Nunca en España hubo un político más indeseable. Supera a Zapatero. Un
embustero trepa que carece de alguna moral, sin alguna preparación, dispuesto a
llegar al poder, como se ha demostrado, a cualquier precio. Engañó a todos y a los separatistas. Y no se lo ha perdonado
nadie. El clásico sinvergüenza del PSOE que prometiendo nunca jamás pactaría con radicales, rompió sus promesas a
los etarras, separatistas, catalanes y por supuesto al parlamento donde
prometió elecciones en breve. Hasta Bildu le ha dado la espalda y se encuentra
en la encrucijada de convocar elecciones y, por supuesto, no tener
posibilidades de volver a chupar del frasco porque sus amigotes de Podemos no
cuentan ya para mayorías.
Enfurecido ha decidido enviar a sus ministros pelotas a “golpear” al
PP. Cruel y vengativo, muy malo y un político perverso sin preparación alguna.
Es malo de entrañas. Se ha sacado de su mala bilis lo de la confrontación
cuando ha sido él quien la ha traído desde junio del año pasado. Sólo ha
pensado en su imagen y cartera y todo le ha valido para intoxicar y confundir a
la opinión pública. Les prometió un referéndum de independencia a los
separatistas que a la hora de la verdad ni lo pensaba cumplir ni lo ha cumplido. Hasta ellos, los
catalanes, tienen más seriedad y coherencia que este trapisondista que hoy termina
su legislatura fraude y fake. Hoy ha sido una moción de censura a este
miserable. Nadie, más que sus lameculos y beneficiados, le quieren.
El sistema partitocrático español sólo se mantiene con golpes de Estado. Este fue uno más, en junio pasado. Promovido por el PP de Rajoy y la siniestra Soraya. Contó con la inestimable colaboración del chaquetero PNV, partido traidor a todos desde siempre; y Sánchez mintió acerca del alcance del acuerdo que había sellado con el PNV. Aseguró que convocaría elecciones "en un breve plazo" y "una vez estabilizado el país". Realmente, contemplado desde hoy, el pacto con el PNV suponía dilatar la convocatoria electoral, para evitar el triunfo de Ciudadanos, un partido declaradamente antinacionalista y que pese a no estar muy instaurado en Euskadi su espíritu antinacionalista hacía temblar al PNV. Y todo han sido trilerías, una tras otra. Ya en agosto Podemos le dio la espalda en el techo de gasto. Después intentó reformar la Ley de Estabilidad Presupuestaria que daba al Senado, controlado por el PP, la capacidad de veto a las cuentas públicas. Supuso un grado alto de enfrentamiento en esta Cámara pero al PSOE todo le daba igual. Después vino el Proyecto de Presupuestos que incumplían las líneas básicas aprobadas por la Cámara Baja. Se lo devolvieron desde Bruselas, sonaban a falsos, a fake como toda esta breve legislatura de Sánchez. Recordamos con sonrojo el sainete de cuando casi un jefe de Estado Iglesias pasó por la Moncloa, y nada tenía algún valor. Sólo en una dictadura de partidos se puede uno reír de los súbditos de este modo. A partir de aquí Sánchez advirtió podía gobernar sin presupuestos, a golpe de real decreto. Otro fraude más. Luego se embarcó en lanzar el órdago a los catalanes u sólo él podrían obtener la libertad; hoy o en la legislatura siguiente.
Y eso sólo podría conseguirse con él en el timón del Estado. Envió
nuevas cuentas a Bruselas, y nadie las creyó, la CEOE, ni el FMI, ni la OCDE, ni
nadie que supiera sumar. Se sacó de la manga el centrismo tumbado los radicales
de uno y otro bando. Las tertulias de este sujeto apostaban por el nuevo
centrista y al final le ha tumbado que no cuenta desde el principio con mayoría
para nada. Si hubiera convocado elecciones desde el principio, tal vez podría
haber tenido posibilidades de gobernar; ahora ya no. Se le ha visto su incompetencia,
su mentira, el “todo vale” y su avariento apego al poder como sea. En las
elecciones futuras desaparece él y su inmundo partido. Hoy ha caído un individuo de calaña prepotente y soberbia que hace y
dice lo que le sale de los cataplines, sin escrúpulos y de vergüenza. Le han
traicionado sus propios amigotes y la chusma que le siguió y promocionó. Roma
no paga traidores. Hoy ha actuado como un pequeño chulo de barrio y se ha ido
sin dar explicaciones. Es el sistema también que hace aguas. Y una vez más sale
noqueado un presidente, probando de su propia avarienta medicina. ¡Lárgate ya! Y miedo me da ocurra algo grave para torcer las próximas elecciones.
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