MY FAIR LADY

Ojalá que “Nicolás”/Sigüenza no se trate de algo así como similar al "El fotógrafo del pánico". Aquel buen film de Powell, interpretado magníficamente por Karlheinz Böhm, el de “Sissi”, sobre la realidad de un tio profundamente perturbado. Un desequilibrado mental que se escondía entre cámaras de foto y los proyectores de cine para satisfacer impulsos sin despertar sospechas. Y que, por el contrario, se obre el milagro de PV; el empujoncito para que, al final, esta sirvienta “galdosiana”, de honda ternura apaciguada por el pudor, de conmovedor retrato de difícil comprensión entre las fieras que siempre le han rodeado desde la muerte de “Paquito”, esta “Mariana”/ Carlota, se mute en el ser más grandioso de PV. Su encanto encontraría su cenit de modo grande y genial para la mejor actriz del serial. Un anticipo para ella del cielo que les espera a los que penan más que ninguno y saben hacerlo como nadie en la televisión.

Así que seguimos la pista a Sigüenza, sin perderle de vista, no sea que no nos encontremos ante un posible enamorado. Que no se trate de un hechizado ante los encantos ruborosos de la distinguida criada; de un fan de la “famosa Mariana”. Espero que no nos demos de bruces ante un “peeping tom” (un mironcete) de enfermizos propósitos y si ante un hombre que acaba de sentir que ya no puede vivir sin ese ser que encuentras en tu vida y que te ha encogido el corazón, paralizado la glotis . Lo que sucede cuando encuentras a la mujer de tu existencia, esa que existe en algún lugar, que te ha enamorado y fascinado en el lugar más ignoto y melancólico del planeta. Ya veremos.

Precioso encuentro entre ellos, en torno a algo tan jugoso y  tan exótico como las frutas del tiempo. No he podido sino recordar aquel “¿Wouldn't it be lovely?”. El tema musical y la primeriza secuencia en el mercado, del film  de Cukor”: My fair Lady”.

Abriendo los ojos, perfilando miradas entre de curiosidad y regusto, como sólo Carlota sabe hacerlo, arqueando las cejas sin atreverse a meter mano en su corazón, “Mariana”,  estaba insuperable. ¡Qué preciosidad de televisión!.

Viéndole a los dos, parecía, aunque no lo tengo nada claro aún en Sigüenza, semejaba  que estaba descubriendo algo más que “pelar la pava” entre dos futuros novios, se nos aparecía el mundo de los que hacen cine y que se expresan a través de las imágenes. Y es que ese es el gran reto de Carlota Baró en PV. Siempre he dicho que Carlota está emparejada con el cine, es el cine. Por su mirada desbaratadora que se anticipa, transmitida a través del maquillaje. Porque mueve la trama con sus ojos que escrutan el alma de los secretos de los demás, que abrasa en la profundidad de su abismo inmenso. Cuando sólo estaban la cámara y la mirada de la actriz, se encontraban este tipo de actrices, hoy muy dificiles de contratar.

Desenlace lógico para “Isidro”/Javier Abad. Por cierto leo auténticas inquinas contra este jovencísimo actor, incluso me dicen que no me van a leer más por hablar de él. Pues... esta tarde ha estado crecidito y novedoso, rompiendo el hechizo de “soseras” que le han puesto algunas que quieren verle colgado. Y por partida doble: en su encuentro con “Millan-Astray”/ Alfonso Mendiguchía y al final del capítulo, como todo un hombrecito a reivindicar su amor por el que ha podido ser fusilado, ante “Rita”/Charlotte. Jovencito Javier pero que me ha sabido manifestar algo muy maduro, el valor que impele a alguien ante la catástrofe que está por venir y que sería la responsable de que no pudieran crecer en su amor y ser recompensados por los malos momentos por los que pasan los enamorados clandestinos.

 

Final de la deserción. Rápida y efectivamente en la Casa del cura. Fuga, defensa, recomendación, contraataque de ese lechero convertido en falso soldado. Latiguillos despectivos del teniente Coronel hacia las mujeres y final feliz aunque no para “Anibal”/Jorge Pobes.

Hoy Doña “Dolorosa Mirañar de la Puñetear” ha descubierto: “The Plot”. Algo que me ha recordado al cine negro y a sus mujeres fatalmente malas y enredadoras, y que luego han sacado inspiración de modo sublime, los Coen. Varias líneas interpretativas de sofocada embustera, con diversos argumentos rebatibles ante cualquier interacción de los demás, que nada de sus hipérboles y teatralidades paranoicas de primera percepción era casual ni evidente, sino que se establecía desde  una estrategia perfectamente calculada  para un pérfido fin, aunque lógico, que los “tortolitos” abandonen su casa y se mancipen sin un céntimo de peseta, los pobres. Mucho capitán para tan poco marinero. Por ello la maravillosa y buena “Quintina” no ha obtenido resultados. Bien por Blanca esta tarde de igual modo.

Veremos lo que sucede en torno a ese “apaño” de “Fernando” con “María” cuando se entere de que, su padre, “Olmo”, aún vive, no sé si por mucho o por más. Todo se compra en esta vida, incluso la tranquilidad de un acuerdo bien conformado. Que jamás se va “a saco” entre gente elegante sino con cálculos y tapujos. Muy bien Loreto y Carlos, en esos momentos de rentabilizar sobre la mentira de una relación para resolver una tragedia. Carlos ha reflejado, apoyado en su mirada azul, el caos y la furia  de un putero consumido por sus excesos e impotencias.

Sublimes siguen estando Álex, y no porque se va, Ariadna y Aida. Y aterradora la mirada final de asombro, sombría y turbia, en “Francisca”. La pastelería, un conmovedor retrato de una felicidad que se interrumpirá porque nada puede crecer entre fieras.

 Me ha gustado muchísimo Sandra Cervera llorando y compungida y toda la secuencia, que me recordaba algo a la "Pasión" de Gibson, en la súbida al Gólgota, de la entrega del niño al abuelo. Una historia de amor contada en clave del evangelio y de "polard" francés. Pasión y sufrimiento. Sandra, a quien no le tengo manía como me dicen, está conmovedora y agónica. Lleva el peso de la secuencia. 
Con sus lágrimas fundidas en el drama, le han dado una sensación de grandeza televisiva pocas veces visto en PV. Cruel y doloroso momento. Excelente Sandra.

Dedicado a los Clubes de fans de Alex Gadea y Megan Montaner, al de Tristán y Pepa Alex Gadea y al de Javier Abad  pos su amabilidad todos los días