Monumental secuencia, de las
cinco mejores de PV, la de la rebelión de “Mariana” esta tarde. La burguesía y
la servidumbre rural por entre donde deambula la excelente “Mariana”, por el
suelo y crucificada.
Inmensidad de secuencia que no sólo hace volar a la fantástica Carlota, recreando esas muchísimas facetas que puede desarrollar como actriz,
multiplicidad de registros como mentábamos ayer, sino que la coloca como una
auténtica interprete que nos rememora al mejor Buñuel de su última época. Su
renovada “Saturna”, sobre la simbología de aquel inmenso papel que Lola Gaos
interpretaba en la galdosiana “Tristana” de Buñuel, personaje del que hablé
hace ya un año y medio y que me conectó para siempre con Carlota, hoy ha sido
superado por ese otro que se atisba, en parte, en el “Diario de una camarera”.
Ha sido el mundo de Mirbeau. El juego cerebral y perverso del fardel de
“Fernando” se ha encontrado con la sublevación de los que ya no pueden más,
porque defienden por encima de todo a su especie, a su familia, frente a la
ignominia y el totalitarismo de los señoriítos impotentes y pérfidos. Ha sido
el portazo a una sociedad inmovilista, cruel y clasista. Despótica y criminal.
Coincide con la catatonia de quien era la guardesa de ese modo desdeñoso y
miserable de mantener el legado patrimonial de la alta burguesía de provincias.
Que se cebaba en los pobres y en las mujeres indefensas, mediante el miedo y el
chantaje, para sobrevivir con la miseria de los demás.
Una loba defendiendo a su
sobrina. Momentos de puro simbolismo y una excelsa interpretación de Carlota,
sin ese surrealismo que a veces tiene la serie y sí llena de valor y arrestos
de pobre y de simbología que retrata el reto a
un mundo inmovilista y despiadado. Hoy, Carlota, ha hecho baluarte de una
ferocísima crítica a la burguesía tarada y parapléjica, reforzando un ataque a
los movimientos totalitarios, a todos esos terratenientes encerrados en su casa,
impotentes, encarceladamente tullidos; todo ello, sin compasión alguna hacia la
repulsa que acaba provocando ese guiñapo maloliente y borrachuzo que tanto sadismo ha escupido
sobre su pobre esposa, su sobrina, y del desprecio
que, como mujer sirvienta de clase inferior, ha tenido para con ella,
“Mariana”, usándola para que le limpie sus babas mientras la zarandea y la
lanza hacia donde caiga. Un personaje realmente asqueroso frente a la bondad de
la servidumbre. Es el mejor Buñuel que conozco.
Yo conocí a Buñuel cuando era
un crío y comenzaba mis escarceos por el Festival donostiarra. Y conseguí de él
unas opiniones y nunca las olvido porque van como guante al dedo en “Mariana”.
Le pregunte sobre qué quería decir en sus filmes tan despectivos para con la
burguesía. Difícil pregunta de contestar. Pero lo resumió muy bien a pesar del genérico. Con aquella
voz recia y de aragonés románico, me respondió mientras me sonreía amablemente
y me despedía con una palmada en el hombro, algo inmenso y una de las grandes
verdades de la vida: que toda los burgueses sondignos de lástima, prisioneros de una u
otra sociedad, ridículos, desagradables y hacia la
deriva, con o sin dinero. Observado desde fuera parece que no lo son, sumergido en su interior,
son podredumbre y cadenas.
Grandiosa secuencia con
Carlota en primer plano en el capítulo de hoy. Con un séptimo sentido en sus
breves instantes de secuencia: el de la defensa de sus seres queridos que nos
retrotrae a los mejores momentos de idealismo y rebelión, reencontrándonos con
ellos e identificando en su "rol" los más enfurecidos momentos de gloria sublevada de nuestra
única vida.
Pero ha habido más de Buñuel
hoy. Y no sólo por la remembranza a
Octave Mirbeau, sino que el papel de
Carlota entronca con Jean Renoir, un director de cine que me apasiona, sobre
ese tema que le apasionaba de las libertades y de cómo se integra el servicio
doméstico en una casa como si fuera parte del decorado y que no siempre triunfa
la justicia ni mucho menos la verdad. Me importa un bledo que me digan que
favorezco a Carlota como única. Es así. A las pruebas me remito. Aquí las
presento. Para cualquiera que haya visto cine clásico, sus interpretaciones
corren parejas y son una sublime lección de aquellos momentos de gloria
interpretativa de aquellas irrepetibles
actrices hechiceras.
Preciosa secuencia, increiblemente romántica, como aquellas llenas de amor y ternura que se veían en las salas de cine en programas dobles. Que se aguantaban con nostalgia sin avergonzarnos de ello. Una captura en imágenes, emotiva, desbordada, que es la incendiaria pulsión en video sobre lo que sufren o han padecido todos los enamorados del mundo. Con un Jordi, hoy, entre las rejas, más que convincete en esa su mirada furiosa a la loca por conveniencia.
Me gusta “Conrado”/Ruben Serrano. Cada día un poco más. Me trae el
recuerdo de aquellos filmes de género con aventureros exóticos, por los polvorientos caminos de sabanas sin final.
Filmes de J.Lee. Thompson, de Andrew Marton, de Compton Bennett, de Ronald Neame. Y Ruben es un
actor, no el mejor de la serie, pero como era Robert Mitchum: actores de cine por
excelencia. Con un personaje ambivalente, huidizo de la sociedad y
magníficamente tratado. De estos buenos personajes que huyen de cualquier forma de sentimentalismo a pesar de trabajar
siempre con la materia del mundo de los sentimientos ocultos. Interprete de flora y fauna, de fuego verde, esmeraldas y diamantes, de diversidades continentales, de relatos sobre prófugos, tesoros ocultos, planos de tesoros, que usan de la fuerza e inteligencia en el exotismo de peliculas con mucho color. Personaje que sabe perdonar, astuto, ingenioso, tal como se le manifiesta su cautela e inteligencia. Es una personaje con grandísima capacidad de adaptación, sagaz y que está repleto de ternura emboscada en impertinecia. Que dejan un pasado por detrás.
Bien por Javier en esta secuencia. Nadie es tonto, sólo que tiene buena fe. Confiado en una sociedad paranoica y corroida de enredadores y tunantes. Noble Personaje este "Isidro" que deja huella en sus jovencitas fans.
La confesión de "Raimundo" ante la catatonica "Francisca" ha estado entre otros buenos momentos de la tarde. Lo han perdido todo. Y el amor siempre enfrentado acaba así, en desgracias y diluvios universales. Lecciones de ética que nos ha dado el actor Ramón Ibarra, mostrando los hechos terroríficos de una vida que ha acabado en la muerte del único fruto de un amor malogrado. Elocuencia y verdad existencial que nos ha helado la sangre. Aunque me borren del facebook sin motivo, soy neutral.
Los tramposos. !Vamos!. Ni Tony Leblanc en sus mejores tiempos por los alrededores de "Atocha". No me extraña que aún no haya llegado la democracia a España, con este legado filibustero. Directores como Pedro Lazaga o Vadja filmaron filmes con este tipo picarescas costumbristas apegadas a la chapuza nacional. El timo de las "bolitas". Con dos cómicos sandungueros de primera: Enric y Maribel, embaucando a los pobres "Puenteviejeros" de a pie. Gracejo, creatividad, algo de ternura humana para estos delincuentes blancos de prácticas fraudulentas, simpáticos y perfectamente perdonables.
Dedicado a los actores de PV de esta tarde. En especial a Carlos Serrano y a Carlota Baró.
Vaya texto literario que te has montado esta tarde. De juzgado de guarida. Enormidad tio. Sabes que cuando escribías en el periodico de Iñaki Badiola siempre te defendia de los putos envidioso de por aqui. Eres el mejor. Hoy con la bruja haveis estado de grammy los dos te escucho muy bien en Irun. Esa tia es una fenomeno de las ondas y tu eres terrible aveces me da miedo.Oye no casi no suelo ver Puente Viejo, pero es tan buena Carlota como dices???? porque suele sponer aparir amuchas actrices que te he oido yo en el Festival. Oye y cortate el pelo que te ha crecido mucho. Sigue asi en la onda contra todos estos cabrones que nos mangan.
ResponderEliminarCarlota Baró, esa actriz versátil que se emociona y sonríe al descubrir que las flores se las manda alguien de su agrado y/o que defiende con uñas y dientes a su sobrina frente al energúmeno que tiene por marido y que cuando se da cuenta que la puede perjudicar, se va haciéndose la tonta que no sabe nada...
ResponderEliminarRubén Serrano al principio está un poco tímido, teniendo en cuenta que está acostumbrado a actuar en catalán, pero en cuanto se 'suba al carro' ya veremos como nos deleitará con su personaje. Estoy segura que la pareja Conrado/Aurora nos va a dar buenos momentos.