¿A quién hace referencia un retrato robot de un chico con flequillo y
pómulos salidos? Que la policía realizó y del que nadie se acuerda ya.
No se avanza en el caso de Javier Ledo. Es peor además, mientras la
investigación está obsesionada con él, en buscar más allá de lo que no va a
contar, se están escapando otros sospechosos y posibilidades. Está parada la encuesta. La
policía no encontró el cadáver ni sabe a qué atenerse ahora; le faltan pruebas
que Ledo no confiesa porque, para mí, oculta a alguien o algo. Javier, en el
juzgado, se ha desdicho de su declaración ante la policía y manifestado en el
interrogatorio y cada día es más desastrosa la investigación. Hoy, en el caso
de Ana Julia, han encontrado el hacha con el que presuntamente agredió a Gabriel
antes de asfixiarle. Hemos visto comprobado cómo el caso avanza. En este de
Paz, ni hay arma, ni remota idea de cuál pudo ser o de donde se puede encontrar,
ni atisban a sospechar cómo realmente murió la pobrecita Paz Fernández. Y menos
mal que, por enorme desgracia, un piragüista encontró el cuerpo sin vida porque, si es por la policía,
como ocurre con Lorena y Concepción, ni sabríamos nada. Con un ministro que,
desde el primer día, desmintió casi rotundamente que se trataba de una
desaparición forzada. A partir de ahí es para no sorprenderse de nada. Que sin pruebas contundentes, desligó los tres crímenes se similitud y autoría.
Cada día se encuentra más enredado este turbio asunto y nada de lo que
se dijo ayer parece vale para hoy. Las feministas en la calle pidiendo la
cabeza de Javier; un falso culpable de homicidio o asesinato, según confiesa él
mismo que dice ser un colaborador
nada más y que no suelta prenda a pesar de su previa declaración; un
interrogatorio brutal que no ha concluido en nada esclarecedor porque se ha
desdicho de cometer el crimen y hasta no se sabe con exactitud el lugar en el
que murió Paz; un guardia civil que dice tener ya todo para que “se le caiga el
pelo”; un pueblo de cotillas; un misterio de órdago y una pobre mujer que ya no
volverá más. Y dos desaparecidas y lo más grave, aparte de la posibilidad de
que estén muertas, es que no vamos a saber qué ha sucedido. Javier Ledo es un
personaje muy duro de pelar y hay algo que le da fuerzas para no declarar. Y
hasta no creo que haya confesado algo. Y me gustaría saber qué ha respondido a
la juez cuando le haya preguntado sobre el ¿por qué ha cambiado la declaración?
Ya les comenté que Javier Ledo no se iba a declarar culpable. Que una
circunstancia es un interrogatorio brutal y otra lo que se declara ante el juez;
y otra más, la sentencia. Estoy convencido que él no la mató, que colaboró con
alguien. No sería el primer caso. Hay muchos casos que aquí hemos citado donde,
quien mata o a quien se le va la mano, es a uno o unos y el colaborador, otro.
Por ello nunca se aclaran estos crímenes. Tras ese interrogatorio, la policía
no tiene nada con lo que incriminar taxativamente a Javier. Él no ha confesado
el crimen y solo admite lo que, tal vez, sea la verdad, fue un colaborador en
deshacerse del cuerpo.
La jueza de Luarca nos pide un férreo silencio sobre este caso de Paz
Fernández que cada día huele peor. Lo están enredando y no nos vanos a callar.
Lo que tiene que hacer esta señora, Marta Huerta, es aclararse ya y administrar
justicia. Y este caso, cada día, está más incomprensible y maquinadamente liada
y aquí, las prisas de todos por no aclararlo, están llegando a mostrar unas
graves contradicciones que no se sujetan con lo dicho el día anterior.
Empezando por el ministro. ¿Qué está sucediendo?
Javier Ledo, tras una declaración bajo presiones inconmensurables,
condensando el crimen, ha declarado ante el Juez que no la mató, que la muerte
fue “accidental” y que sólo de deshizo del cuerpo. Y nada más. La policía no
tiene ni un dato que incrimine a Javier. Y sólo enredos y que arrojó el cadáver
al Arbón. Pero en ningún momento cuenta cómo falleció la pobre Paz ni cómo la
arrojó. Desde donde la llevó. Dónde murió. Cómo murió. Cómo la trasladó. En que
vehículo si fue en lugar diferente a la zona del embalse. No sabemos nada. Ni
por supuesto ha aparecido el arma homicida. Javier oculta todo, quería evadir
el duro interrogatorio y ahora todo está más confuso que el primer día.
La policía, con el ministro a la cabeza, que reconocieron que el coche
de ella ( o caravana según el día) apareció en Jarrio, aparcado por la propia
Paz Fernández aparece aparcado en la zona costera de Navia, a 3 kilómetros del
Hospital de Jarrio y con la documentación en el interior y ningún signo de
violencia. Luego, resulta que el coche estaba en Jarrio, en el helipuerto.
Ahora, que Ledo transportó el cadáver en el coche de la víctima porque dentro
encontraron manchas de sangre y fue trasladado de Navia, donde inicialmente lo
aparcó Paz Fernández, al Hospital de Jarrio. ¿Ustedes entienden algo? No había
signos de violencia pero hay sangre. Lo dejaron en la zona costera y se
encontraba en Jarrio. Y además se buscan una manta, en la que supuestamente
habría envuelto el cadáver, el bolso de Paz Fernández y el arma homicida, en el
pantano, osea los enseres y la documentación. ¿No estaba en el coche la
documentación? Y el arma homicida: ¿Cuál fue? ¿A que fue debida esa reconocida
muerte “accidental”? ¿Las llamadas telefónicas, que rastrean, que posiciones
muestran? Y ese mensaje registrado en el que, Paz, decía textualmente: «Javi,
he quedado con un tío, me dijo que me conocía y yo no lo conocía de nada».
Menuda historia más oscura para la que la juez quiere ponernos el
bozal. ¿No han rastreado todas las llamadas que pudo hacer Paz en las últimas
horas e incluso días? ¿Por qué no confiesa Javier Ledo? Si se deshizo del
cadáver en el pantano… ¿De dónde lo trajo? ¿Había quedado paz con otra persona
que la mató y se deshicieron ella y Javier de la fallecida asesinada? ¿Tuvo una
desgracia Paz estando con alguien y quisieron ocultar el cadáver? ¿Hay más
personas involucradas? ¿Son cercanas a Javier o importantes? ¿Por qué miente o
cambia la versión Ledo? ¿Qué pruebas en realidad tiene la juez para involucrar
como homicida o asesino a Javier, incluida la del agravante de género? ¿Es
cierto que había sangre en la casa, en el coche de ella y que sucede con lo que
se encontraba en un coche que ahora se buscan en el pantano? ¿Quién le propinó
y con qué objeto romo le propinó los golpes a Paz y en qué lugar? ¿El retrato
robot que la policía presentó a Ledo a quien hacía referencia? Si él, en las
horas nocturnas, se encontraba en Navia y ella en las cercanías del Arbón,
según el repetidor desde el cual el teléfono móvil de la mujer dio señal por
última vez en la localidad de Busmargalí, a 8 kilómetros del centro de Navia y
a 15 de donde apareció la víctima, no pudo ser el asesino. ¿Cómo fue ella hasta
allí? ¿En su coche? ¿Desde dónde se enviaron, sobre las 21 horas, los audios en los que Paz decía no
encontrarse bien y a disgusto con alguien? «Se fue, vaya chungo, y tiré 100
euros a la máquina (tragaperras). Me he quedado sin la pasta para la
autocaravana», le dice ella en un audio. «Vaya la que hice, joder, vaya la que
monté», añade en otro mensaje de voz.
Ella, dicen, tenía muchas amistades en Navia. En el mes era la segunda
vez en la que se desplaza a tal población. ¿A ninguna han interrogado? No voy a
defender a Ledo pero aquí está ocurriendo algo muy extraño y relacionado con
este caso que huele a encubrimiento. No se sabe nada en concreto. Ni tan
siquiera el lugar en el que falleció Paz.
Cada día es mas emocionante tu relato y mas tragico
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