sábado, 21 de febrero de 2015

¿ADIVINA QUIEN MERIENDA CON NOSOTROS ESTA TARDE? /


CARMEN ARÉVALO, CARLOTA BARÓ Y ALEJANDRO SIGÜENZA
  
Aún y a pesar del sopor y desinterés que causa algunos momentos ESDDV, como aquel que tuvo, retiene este serial y muestra bellísimos momentos de muy buena televisión y aún mejor interpretación, mostrando un lujo de actores como la presencia de Carmen Arévalo que es perfecta por su elaborado trabajo y por su inmensa cristalina dicción. Como Pep Sais (el abogado defensor de "Aurora"), Ana Isabel Rodriguez (aquella telefonista de "Puente Viejo" que ayudó a "Aurora"), Carmen Arévalo es de igual modo actriz de doblaje y se nota en la pronunciación y declamación. Ha sido la voz de Virginia Mayo, Patricia Medina, Molly Lamont y de Vanessa Redgrave en sus últimos tiempos. Su presencia "en vivo" como esa madre posesiva que ve cómo su hijo se le ha escapado de sus tentáculos garra, es inmejorable. Leí sobre ella que, como  a mí, le gusta encontrarse consigo misma en lugares íntimos. Que valora el silencio, el humo de tu chimenea, los campos, los paseos, me suena mucho a mí.


Un personaje el de Carmen que oscila entre la vulgaridad de los que sólo piensan en el dinero y posición y el porte aristocrático que imprime cada tarde a la cuestión del estatus social. Envuelve en terciopelo todas sus interpretaciones, les da un enjundia increíble, todo lo expuesto se vive el máximo: su aire burgués despreciativo, su alcurnia que la refriega sobre los demás, su clase que le hace menospreciar el buen y sagaz ser de su nuera "Mariana"; sus celos de madre que pierde a su saga mientras ve derrumbarse el árbol genealógico por la insumisión y el desacato de su hijo soñador. Con Carlota hacen un tándem de primera fila y perfecto y nos deleitan con unas soberbias interpretaciones que nos ponen los pelos en punta. Con estas secuencias impagables contra la discriminación por razones de dinero y posición social. En aquella época y en la actual. Segregación basada en unas diferencias sociales que, hoy, cien años después, no han desaparecido de esa pobre España arruinada; intolerancias que persisten y que podemos extrapolarlas  a otras segregaciones que cohabitan con el racismo profundo que existe en el país. La secuencia en la que se encontraron el pasado día para la meriensa, es fantástica. Con esa mirada llena de sorpresa en ambas, de deprecio y incredulidad en cada una de ellas respectivamente.


Esta escena del encuentro de la pareja con su madre me pareció de un exquisita actuación entre los tres actores. La madre presenta una perfecta demostración de caracter absorbente. El modo de conducirse "Nicolás", contiene un transparencia que desvanece cualquier asomo de vergüenza hacia su esposa "Mariana".  Aunque el personaje de la madre en algunos momentos presenta un tinte de cierta exageración teatralizada, queda disimulado por la defensa que hace "Nicolás" de su esposa (un gran Alejandro Sigüenza) es de un magnífico ejercicio de ternura.Y los ojos de Carlota, sin manifestarlo, desbordan lágrimas salidas del alma, mientras, su esposo, con su presencia, elocuente y firme en su decisión de haberse casado con  la bella y buena chica "Mariana", expone ante su madre que sus sentimientos están vivos y son claros, permanecen intactos y son indestructibles.


Sé que ESDPV tiene momentos flojos en los últimos tiempos. Ha coincidido con la partida de Jordi y Loreto (a los que se echa mucho de menos), el descanso de Mario Martín y la partida por dos meses de Enric. Ocurre como cuando en la radio, estamos con reserva mientras organizamos la programación o ajustamos técnicamente. Pero, aún así, para deleite nuestro, podemos contemplar momentos de calidad técnica e interpretativa, como estos en los que aparecen Carlota, Carmen y Alejandro. De auténtica televisión. Para mí la Tele buena es esto: un buen y magnífico guión sin lagunas, un director que sabe captar con la cámara lo que ocurre y darle la justa profundidad dramática, unos diálogos inteligentes y con profusa  referencia a aquella sociedad terrateniente y clasista y unos maravillosos actores que transmitan a la perfección, de modo muy elaborado, lo que quiere reflejar el director del modo más natural. Esto se ha conseguido en esta secuencia. Y que seamos capaces de aguantar sin caernos de espaldas la mirada de Carlota; el porte interpretativo de Carmen y un Alejandro, como los actores grandes del cine de los 40, en un simbiótico juego de amor e intriga.


Los tres están fantásticos. Y además es un referente ético que no ha perdido vigencia. Por ello es un momento que podía resultar melodramático y, al contrario, está lleno de frescura.Con ese final que transmite: la defensa de la honradez y humildad y el insobornable derecho a ser nosotros mismos. Y es la verdadera historia del racismo a quienes, además, esa misma casta subyugó (representado en "Fuensanta y Mariana"; es la crónica contemplada desde el origen, el de la familia; no desde la discriminación más aguda que es por donde "atacan" estos temas, sino desde esa pequeña historia donde el hijo presente a su madre rica a su esposa, una pobre campesina. La historia de amor entre "Nicolás" y "Mariana", que parecía vista para sentencia porque se estiró mucho repetidamente y muy soseras, ha cobrado un realce inesperado y adquiere casi momentos míticos en la televisión.


Todo este momento vivido tiene minúsculos conductos por donde se filtran, más que el racismo,  los  prejuicios que se tienen por cuestión de dinero o posición social. Secuencia perfecta donde el director aprovecha todo para mostrar la realidad que desea como bastión de la historia. Donde todos sobresalen, en una bellísima historia de amor, de familia, de gentes sencillas, de escrúpulos, de lo que todos aspiramos a que sea la vida en sí misma y nos nos atrevemos afrontar para romper tabús, sin miedos, temores y buscando la felicidad.


MENCIÓN A FARIBA SHEIKHAN Y AÍDA FLIX


De Fariba, interpretativamente, se ha dicho de todo, como de Carlota antes que los "pelotas" le dieran a "me gusta" cuando sale su firma por algún sitio. Pero antes, ni ella o Fariba, eran bien consideradas. Lo dijera yo o el crítico de un medio de prensa importante. Ahora, y me alegro, Fariba es cojonuda (eso he leído). ¡Me alegro! Y Carlota es la mejor cuando nadie la consideró en aquella su gran etapa de la "Casona" cuando era galdosiana y como "Saturna" en "Tristana". Veletas de fans de donde sopla la popularidad para que vean estampada su firma y así darse importancia. Yo que he recibido menosprecios e insultos por apoyar lo que, ahora, es macanudo. España es así y no tiene remedio. De cualquier modo me siento feliz porque se premia el trabajo perfeccionado y que da estos bravos resultados en las dos actrices, conjuntamente con esa compañera de "Inés": Aída/"Amalia".
Fariba y Aída han revitalizado el cine negro con toque místicos y dúlcemente crueles. Mea culpa que no valoro en su justa medida el personaje de "Amalia" (una Aída Flix que conocí en Madrid y que es un encanto),  perdedora e irónica cruel y desnortada, que sabe poner muy jodidas las cosas para los demás con una habilidad casi de cuento de hadas.
Los momentos entre las dos son de un viaje desde el descenso a los infiernos hasta la llegada al cielo (cuando "Inés" coge a su hijo en brazos), con una buenísima interpretación de Aída, cruda, adictiva y fría, afectada por el síndrome de no poder parir. Una Aída que da un gran pulso y que tiene muchos reflejos y un sentido milimetrado del ritmo.
A su vez Fariba da unas imágenes y primeros planos potentes, poderosa su interpretación y el surrealismo que da a todos estos momentos es de destacar, sobrecoge y confunde así como el amor de madre y esa sonrisa de satisfacción que pasará como de lo bueno en ESDPV.



DEDICADO AL PADRE DE ALEJANDRO SIGÜENZA Y A LOS 50 AÑOS DE "LA MUERTE TENÍA UN PRECIO".



https://www.youtube.com/watch?v=8D3h7ixWWc0

50 AÑOS

SUS VOCES Y PROTAGONISTAS



CLINT EASTWOOD / FELIX ACASO




GIAN MARIA VOLONTÉ/ JOSÉ GUARDIOLA




LEE VAN CLEFF/ CLAUDIO RODRIGUEZ



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