión trapezoidal de la imagen que lo solventaron.
La Universidad del País Vasco ha salido para proteger a  este edificio emblemático, maravilla de la linterna mágica al alcance popular desde aquellos prodigiosos años en los que se veían, como "tontadas", filmes hoy reconocidos como obras de arte y clásicos.
¡El cine!. Un sueño incumplido. Una máquina poderosa de hacer sueños relacionada con el espectáculo popular, democrático,  nada sofisticado y arropado por gentes sencillas que se reían o lloraban mucho con aquellas imágenes en movimiento de 24 x 18 mm en formato 1.33:1, que fue el empleado durante toda la época del cine mudo y comienzos del sonoro, el cine hoy fagocitado por el consumo y trastocado en azuladamente  digital.
¡Cómo debían contemplarlo aquellos espectadores primerizos del Bellas Artes!.  Con el lloro y el corazón por los ojos al salirse por la risa. Aquellos que asistieron a las primeras sesiones en 1914, en ese ángulo del  Ensanche fantástico, en el hermoso Bellas Artes, cerca del campo de ferias. Vida y animación de los alrededores huérfanos de espectáculos hasta entonces.
Incombustible, con los adelantes más esmerados en electricidad, buena disposición racional de butacas cómodas y una magnífica pantalla adobada por un proscenio señorial.
Un lugar preferido ya desde su puesta en funcionamiento. 1.426 espectadores para butaca, palcos y paseos así como anfiteatro y galería. Se inauguró el 12 de septiembre de 1914 con la canzonetista Paquita Escribano, cantando couplets variopintos. La línea del “Boulevard”, con el Novedades “la bombonera”y  en cuanto a cines se refiere, se ampliaba hasta por donde llegaba el tranvía “Urbano.
Vicente Mendizábal, el propietario,  tenía un sueño: Que San Sebastián tuviera muchos y modernos cinematógrafos y que, algunos, albergaran la música de la Ciudad y a sus coros polifónicos, como hizo con el Orfeón, colocándolo de modo muy funcional en la parte superior de Bellas Artes. Entre aquellas luces traídas con los planos del “Gaumont Palace”, entre dependencias que casi estaban construidas para ensayos por cuerdas. ¡Una maravilla!.


FIN DE LA 1ª PARTE

No hay comentarios:

Publicar un comentario