miércoles, 31 de julio de 2013

AURORA "LA PARTERA"/ LAS PENUMBRAS DE LA NIÑEZ


Simplemente precioso. Que más decir que no se  haya podido ver y llorar en este día de mi Santo, en el capítulo del parto, en PV. Hoy, ha nacido una chica actriz que, si no cae en tontunas, jilipoyeces y  pasarelas, puede llegar muy lejos: Ariadna Gaya. La compañera fantástica de un padre, en un parto, que casi finaliza abrazándole al final del mismo. Pero, no. Rechaza al hundido "Tristan", que sale  amargado de la estancia, con gran pena y que ya piensa que, definitivamente, jamás, la recuperará como a su hija que es. La hija que trajo, él, al mundo, en los últimos instantes de vida de su amada "Pepa". Yo creo que sí se reencontrarán.
Los dos, en este momento televisivo sobre el significado de que, el pasado, nunca muere y vuelve, con otras personas, retornando con muy reconocida emoción. Lo dijimos el otro día, “Tristán”, tanto buscar día y noche por la "Cañada" a un fantasma, a “Pepa”/Megan, mientras que, el ectoplasma era real y se encontraba exiliado en Suiza. Renació en "Aurora", con la bondad, el arrojo, la maña, lo benditamente descarado y la inmensa personalidad generosa y humana de su gran madre: La gran Comadrona con título, “Pepa Balmes”. 
 
La hija, que ha tenido esta tarde enfrente "Tristán", le ha reubicado la fuerza cósmica que nuclearizaba la vida del atribulado padre en tiempos de cuando luchaba por conquistar a su madre, que ella se la transmitía.
¡Que secuencia!. En la cual, sin mostrar sanguinolentamente la maravilla del nacimiento del ser humano, hemos contemplado, nada menos, que el fresco de las raíces de una vida. Casi, como en el film de Edward Dmytryk, “El árbol de la vida”. El camino desde la juventud de aquellos protagonistas, hasta la madurez. El sendero hacia la reconciliación entre padre e hija. El alma de un “Tristán” perdida por entre sombras, veinte años después.
 
Ha sido un capítulo muy profundo y sentimental  sobre el origen y el significado de la vida, sobre el sentido de una existencia que se repite. ¡Volver a ver hoy a “Pepa” en aquellos memorables partos!. Cómo no electrizarse ante el recuerdo de aquélla mujer que poseía más alma que nadie y que rompía moldes como ninguno. De aquella gran actriz, hoy en papeles menores, Megan Montaner. La verdad es que, “Tristán”, siempre fue un muy buen chico, pero pardillo.
Secuencia muy bien interpretada y de gran belleza formal, con una atmósfera entre claros-oscuros algo góticos y con esa mano trémula en el final, con la que intenta acercarse el padre a su hija y que es rechazada.

 
Hay algo sutil en el personaje de “Aurora”. Se ha contemplado hoy en el final del parto. Es lo más apasionante. La duda de una mujer que, como su madre, lo tenía todo claro y que, aunque no le faltaban razones, caía en el empecinamiento. Pero son muy difíciles de vencer las penumbras de la niñez a  la que fue condenada.
A destacar la secuencia final entre “Martín”/Jordi y “Fernando”/Carlos. El  recrudecimiento de  la rivalidad. Me ha gustado Jordi. Esta soso últimamente, y esos planos de mirada de ceño que no se desfrunce hacia su contrincante, le conceden un periodo de gracia. 

Me ha gustado porque, lo que viene, es menos predecible y monocorde, en su relación. Hasta ahora, el trío se comportaba dentro de los esquemas de un “dejavú” apabullante. Hoy, enfrentados sobre quien de los dos es el más duro y el más justo y enamorado. Como en aquel “Duelo en OK Corral”, el código del honor en uno de los protagonistas, en “Martín”, ese embeleso hacia su “María”/Loreto, esa su amistad y amor por su amor imposible en apariencia, ese orgullo y esa defensa de la vida de ella, por encima de la del ex sacerdote, han compuesto un broche final magnífico. Igual que en el film de John Sturges, pero en PV y con vaqueros también.
!Maravilloso!. Selu, esta tarde, breve pero sustancioso. Nos habla de esa lucidez que perdura, aunque sea fugazmente, como cuando quería ser amigo de “Aurora” en aquel tiempo bonito e ideal, a pesar de sus desvaríos.
 
Dos cuestiones: No es cierto que a Carlota Baró le tengo relegada, ni muchísimo menos. Tal vez, algunas personas están leyendo estas crónicas hace poco. De ella, he escrito y dicho de lo mejor que siento por una buena actriz y por una excelente persona. Es la mejor actriz de PV. Así le considero. Y sé de la carga y sacrificio que conlleva e importancia de su papel sufridor y nexo de unión entre las  diversas tristezas  de PV, tanto en su dramatismo como en la interpretación. Y pido lean anteriores capítulos. No me lo dicen con mala fe, pero deseo aclararlo. Es una actriz de cine además con ribetes teatrales de teatro clásico. Podía ser una excelente protagonista en "La Regenta" o en títulos de Galdós y Clarín.
Otra cuestión: No suelo contestar a las personas que me escriben en el Blogger. Es por falta de tiempo. ¡Disculpad!. Agradezco de todo corazón a los miles de lectores que tienen estos escritos sobre el serial. Es ensueño concentrado todo y yo lo destaco de un modo muy querido. Me gusta mucho y creo que se nota.
A destacar este momento que hacía falta en las cautas relaciones entre "Martín" y "María". Ha gustado mucho. Hoy, los dos, han brillado como estrellas de la función que fueron en un día, recuperando mucho de aquel romanticismo que vivieron y de aquella gran química que compartieron.


Dedicado a Belén. Una joven donostiarra que me lee todos los días, que también me escucha por radio, ya se que me aprecia mucho y que vio a Mario Zorrilla, en Castro, en una representación conmemorativa. 
va.

1 comentario:

  1. Precioso Jose Ignacio . Eres maravillosos escribiendo. Debes de ser un tio muy legal y cariñoso. Me gustaria conocerte. En agosto igual vamos a Zarauz y te podia visitar si te parece, vamos si no te importa. Es que he llorado entre ese niño que han nacido y tus escritos estoy hechita polvo. Por cierto espero hayas tenido feliz dia. Besitos Iñaki

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