martes, 3 de febrero de 2015

EL COBARDE



ACTORES DE LA TARDE:

MARÍA BOUZAS, RAMÓN IBARRA Y SANDRA CERVERA


No comprendo cómo puede bajar tanto la calidad de un día para otro en ESDPV. Del capítulo de ayer al de hoy, media un abismo y se notan las ausencias de Jordi y Loreto, así como Carlota que está casi sin relevancia en la serie y Rubén que parece un desahuciado de la usurera Banca Española o un lamentable estafado de la impune Bankia. Ello se refleja. Aunque en la tarde de hoy han tomado el relevo, y protagonismo, los dos grandes actores citados: María y Ramón. Y no sólo destaco la interpretación sino la profundidad del lamento de "Francisca", su gran razón y la dinamita que le han puesto al personaje de "Raimundo", un cobarde sin redención. Y es que las mujeres, incluso las más malas como la "Montenegro", cuando le reprochan al amor en su intimidad fracasada, siempre tienen razón.


Una carga de profundidad al fracaso en el compromiso del hombre , a su vanidad y frivolidad, a su cobardía a muy destacar esta tarde. Momento que requería un reproche a fbocajarro, sin pensárselo dos veces "Francisca". Si alguno pensaba después de la falsa secuencia del beso de  ayer, no iba el enfrentamiento a recrudecerse, hoy ha tenido la prueba de que no ha sido así; dos personalidaes han sacado, con un buen guión, un jugo a esta relación que no ha podido parecer repetitivo pero que no lo ha sido en absoluto. A corazón abierto se han reprochado de sus miedos, de sus frustraciones, de sus ansias ahogadas separándose por falta de valentía, por haber arrinconado en el pasado y crecido con ello alimentando el rencor, un amor que lo perdieron por cabezonería y porque no se quisieron comprometer.


Su vida es como una leyenda del sufrir y de la fatalidad que se entremezclaba en sus cerebros para no dar salida  a los sentimientos pasionales y de amor que han ahogado en estos años, desde que eran jóvenes.
Ramón ha trasladado a la perfección esta tarde a ese personaje miedoso, inquieto ante el compromiso, y nos ha mostrado su interior sólo con la acerada mirada y el rostro impávido, silencioso porque carece de argumentos ante el reproche de la "Doña" (su gran amor), con una pericia que muchos quisieran. Con esa medio sonrisa nerviosa caso inapreciable, con esa intranquilidad en sus ojos, intentando eclipsar que el alma se mostrara y hablara. Un cobarde, un intranquilo, un condenado que asume su culpa, todo porque es un hombre y por lo tanto: un veleta.


A destacar como siempre la brillante exposición y cantera de acusaciones en ella, María Bouzas", ese estudio aplicado  a la práctica en el comportamiento de "Raimundo" como si al final para él, el amor por "Francisca",  es algo que estorba porque se repite demasiado y nunca ha osado dar el paso definitivo, pero ella le espera, eso lo tenemos claro. Los matices en María son importantes, hacen que sientas lástima por "Raimundo", por débil, mentiroso sentimentalmente y cobarde.
Una historia de amor hasta sus últimas consecuencias, de cuando se ama y se acaba matando. Me ha encantado como "Francisca" ha mirado a través del cristal, como una cámara fotografiando la desmitificación de un palabrero que sólo ha vivido de inquisiciones filosóficas y sin comprometerse con nadie o nada. Ha retratado sin piedad a un liberal muerto por inacción durante toda su vida. Objetivamente considerado y mediando el valor del tiempo transcurrido, todo desde cierta distancia sin que no afloraran los más profundos sentimientos en la mujer.
A destacar a Sandra Cervera, silenciosa, mirando de reojo, lo dice todo y lo comprende más que su propio padre que es un hombre de poca acción y mucho "rajar".


1 comentario:

  1. No puedo estar más de acuerdo en todo lo expuesto José Ignacio. ¡Chapeau!. Gracias por el artículo.

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