José Ignacio Salazar Carlos de Vergara: EL EX-ALUMNO DE LOS JESUITAS

ACTRIZ DE LA TARDE: FIGURANTE ANÓNIMA

LA MEJOR VIEJITA DEL MUNDO

¡Que gracia!. Sublime anciana. Humor sexual negro sobre la impotencia vencida a pesar de la edad, los estimulantes uterinos y fálicos para los de la tercera edad, secuencia repleta de malicia y franca sonrisa. ¡Qué señora!. Como aquellas de los pueblos cuando íbamos de vacaciones. Como las de los chistes que hacían en casa, sobre conocidas de esa edad, puro esperpento y descojono, que tan buenos ratos nos hicieron pasar cuando se las nombraba en las tertulias familiares. Podía ser la amiga de mi amoña. ¿Inolvidable creación!. La mejor actriz de la tarde.

Retrato de mirada cachonda los problemas sexuales de la vejez entre aldeanos mojigatos y reprimidos, pero tan necesitados que, aunque parecieran casi extraterrestres, necesitaban cubrir sus necesidades sexuales igual que los demás. Un esperpento increíble, bueno y saludable, con una anciana surreal en su interpretación que hasta casi nos baila como lo hace el marido después de la viagra del regaliz, dentro de una actuación (por ello se lleva el premio) basada en las cosas de la vida y en su exposición alegre y natural.

Las erecciones no son fáciles y por un poco más la usurera tendera te ofrece la posibilidad de que el pene del jubilado se empine hasta un poco más allá y el regaliz (la reglisse Florent de mi Colegio Francés) te ayuda y mucho a durar un poco más de la capacidad. Sin receta, el afrodisíaco irriga sanguineamente más y por el doble de precio que no es "na" comparado con la Torre de Pisa y que el marido se transforme en una fiera, sin desplazarse, dentro de la mismísima habitación.

Inolvidable, del estilo de aquellas actrices del cine. Como Concha López Silva, Katie Johnson, Margaret Wycherly, Ana Díaz Plana del cine y doblaje.

Enternece contemplar a nuestros ancianos tan bromistas en aquella sociedad tan castrante y frustrante.

La extraordinaria actriz de doblaje: Ana Díaz Plana

SECUENCIA PRINCIPAL:

"EL EX-ALUMNO DE LOS JESUITAS"

PREMIO POR TODA LA INTERPRETACIÓN DEL CAPÍTULO A MARÍA BOUZAS.

CON ALEJANDRO SIGÜENZA Y MARIO ZORRILLA.

Una finura, cruel ironía y una gran calidad literaria en la secuencia entre "Nicolás y Francisca". Es otro "Nicolás", ex-alumno de los jesuitas, cultivado, sagaz, bien enderezado, bregado en lidiar con la intelectualidad de la maldad y de agarrar por su sitio a una víbora, de hecho ya trataba con los directores de cine. Un nuevo personaje renacido de sus cenizas y de sus pasmadas a la luz del callejón con aquellas sus flores a "Mariana". Este Alejandro me gusta mucho. De hecho, ha sido la mejor secuencia de la tarde.

¡Británico Nicolás. Casi sacado de un libro de Harold Pinter, como un mayordomo de la época eduardiana de Gran Bretaña, testigo que padece estoicamente y con inteligencia los sinsabores cuando tiene que convivir con los ricos en aquellas cerradas costumbres paletamente aristocráticas, sus intereses, normas obligadas, sumisiones y decadencia. Un personaje que se hace el ingenuo, manejable y listo que está al lado de su amor y no le importa pasar por lo que sea.

El amor entre clases sociales donde la cultura o posición no separa, como en el mundo de "Francisca" donde sólo cuenta el dinero y, el mismo sí que divide. Se en-novia con una campesina pero es que los dos son trabajadores. Una novia guapa, sufrida y apasionada, "Mariana", y una envidiosa "Doña", impositiva, clasista y desgraciada que ya sólo espera ser liberada por la muerte.

Alejandro, con su presencia, como pocos actores lo han hecho, habla de clases sociales y de pobreza en los ilustrados de igual modo y que une a los que necesitan trabajar duramente para subsistir.

Un "Nicolás" presionado por el abuso ostensible de la superioridad de la cacique. Romance entre gente sin "cuartos", drama, flema y crítica social, con interpretaciones de alto nivel. Una excelente María Bouzas casi dispuesta al sacrificio, que contempla el pasado sin grandes emociones y sí como una carga pesada y desde la melancólica lejanía que impone el paso del tiempo.

Un "Mauricio" humano hasta la médula que le comprende, un extraordinario Mario Zorrilla, que quiere acercarle su calor de fidelidad y su manto de comprensión a una mujer fosilizada entre los muertos de su clase social. La vida de esta desgraciada hecha de potaje de cadáveres, sin alma ya, con ganas de perderse en los vacíos del infinito donde ya nada ocurre y no te despiertan por la mañana, descansar con la suerte de los que se fueron ya de la crueldad diaria del sin vivir.

Me gusta Alejandro mucho, me trae recuerdos de cuando descubría viejos filmes de Losey, uno de mis directores favoritos, ejemplo de lo que es un cine sobre recuerdos vistos desde una ventanilla mojada por la humedad de ese país que adoro: Inglaterra. Días lluviosos y oscuros que pasaba yo viendo historias como estas de servidumbre y amos, sobre el clasismo y la sumisión de los servidores.

Realización muy elegante esta tarde con planos muy bien compuestos en la realización y una acertada elección visual sobre los puntos de vista y de los ángulos, como muestran las fotos. Por cierto me critican por la chapuza de las mismas. No son estéticas pero me son eficaces para expresar el mundo como yo contemplo PV. Son como surreales, como tomadas en su tiempo por una cámara indiscreta, en colores que absorben toda la lejanía de estos tiempos y sobre todo fotos tomadas desde ángulos que me sirven de soporte para el escrito.

SECUENCIA VOLTERIANA

MARIO MARTÍN Y RAMÓN IBARRA

Momento culto y librepensador. De hecho Mario Martín es un librepensador y una persona de gran calidad humana e irónica personalidad. ¡Vamos!. Un tío cojonudo!. La ilustración pura y dura en esta secuencia, la razón por encima de la fe, dicho de modo sencillo y el perdón a las personas sin pasar por la taquilla de Dios. La blasfemia que no es sino la que se comete contra el otro ser humano, la ciencia frente al incienso y la racionalidad innovadora y revolucionario, cultísima, de la France del XVIII.

Libertad del pensamiento en una España curil y retrógrada, donde todo tiene una causa y donde se aprende más del ejemplo bueno que de las reprimendas y de las amenazas de la corrupta Iglesia.

PREMIO ESPECIAL A MERCEDES LEÓN

Buenísimo momento con "Francisca". Una visión agridulce del pasado que completa a "Francisca" atea completamente, nada hay y nada dejas, una decepcionante y muy madura reflexión sobre la inutilidad de vivir, muy bien llevada suave y calmosamente por Mercedes, todo un exorcismo visceral sobre la otra memoria histórica, donde se abandona lo sentimental para intelectualizar sobre la existencia perdida y el vacío atronador del ser humano. Me ha gustado.