Los tontos del bote. Los más que tontos útiles. El PNV. De nada sirvieron los lamentos de la oscura Soraya rogando al PNV no pactara con Sánchez. Los pensionistas vascos, muchos manipulados por Podemos, le rogaban pactara de igual modo. Los vascos que no somos nacionalistas y que hemos seguido el chaqueteo
constante del oportunista PVN, bien conocemos e este partido. Lo dijimos en
cuanto apoyó la “moción de censura” contra Rajoy. Es un partido despreciable, y
peor aún, de idiotas. Lo dijimos que Sánchez
le traicionaría, como a todos los demás. Y así ha resultado. Los vascos hemos
perdido, por el gran fracaso de apoyar a Sánchez. 500 millones de euros
firmados con el PP.
El calendario de transferencias queda paralizado y que sepan los vascos
lo desastroso y cándido a la vez de este traidor PNV. Jugó con el dinero de los
demás en una operación no de alto riesgo, apoyar a Sánchez, sino desahuciada.
Pero es el consenso antidemocrático del Estado De partidos, donde no se da la
libertad política ni de pensamiento. Sus pelotas dirigentes, sus empresarios,
una parte de los votantes, están acongojados. Hoy, ante la pérdida de los 500
millones dicen no comprender aquel apoyo. Un poco tarde ya. Le auparon todos
ellos en una legislatura de breve recorrido y de cualquier promesa que sería papel
mojado en el futuro, así resultó, en algo menos estable que una mesa de una
pata solamente.
El traidor e idiota PNV pactó con Sánchez sangrar al pobre pueblo español, y ha recibido humo. El PNV se vendió a
Sánchez por falsas promesas lanzadas por
este embustero que, con tal de llegar al sillón, era capaz de vender a su
madre. El PNV acababa de suscribir con el PP un ventajoso acuerdo
presupuestario que garantizaba a Rajoy acabar su mandato en 2019 y a los
nacionalistas vascos obtener un cheque multimillonario para el Concierto y un
buen puñado de inversiones estratégicas para el Gobierno Vasco. ¿Qué queda de
todo ello? Nada. El fracaso del PNV y la riqueza para Sánchez. El PNV ha
quedado en una posición entre la derrota, la depresión, el ridículo y la
caricatura. La no admisión de los PGE supone que se paraliza todo, incluida la gestión
de prisiones, además de los 240 millones para el Tren de Alta Velocidad
Sánchez les ha tratado como a basura. Ahora se rasgan las vestiduras
porque ni se ha contado con ellos para nada. Les prometió consultar un posible
adelanto de las elecciones y nada. Los trata como a tontos útiles que son lo
que han resultado los del PNV.
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