LA REGLISSE FLORENT

LA REGLISSE FLORENT

BLANCA PARÉS Y SELU NIETO

Regaliz y violeta como afrodisíaco.  Fecundidad y energía en la floración de las plantas. Como cuando eramos chicos y en las escuelas francesas nos contaban de las bondades secretas de la Reglisse Florent, como reconstituyente del miembro viril (la quiquette) que con el tiempo descubrimos que excitaba las vías análogas a las sexuales dando un rendimiento absoluto, deshinibidamente y sin freno como la estimulante "Quintina" esta tarde.
Furia desatada, limones exprimidos y un palo en la boca. ¡Tremendo!. Lo mejor de la tarde. Por natural, lógico, nada lacrimógeno y coñazo y de absoluta necesidad vital.

Mientras llegan los últimos fichajes nos dejan entre capítulos tediosos hechos sin gracia alguna, mínimamente inspirados, sin fuste y ello suele ocurrir en situaciones de tránsito, por ello destaco esta secuencia y dos momentos con Aída, Mario Zorrilla  y Carlos Serrano.

Presión sanguínea aumentando, un extraño canguelo que siempre me ha mosqueado esa su canguis ante un posible peligro de acoso real y muy posible. Perfume y fragancia de mujer en celo, poniendo en compromiso al gatillo y otras cosas. 

Tendré que tener cuidado con estas reflexiones que me inspira la secuencia. Que ya la tuve y gruesa porque el guión dice y la gente arremete contra el periodista que opina y procura reflejar como puede una sombra crítica al asunto este del sexo encendido por la reglisse. Como se queda "Hipo" después de la infusión masiva de la reglisse, le dejan con la escotilla de proa abierta y con el timón en estampita. Una secuencia picaresca, nada irreverente y que nos ha alegrado la tarde entre tanto hospital terminal.
Con una "Quintina" que me ha recordado a Mirentxu, la saladísima txistulari de Mondragón,  en ello, tocando el silbo mientras adormece en éxtasis a los vascos nostálgicos.

Los dos actores han estado muy graciosos  y ha sido la mejor y casi única secuencia de la tarde que me ha entusiasmado algo. Sin tapujos el tabú de la mojigatería en las señoras casadas, que no es tal. Un canto a las relaciones lícitas entre personas casadas y con necesidad urgente, que no debe asustar (mañana hay una secuencia genial con una asustada anciana chismosa y beatorra en "El Colmado", genial). Blanca ha estado muy bien en vigor y ternura, arranca chispas visuales y lo hace todo muy fluido y natural. Muy de comedia italiana de Pietro Germi entre un hombre tarambana y una mujer necesitada, bellísima, dispuesta e inteligente. Momentos que provocan sonrisas buenas en estos momentos de comedia y drama con una Blanca muy italiana en esa su descarada manifestación que nos sorprende en la frescura de su nulo pudor a desear a su hombre gracias al estimulante de la reglisse.

Fascinante recuerdo de los mejores años de nuestra vida. Una leve crítica a la mujer subordinada que rompe en esquema Blanca en su papel, que se ha hecho a sí misma en el silencio de sus días, sagaz que se hizo en la mejor escuela que es el circo y las carpas.

ACTORES DE LA TARDE

AÍDA DE LA CRUZ, , MARIO ZORRILLA Y CARLOS SERRANO

Tres momentos de lo mejor, los mejores. 

"Fernando", odioso chulazo hispano que se siente protegido por esa España, la misma que la de hoy y de hace cinco o diez o veinte años, que foralidad e inmuniza a los más crápulas que se sienten seguros y se muestran arrogantes porque de ellos es el país y la calle. Un desgarrado Carlos, implacable, sin alguna restricción en su aire deslenguado y borde, sin zona de seguridad para prevenirse de él.

Inmensa como atormentada victima de un  psicópata. Un despertar suave y traumático que le devuelve a  la vida y a tomar conciencia del lugar recorrido y del gran apoyo que tiene y de la heroicidad que ha realizado.

Defensa a ultranza, noble fidelidad y recordar de paso a los paletos desagradecidos que también la "Doña" colaboró aunque tarde. Así como en la parte final, entre ese fresco histórico de época anarquistas, con sus octavillas, comunas y llevando a la práctica el ideario libertario. Tiempos de justicia para contra los burgueses y castas latifundistas, negando su autoridad y luchando contra ella.