La semana próxima comenzarán a
desentrañarse en Puente Viejo estos tapadillos que nos están secuestrando el
interés, para relajarnos al unísono que iremos conociendo el lado oculto de
todos estos personajes, casi como en los “10 Negritos” de Agatha Christie. Disfrazados de
ropajes de ficción, más allá de sus aparentes vidas, caminando por derroteros
insospechados, sordideces, una propuesta potente y atractiva por lo visto.
Prestaremos especial atención después de descansar en este largo Puente, no
Viejo, de ocio y disfrute.
Ya se veía venir y sospechar.
Que este rarito de “Nicolás” era muy rarito y más que pelado, la verdad. Nos temíamos que tanta
foto, tanta labia barbiana, tanto alunizar en callejuelas hasta pasados días, tanta pose
provocadora, esos ademanes tan artísticos que se gastaba, ese beso tan poco
consistente y casi obligado, tanta palabrería de manual de floripondios, y ya
la presencia del “Landru” este del director pegajoso y sus confianzas casi
matrimoniales con el florerín este, ya “nossss daba que pensssar” que diría
José Mari el Txistulari de Mondragón, muy mosqueado. ¡Pobre Mariana!. Mira que
estaba guapa y cariñosa, y la sonrisa de enamorada se le desparramaba por entre
los torpedos de sus ojazos. Coqueta actriz que se ve le gusta aparecer muy bella y radiante como la novia de Machín y ello le honra y le embellece. Se le ha
quedado perpleja cuando ha contemplado el engaño, la trama para llevársela al
huerto del plató. Se ha transformado su mirada en fría, cristalina y casi se le
cierran los ojillos. La resurgida de los desengaños, la ilusionadísima
“Mariana” se ha transformado en eso que muchos mentirosos(la mayoría de los
hombres lo somos) hacemos de las grandes chicas de nuestra vida: unas muñecas
muertas de infarto, dejando a la bella sirvienta al borde de un ataque de
nervios dentro de ese triángulo isósceles, formado por dos maromillos y una ingenua, triangulete de piernas y caídas en la misma
longitud de onda. Una crudísima radiografía del desencanto y una tomadura de
pelo. Ya les dijimos ayer, y nos lo imaginábamos, que “Nicolás” el peluquero
ondulaba, por delante y por detrás, con un compás y un lapicero. Me recordó a "I Vitelloni" de Fellini o a esa generación "ni-ni" de otros tiempos en donde imperaba el imperio de la charlatanería en individuos frívolos, faltos de credibilidad, mentirosos y pasivos ante las grandes emociones de la mujeres. El refelejo del espejo de siempre de hombres de piedra y dura cara, aprovechados, que la vida los descubre en su triste realidad cosmetizada por el amaneramiento y los detalles florales. No tienen nada, se ríen de todo quisqui y son unos juerguistas si más pretensión, unos haraganes planísimos, van a los suyo y ponen el trasero donde haga falta.
Ya se veía
venir y oler entre tanta flor de temporada. Esto no lo arregla “Nicolás” con
unos versículos improvisados sobre por el amor de una mujer llamada “Mariana”,
que no es efímero ni flotante sino imperecedero e inmortal. Sólo lo arregla
“Mauricio” y "Mariana" enamorándose. En un noviazgo consentido y casi a la desesperada que descubre de
improviso que, el ser que tienen enfrente, es al que estaban destinados,
una tracción televisiva excavada en los subsuelos de abismos de pasión; la experimentación años
atrás de bomba de Hiroshima y con besos de verdad y no simulacros escrupulosos
para salir airoso del favor que se pretende. Gran interpretación, sublime de
Carlota, recuperando sus mejores atuendos de primavera y pulverizando toda esa
alegría desbordada cuando padece esa visita inmersiva en un pasado, hoy un timo
blanco mejor montado dentro de ese universo noir de las mejores mujeres expuestas al escarnio de la canallada.
Preciosa secuencia esta primera con la concesión del rango que
corresponde a la “Madre” y “Abuela” del
“Jaral”. El ser más humano y cosmogónico de PV. Los sentidos, la voluntad, los
sacrificios, los duelos y el gran amor
de una madre que es la historia de la creación del universo humano y social de
la aldea. Esta artistaza que es Adelfa Calvo, hija de artistazos, me recuerda
mucho a Jane Darwell. La vida y la nostalgia. La recompensa a las penurias e
infortunios. Un canto a la entereza y dignidad de una mujer ala que la vida le
ha apaleado en demasía. Resignada y fiel. Increíblemente intuitiva y
protagonista absoluta le los más bellos y crueles momentos épicos y desgarros
humanos en el pueblo. Adelfa saca cada tarde fuerzas de la flaqueza y se eleva
sobre su destino de pobre de solemnidad, echándose a la espalda el dolor de
varias generaciones. Una actuación de humanidad desbordante, conmovedora y
contundente, “Rosario”, que ha practicado siempre el amor por los demás y una
humanidad acaparadora que resiste, resiste y sigue resistiendo.
!ZORIONAK!. !FELICIDADES! MARIO ZORRILLA. Auqnue ya hemos hablado esta mañana te envío mis mejores deseos y que pases un buen final de cumplevidas después del trabajo.
Preciosa secuencia esta tarde con Loreto. Se notaba relax y complicidad entre los actores, que estaban muy a gusto. Sencillo momento, crédula "María", viejo zorro "Mauricio", extrayendo matices que explican un algo más sobre el personaje gratificantemente más habitual estos días, desde angulos diversos inesperados y esclarecedores sobre la avolución de "Mauricio" y su lealtad a personas, víctimas y a principios.