Gobierno Vasco. Con su decisión de declarar Bien Cultural el Bellas Artes impide su derribo y, por lo tanto, el proyecto del hotel.
El Bellas Artes, que parecía tener un futuro trazado tras la protección otorgada recientemente por el Pleno, vuelve a estar bajo una incógnita. El Gobierno Vasco dio a conocer ayer por medio de una nota que ha decidido otorgarle la declaración de Bien Cultural, lo que supondrá su máxima protección y, además, impedirá los planes de derribo y reconstrucción para convertirlo en hotel que tiene entre manos su propietaria, la empresa Sade.
El Gobierno Vasco ya manifestó en junio del pasado año que el edificio cumplía con las características necesarias para ser declarado bien cultural. No obstante, han pasado once meses hasta que ha anunciado que iniciará el proceso para que el edificio sea legalmente un monumento, por lo que se desconoce cuándo podrá entrar en vigor la catalogación de este edificio, que se inauguró hace un siglo este año y que lleva cerrado tres décadas.
El comunicado del Departamento de Cultura asegura que las propuestas que realizó al Ayuntamiento fueron incluidas en el Plan de Protección del Patrimonio Urbano Construido (Peppuc), que elevó su nivel de importancia patrimonial. Sin embargo, recalca que "la protección otorgada al edificio Bellas Artes sigue siendo insuficiente para garantizar la preservación del bien".
Asimismo, explica que para otorgarle protección máxima tiene intención de establecer "un proceso de diálogo y trabajo en común con los agentes públicos y privados, al objeto de garantizar su protección y viabilidad futura". De todos modos, prevé que el trámite administrativo se saldará con la declaración de monumento que el Departamento de Cultura propone.
La necesidad de que este edificio pueda tener un uso y no permanezca vacío hasta que el desuso termine de deteriorarlo totalmente es la misma intención que plantearon los partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Donostia (PSE-EE, PNV y PP), cuando acordaron votar por una fórmula especial para el inmueble: permitía su derribo, pero obligaba a copiar el chaflán y la cúpula del edificio. Sí se autorizaba abrir nuevas ventanas para posibilitar su conversión en hotel.
Bildu, por su parte, no apoyó esta propuesta y pidió al Gobierno Vasco que declarara el edificio Bien Cultural para evitar el derribo.
En su nota, el departamento de Cultura de Gasteiz, por su parte, asegura que constata "una evolución en la ciudad hacia unas posiciones favorables a una mayor protección del bien". A juicio de esta institución, "se ha evidenciado que el tiempo transcurrido ha supuesto un proceso necesario de valoración del bien que ha permitido una mayor confluencia de voluntades, un hecho muy relevante ya que es deseable que la declaración y protección de un bien sea fruto de una apreciación compartida sobre su valor cultural y sobre la necesidad de protegerlo".
ALEGRÍA El anuncio de que el edificio inspirado en el palacio Gaumont de París (ya desaparecido) no podrá reconstruirse fue acogido ayer con gran alegría por las asociaciones que han luchado en los últimos años por que no se cumplan los planes de la Sade. Reivindican que sí se dé un uso al inmueble y se rehabilite, pero sin derribarlo.
"Estamos contentísimos y muy esperanzados", señalaron a este diario portavoces de la Asociación en Defensa del Patrimonio que, no obstante, recordaron que el expediente aún no ha comenzado y que su finalización puede ser una incógnita.
Esta misma asociación invitó recientemente a Fernando Espinosa de los Monteros, uno de los vicepresidentes de Icomos, el órgano asesor de la Unesco en materia de patrimonio, que anunció que esta institución internacional declararía una alerta mundial de patrimonio en peligro sobre el Bellas Artes si las instituciones vascas no protegían el edificio de modo que se impidiera su derribo.
El pasado martes, además, Espinosa de los Monteros mantuvo un encuentro con la consejera de Cultura, Cristina Uriarte, con el fin de exponer sus argumentos, al igual que hizo a principio de mes con los grupos políticos del Ayuntamiento de Donostia que, con excepción de Bildu, mantuvieron que la catalogación otorgada por el Pleno para este edificio era correcta.
EN RUINA Por otra parte, la empresa propietaria del edificio trataba de asimilar en la tarde de ayer las novedades surgidas en torno al Bellas Artes, que ponen patas arriba el proyecto de creación de un hotel en pleno centro de Donostia. Aunque ayer no quiso pronunciarse, esta empresa ya anunció en el pasado que solicitaría fuertes indemnizaciones a las instituciones que otorgasen al viejo cine una catalogación que impidiera su aprovechamiento lucrativo, ya que sostiene, además, que el edificio se encuentra en ruina.
De hecho, a finales del pasado año solicitó al Ayuntamiento que permitiese derribar algunos elementos constructivos que presentaban riesgo de desprendimiento, como la cúpula, los balcones o algunos ornamentos. Sin embargo, la solicitud no fue aceptada.
Poco después, sin embargo, una visita de concejales al edificio con el fin de comprobar in situ su estado para posicionarse al respecto en el Peppuc fue suspendida por la "oposición técnica" del departamento de Urbanismo, que quiso asegurarse del buen estado de la construcción antes de permitir el paso de los corporativos.
Más adelante, en el mes de enero, el Ayuntamiento optó por autorizar la colocación de una malla alrededor de la vieja edificación, como pidió la Sade, con el fin de evitar que las posibles caídas de cascotes o elementos de la fachada provoquen daños a los viandantes. Esta actuación ha sido sufragada por la empresa propietaria.
Y así sigue desde entonces, envuelto en una tela como si se tratara de una de las obras artísticas del búlgaro Christo, que ha forrado numerosos edificios emblemáticos de todo el mundo.
EL PROCESO
Hotel. Tras más de 20 años cerrado, la Sade, propietaria del Bellas Artes, presentó hace unos años un proyecto para convertirlo en hotel. Implicaría el derribo y alterar algo la fachada.Peppuc. El Ayuntamiento otorgó en febrero al Bellas Artes el nivel C de protección, que permite derribar y reconstruir el edificio manteniendo el aspecto del chaflán. Se aprobó con los votos de la oposición y la postura contraria de Bildu (el verano pasado sí era favorable a esa opción pero reculó y defendió una mayor protección). El proyecto del hotel sería viable.
Unesco. Hace varias semanas un representante del Icomos, órganos asesor de la Unesco, anunció que declararía el edificio en alerta si no se protegía más.
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