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RICARDO III Y UN ENTIERRO DIGNO.
http://www.elmundo.es/ciencia/2014/12/02/547de4b8268e3e822a8b4587.html
Sólo reinó durante poco más de dos años, pero la Historia y la Literatura han guardado multitud de detalles sobre Ricardo III. Era un tipo delgado, de complexión pequeña, con un hombro más alto que otro y que murió cosido a espadazos y heridas de guerra que le produjeron la muerte en la Batalla de Bosworth en el año 1485, cuando sólo contaba 32 años de edad. Los textos de la época describen que su cuerpo sin vida fue llevado y enterrado en la iglesia y convento medieval de Grey Friars, situada en la actual ciudad de Leicester (Reino Unido). Durante siglos, los bulos sobre el paradero del monarca se sucedieron llevando a los historiadores a pensar que su cadáver fue arrojado al río Soar por una multitud enfurecida.
Sin embargo, los estudios más recientes descartaron esa creencia y llevaron a pensar a los expertos que los restos de Ricardo III todavía yacían en algún lugar de lo que fue en su momento la iglesia de Grey Friars. El libro Los últimos días de Ricardo III, publicado en 2010 por el historiador británico John Ashdown-Hill, fue el detonante de la búsqueda definitiva de sus restos.
Pocos meses después, la Sociedad Ricardo III pedía ayuda económica a la Universidad de Leicester para llevar a cabo unas excavaciones para tratar de encontrar la tumba del monarca. Aunque eran bastante escépticos sobre las posibilidades de encontrar los restos del rey medieval, la universidad decidió aportar la cantidad necesaria para cubrir las 50.000 libras esterlinas necesarias para el proyecto. Al menos podremos saber un poco más acerca del convento desaparecido, pensaron. En septiembre de 2012, un esqueleto antiguo, contrahecho y empachado de golpes de batalla, bautizado como Esqueleto 1, apareció bajo un aparcamiento actual del ayuntamiento de Leicester, entre las ruinas de lo que fue el convento de Grey Friars. Ya entonces, todo parecía indicar que se trataba de los restos del rey encumbrado como villano universal por Shakespeare.
Pero han hecho falta cerca de dos años de trabajo científico para poder llegar a esa conclusión con el rigor que merece el personaje. El equipo científico que encontró y realizó el primer análisis de los supuestos huesos del monarca acaba de aportar pruebas "abrumadoras" de que aquel esqueleto excavado en 2012 perteneció al último rey de la Casa de York.
Restos de Ricardo III hallados en Leicester (Inglaterra). NATURE COMMUNICATIONS
Ricardo III fue el último rey inglés en morir en batalla y uno de los pocoscuya localización exacta de su tumba no había llegado hasta nuestros días. Su turbulento ascenso al trono en 1483, tras la muerte de su hermano Eduardo IV, ha engrandecido al personaje en la Historia y en los escenarios. Su pelea abierta contra la familia de la reina consorte, Isabel, así como la turbia y aún desconocida historia que envuelve a la desaparición de sus sobrinos, Eduardo y Ricardo, no son para menos.
Su muerte, tan sólo dos años después de su llegada al trono, supuso el final de la dinastía Plantagenet -posteriormente conocida como Casa de York- tras 300 años de reinado. Y con ella dio comienzo el periodo de reinado de los Tudor, con Enrique VII como primer monarca tras ganar la Guerra de las Dos Rosas. Pero, el misterio que envuelve a Ricardo III aún continúa en la actualidad.
Para tratar de aportar luz sobre uno de los personajes más oscuros de la historia británica, los investigadores que han trabajado con los restos del supuesto monarca desde 2012, junto con un nuevo grupo de expertos en ADN antiguo, han realizado un análisis multidisciplinar y han cruzado todos los datos genéticos, genealógicos, arqueológicos y de datación a su alcance.
"Ya sabíamos que los restos tenían un hombro más alto que otro debido a la escoliosis y que contenían numerosas heridas de batalla, pero nuestro trabajo de identificación de los restos del Esqueleto 1 encontrados en el convento de Grey Friars en Leicester supone la primera puesta en común de todos los cabos sueltos para llegar a una conclusión sobre la identidad de esos huesos", explicó el lunes Turi King, investigadora del Departamento de Genética de la Universidad de Leicester y científico principal de la investigación publicada hoy en la revista Nature Communications.
Los propios investigadores aseguran que se acaba de resolver el caso forense más antiguo hasta la fecha. "La combinación de pruebas confirma que los restos pertenecen a Ricardo III", aseguró en una teleconferencia con periodistas Kevin Schürer, del Centro de Historia Local de Universidad de Leicester y coautor del trabajo.
Los resultados del ADN mitocondrial indican que pudo haber una infidelidad en la línea paterna, pues ésta no coincide con las secuencias heredadas por sus descendientes.
Las conclusiones del estudio indican que se ha llevado a cabo la identificación por ADN más antigua de un individuo conocido, y nada menos que de un rey como Ricardo III. Para lograrlo, los científicos compararon las muestras de ADN extraídas de los restos con otras obtenidas de descendientes vivos del monarca. En concreto, se centraron en secuencias del genoma que se heredan de forma exclusiva del padre o de la madre, como el ADN mitocondrial heredado siempre de la madre y el cromosoma Y, sólo presente en varones y heredado por tanto sólo por vía paterna.
Según el trabajo, los autores lograron identificar, localizar y contactar a cinco descendientes del linaje paterno, es decir, del quinto Duque de Beaufort, quienes no tuvieron problema alguno en participar en el estudio. En cambio, los científicos encontraron muchas más dificultades a la hora de rastrear el linaje materno. Y de nuevo el trabajo de John Ashdown-Hill resultó definitivo. "Pudimos seguir el linaje gracias a que este historiador había escrito previamente sobre los Ibsen y sobre la descendencia de la hermana de Ricardo III", afirmó Schürer. Así fue como encontraron dos muestras para realizar la comparación pertenecientes a Michael Ibsen y de Wendy Duldig, descendientes de la hermana del rey Ricardo III, Ana de York, separados con ella 19 y 21 generaciones respectivamente. "Hay fragmentos de ADN que se heredan de una forma muy sencilla y permanecen prácticamente inmutables a lo largo del tiempo, son el ADN mitocondrial y el cromosoma Y", explicó King durante la teleconferencia. Pero aún así no se trata de un trabajo sencillo. "Ricardo III no tuvo descendencia, así que para seguir el rastro paterno tuvimos que ir hacia atrás en el tiempo y después bajar por el árbol genealógico de nuevo hasta la actualidad", añadió Kevin Schürer.
La comparación de secuencias genéticas deja una sensación agridulce a los especialistas que, aunque ha sido interpretada como un éxito por los autores, no termina de zanjar el misterio que envuelve a Ricardo III. El ADN mitocondrial heredado de la línea materna encaja a la perfección con las muestras obtenidas de los parientes vivos de la Casa de York. Sin embargo, el cromosoma Y no ofreció los mismos resultados. Los marcadores genéticos de esta secuencia que determina el sexo -XX determina mujer y XY, varón- no encaja con las secuencias heredadas por sus descendientes. Los autores, rápidamente, se apresuran a explicar los resultados, que no ven como algo llamativo. "La ruptura de la genealogía en el cromosoma Y no nos sorprende demasiado dada la incidencia de falsa paternidad y la cantidad de generaciones que se han sucedido en más de cinco siglos", explicó Schürer. Todo parece quedar explicado como una infidelidad, un desliz en el árbol genealógico de la noble familia York.
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