viernes, 30 de marzo de 2018

CRÓNICAS MUTANTES: MUNILLA, SATANÁS Y LOS CURAS ULTRAS




Al obispo Munilla habían de sacarle algo; ya salió. No le perdonan que no empatice con los radicales y peneuvinos a pesar de ser donostiarra y culto. En su día, la mayoría de los párrocos, criticaron su nombramiento. No comprendían como alguien que anduvo de obispo como un Blasillo por la estepa castellana de Palencia, fuera después obispo de gente de tanto caché como la vasca, donostiarra y  gipuzkoana (algunos).  Y menos que califica al aborto como “Ley de la selva” y “Matanza de inocentes” ¡Imperdonable! O que resucite al icono del demonio para confirmar que, Satanás, ha hecho que las feministas hayan asumido la ideología de género y que haya argumentado que, la defensa del aborto como elemento de liberación de la mujer, ha conducido a un genocidio de mujeres en países como China o India y en Europa del Este. Las feministas que se quitan ropa frente a la Catedral no perdonan que afirme Munilla que, el aborto, es la mayor esclavitud y la tumba de la mujer. Algo deja siempre un aborto. Como la sangre.


Los curas nacionalistas, aunque sean ultras, con tal de congraciarse con la ultraizquierda, son pro aborto, pro lesbianas y pro de todo. Mismamente, ante los desnudos frente a la Catedral donostiarra, ninguno apoyó  a su propia iglesia. Para mí, la sociedad vasca es anticlerical, pero no por los fieles seguidores que restan sino por la propia clericalilla que ha abandonado hace décadas la fe por el sable. Munilla está en contra del porro, algo habitual en la embrutecida juventud vasca que es muy de la mierda y del alcohol. Un tipo peligroso para las mafias vascas. Y aún le falta comentar al cauto Munilla que, Euskadi, es un estercolero donde la gente joven, sana y competente se tiene que marchar y sólo se quedan los que trapichean, gandulean o se meten en listas electorales y así medrar; los demás, mueren por coma.


En Euskadi, como en el resto del Estado, el que no es progre lo tiene meridianamente claro; que se vaya preparando. Además, en Euskadi se produce un fenómeno curioso en la historia de las ideologías. Que la nueva moral izquierdosa es asumida hasta por las derechas nacionalistas y van, revolucionarios ricos y derechones millonarios, de la mano. Como en Catalunya. Ya se olía que llegaba. Munilla tiene un defecto, según se mire, y un valor: no deja a la ultra Comisión Diocesana que manejen a su antojo y repartan el dinero como les venga en gana.


A los curas mandamases de la diócesis de Giupuzkoa, sacerdotes jatorras,  dicharacheros, algo lúgubres y de aire taimadamente zorrero, que viven como Dios, que hablan sin mirarte a la cara, sonríen hipócritamente como perdonavidas y muy crueles si no eres de su apoyo a lo ultra y nacionalista, les importa un carajo el cristianismo. Siempre han instrumentalizado la fe en favor de su ideología y...  ¡Miren como sacaban a las víctimas de la ETA por la puerta de detrás, en los funerales! No perdonan la disidencia. La religión es el nacionalismo. Son y han sido muy mala gente.


Ellos son la comunidad católica de este Territorio Histórico, la nacionalista, que pide una auditoria externa porque falta dinero por todos los agujeros, sobre un desfase de un millón de euros y 700.000 más en acciones del Banco Popular, según informe del propio vicario al Consejo Presbiteral de la Diócesis. Inmediatamente apareció un documento no firmado donde se denunciaba la escasa supervivencia de la diócesis desde que en el 2010, Munilla, tomara posesión de la misma, arruinando unos fondos holgados que dejara Uriarte. Todo el agujero se debe, según los anónimos denunciantes, a la mala gestión económica del obispo durante estos últimos ocho años.


Personalmente, no conozco las cuentas pero, y tal como en descargo dice el obispo Munilla, el mantenimiento de iglesias, como todo gasto en España, se ha disparado; ya, lo que cuesta y lo que se recauda en el obispado, se ha desfasado, como en todos los lugares. Y es perfectamente factible que el déficit se deba al mantenimiento y conservación del patrimonio cultural y religioso de sus numerosos templos de culto. Si ya una factura de luz, en tu casa, sale por doscientas euros como poco.
No creo que Munilla esté de espaldas a la diócesis. Yo no soy católico pero no me gustan las injusticias. De espaldas a la diócesis se encontraban los anteriores. Y no son comparables los gastos de una diócesis de hoy con los de hace 10 años, los de Munilla con los de Uriarte. La inflación es tremenda, trucada por el PP, y se está llevando por delante a la clase media, obrera, jubilados e imagino a las diócesis. De todos modos, unos anónimos, sobre un texto impreciso e improvisado, que se presentó como propuesta de reestructuración patrimonial, han hecho una campaña contra Munilla para quedarse con el patrimonio. El obispo y todos tenemos que vender ya patrimonio porque la vida se ha puesto insoportable y más en San Sebastián, donde sólo tienen dinero en mano cuatro mafiosos que lavan dinero comprando bares, restaurantes y locales. Y por ello se adelantan medidas por el obispado que tampoco son del agrado de los anónimos firmantes, calificadas de triviales y ligeras, por parte de los curas nacionalistas.


Han sentado muy mal las últimas declaraciones contra las feministas que han puesto contra el obispo a la radicalidad política de Euskadi y a los curas fachosos del PNV también, por cierto progres también. Hisopos civiles, que han hecho un uso torticero de la información para pedir la cabeza de Munilla. Y aunque mantiene muchas incongruencias, el obispo es un cristiano; no un exaltado nacionalista vividor. Ha conseguido una parte de la financiación de la Catedral donostiarra, por parte de Fomento. Últimamente “El País” le ha criticado por cuestiones de doctrina; es curioso en un medio que ahora es mantenido por la ultraderecha del PP y Soraya. La fe al servicio del patrimonio y poder.

8 comentarios:

  1. Yo soy de Munilla y he llorado leyendote Iñaki. Es grandisima verdad lo que cuentas. Menuda gentuza los curas vascos. Muxus y sigue así

    ResponderEliminar
  2. Los curas vascos son unos fachas y unos hipócritas totales. Desprecian al ser humano y no creen en Dios ni en nadie.Altaneros yo que he cubierto información antes de Munilla ahora ha cambiado todo, era insoportable antes. Todo lo que digas de ellos es poco y sobre las feministas como mujer me parece degradado irte desnudándote por la calle.

    ResponderEliminar
  3. Menuda gentuza hay alguno que vale la pena pero son muy malos como dices.

    ResponderEliminar
  4. Muy justo artículo que como todos los tuyos da donde duele y pica. Está claro lo que pasa ahí

    ResponderEliminar
  5. Yo conozco a Javier que creo que tu también le conoces y es un tio genial. Los demás pues viejos y pérfidos. El obispo está enfrentado porque quieren el dinero los otros.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si conozco a Javi desde niños los dos. En la radio colaboró en una época. Fuimos vecinos cuando pequeños.En un tiempo muy bonito donde la gente eramos casi familia todos. La de pelis que vimos juntos en el cine Moderno y lo que nos divertimos en fiestas y juegos. Él se hizo sacerdote y yo periodista.Y es de la poca gente de aquel tiempo con la que tengo amistad.Es genial y desde luego original con el rito y la religión.

      Eliminar
  6. Gran artículo. Yo no soy de allí, pero lo de los curas vascos, sacerdotes del nacionalismo, es muy conocido. Lo de las víctimas por detrás es una vergüenza para todos los católicos. Un conocido obispo de esos "estupendos" que habéis tenido le dijo a María San Gil, cuando le preguntó sobre estas cuestiones, que dónde estaba escrito que los padres tuvieran que querer a todos sus hijos por igual. Y los curas iguales que aquel obispo, por eso.se cabrearan tanto con Munilla.

    ResponderEliminar
  7. Que triste panorama el de Euskadi. Lo de los curas es verdad que sacaban a las victimas por la puerta de la sacristía. Valiente artículo y que no se pueden leer en el Pais Vasco. Mi enhorabuena José Ignasco

    ResponderEliminar